Niñera, Madre y Ángel

Despierta

Eliza llegó al hospital, preguntando a la secretaria por el Dr. Williams, el mismo apareció saliendo del ascensor acompañado de un guardia que apresaba al causante del problema. Ella se acerco con rabia y abofeteo al hombre, tomando desprevenido al doctor y al policía, Michael mostraba burla.

-Vienes por consuelo, Eli.

-No te atrevas a llamarme así, como si no supieras lo que hiciste.

-Me encargaba del que arruinó nuestra vida- dice en excusa.

-¿Y porque estas aquí entonces?

-Ya sabes que no tardaré en salir, puedo pagar por eso. Te encontraré...

-Me importa un bledo... lo que quiero es que te alejes de mi y mi hijo.

-Señorita, debemos hacer la transfusión.

El doctor se llevo a la joven mientras el oficial sacaba a Michael por la puerta principal con la esperanza de no tener que lidiar con él de nuevo, llegaron al cuarto para realizar la transfusión. Mientras se preparaba para que le sacarán la sangre, ella llamó a la casa con la esperanza de que alguien le contestará, y así fue.

-Eli...- contesta el niño.

-Brahms, hola... ¿Cómo estas?

-Estoy aburrido, ¿Vas a tardar?

-No lo sé... ahora van sacarme sangre para ayudar a Thomas... gracias a Dios es compatible- dice con peso en su voz.

-¿Te dolerá?

-Será corto, pero tendré que quedarme durante la noche... al menos hasta que este estable.

-¿Eli?

-¿Sí, Brahms?

-¿Porqué decías que fue un error ir a la cena?- ella se bloqueo por un momento -¿Eliza?

-Perdón... es que... es por la misma razón por la que estoy en el hospital.

24 de junio

Era una noche oscura, con lluvias ligeras, Thomas veía la televisión con su madre cuando tocan la puerta, Eliza se levanta y abre la puerta de a poco, pero el visitante la abre con fuerza, haciendo que ella cayera al suelo. Michael tenía una botella vacía en una mano y un hoja arrugada en la otra, la chica lo miraba con miedo por la ira que provenía del hombre, pero tomó valor para contestarle.

-¿Qué mierda haces aquí?

-¡Por tu maldita carta!- se acomoda para leer.

-"Hola Michael, tal vez no te guste la idea pero es lo mejor para ambos, ya no me reunire con ustedes, no puedo soportar el peso de ser forzada a asistir a estas cenas arregladas, espero que entiendas mi intención"

-¿Qué te molesta?

-¡¿Cómo puedes dejar a alguien como yo?!... ¡Lo tengo todo y dices que ya no me quieres ver, estas loca!

-¡Lo dices tú que viniste a quejarte!... ¿Después de estar con otras tres mujeres la misma noche?...

-¿Quién te dijo tal mierda?

-Yo te vi, y no quería que mi hijo creciera con la imagen de un aprovechado y mujeriego.

-¡Eres una zorra!- la tira al suelo.

-Mamá...- Thomas se acerca a Eliza.

-Pequeño monstruo...- agarra a Thomas del brazo -¡Tú arruinaste mi oportunidad!

-¡SUELTALO!

Thomas lo muerde para liberarse, pero Michael lo tira al otro lado del cuarto y le lanzó la botella, el hombre toma a Eliza del cabello y la golpea para luego besar su cuello. En un último intento por proteger a su madre, el niño se lanza sobre el atacante y le muerde la oreja, el contrario saca una navaja, se quita al pequeño de encima y el apuñala el pecho tres veces.

Eliza golpea a Michael con un florero, toma a su hijo y lo lleva rumbo al hospital; pasaron varias horas en lo que operaban al pequeño, fue entonces que uno de los doctores la mandaron a llamar, explicándole la situación, Thomas quedo en coma. Ella paso dos días esperando a que su niño diera alguna señal, hasta que tomó la decisión que le convenía a ambos; se despidió de él, pidiendo al doctor que la llamará en caso de que algo pasará, regreso a su departamento y tomó todo lo que les pertenecía, regreso las llaves al dueño y se fue conduciendo hasta que casi chocar a alguien.

-Así fue como llegaste conmigo...- dice Brahms algo impactado.

-No estaba planeado, pero sí, así fue como terminé en tu casa.

-¿Ya te sacaron la sangre?

-Sí, pero aún no saben si eso ayudara a Thomas.

-Espero que sí...- dice algo preocupado -quiero conocerlo.

-¿Quieres que llevé algo cuando vuelva?

-Manzanas... para merendar...

-Esta bien... lamento que tuvieras que escuchar esa historia.

-Pero lo valió.

-¿En serio? ¿Porqué?

-Tengo una razón para cuidar de ustedes.

-Nos vemos en casa.

Ella cierra la llamada con una pequeña sonrisa melancólica, mirando al pequeño niño en la cama mientras una lágrima resbala por su rostro con la esperanza de que despierte, sus ojos solo se centraban en él a pesar del frío del cuarto. Paso la noche, Eliza se había quedado dormida en la silla junto a la cama, fue entonces que una pequeña mano paso por el pelo de la joven, despertandola una voz.

-Mamá, oye, mamá.

-¿Qué?- alza la mirada, se frota un poco la cara y mira al dueño de la voz.

-¿Thomas?- dice sorprendida -¿De verdad eres tú?- toma el rostro del niño entre sus manos.

-Sí... soy yo, ¿Dónde estamos mamá?

-En el hospital, llevas cinco días sin despertar...- le besa la frente -que bueno que despertaste.

-¿Qué pasó?

-Me protegiste de Michael.

-No merece ser parte de nuestra familia.

-No... pero... mudé nuestras cosas a otro lugar, podremos estar tranquilos.

Al poco pasar llega el doctor, notando al paciente despierto abrazando a su madre, el médico mando a traer la comida del niño mientras hablaba con la madre, explicándole que Thomas solo tendría realizar un par de pruebas y podrían darle el alta. Por otra parte, alguien bailaba al ritmo de la música, teniendo un muñeco de trapo con cabello corto y un vestido verde como pareja de baile.

-Es lindo que te preocupes tanto por mi como para llamarme...- huele el pelo en la muñeca.

-Gracias por permitirme bailar contigo, eres muy buena...

-Estoy ansioso por conocer a Thomas... él será nuestro único invitado...

-Yo los protegere... y ustedes siempre estarán conmigo.