Niñera, Madre y Ángel

Minerales

Ya cumplen dos meses en la mansión Heelshire, Eliza había logrado superar sus pesadillas, pero Thomas seguía con el temor constante por lo que prefirió seguir estudiando en casa, para poder sentirse que su madre esta a salvo. La presencia del muñeco era constante, incluso para paseos en el bosque, cosa que emocionaba mucho al pequeño cuando sabía que iban a pasear, más que todo para encontrar nuevos minerales.

-Brahms, Brahms, Brahms...- Thomas golpea un poco la pared.

-¿Qué ocurre?

-Hoy es el día, hoy es el día.

-¿Porqué te emociona tanto?- pregunta algo extrañado.

-Tal vez encuentre un mineral nuevo, por el bosque en tu patio encontré tres.

-¿Qué te gusta de buscar minerales?

-Mamá me dijo que antes de su trabajo en casa, ella estudiaba minerales.

-Ella te dio el gusto...

-Es más que eso, ella fue quien lo motivo...

-Estaba en mi cuarto cuando ella entro tocado la puerta "hey Thomas, voy a salir, no tardo", yo curioso le pregunté si la podía acompañar.

7 de noviembre

-Hey Thomas, voy a salir, no tardo- se acerca para darle un beso.

-¿Puedo ir contigo?

-No sé, creo que te aburriras.

-¿Cómo sabes eso?

-Los niños de tu edad llamarían lo que voy a hacer "buscar rocas"

-¿Las vas usar para combate? ¿O son la de algún tipo de hechizo?

-Debería tener más cuidado con los libros que te compro.

-Dejame ir, por favor- hace cara de perrito.

-Bien, cambiate y vamos.

El niño se levantó emocionado de su cama, se puso ropa para salir y siguió a su madre hasta el auto, el camino fue algo largo por lo que se pusieron a cantar hasta que vieron a alguien saludando a la distancia. Eliza detuvo el auto, se bajo y ayudo a su hijo a bajar, cerro el auto y tomando la mano de Thomas para dirigirse con la persona a quien saludaba.

-Eliza, casi pensé que no vendrías.

-¿Cómo no? Según me dijiste hay cosas interesantes aquí.

-Claro que sí, sabes que nunca miento con estas cosas.

-Con lo demás sí...- el contrario mira al niño -es mi hijo, Thomas, del que te hablé la otra tarde.

-No quiso quedarse solo, supongo.

-Quiso venir a ver. Thomas, él es Joshua, es un amigo.

-¿Sabes que vamos a hacer, niño?

-Mamá me dijo que va a buscar rocas... ¿Qué poderes dan?- pregunta emocionado.

-En serio debo hacer algo con tus libros de fantasía.

-No, mis preciosos...- dice fingiendo dolor.

-Bueno, niño, las rocas que buscamos no dan ningún poder, pero si son muy interesantes, vamos.

Thomas cambio su expresión cuando escuchó que las rocas no tenían nada especial, de mala gana acompañó a su madre siguiendo a Joshua, el muchacho le dio un equipo a Eliza y ambos se pusieron a cavar cerca de un riachuelo. El niño se impacientaba con cada minuto que pasa, haciendo el total de una hora, el pequeño se acercó a su mamá para decirle que ya quería irse.