El peor enemigo del ser humano es su pasado, su mejor aliado es el presente, y su mayor esperanza el futuro.
Todos creían que había acabado, que la tristeza, la desgracia y los problemas habían terminado; y fue su confianza ciega la que los llevó a...
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El fin de semana se había pasado en un parpadeo, el tiempo al lado de Cassie se pasaba tan malditamente rápido que era frustrante, eso nos enseñaba a disfrutar cada segundo que teníamos a su lado, era importante que en el instituto no nos vieran juntos o cuestionarían mucho nuestro desempeño y ella odiaba ser cuestionada, de puertas para afuera podíamos hacer lo que nos venía en gana, dentro del instituto ella seguía siendo nuestra entrenadora.
-Travis muévete- dijo Connor apurado, estábamos alistándonos para la evaluación mensual, que en realidad se había convertido en una evaluación trimestral.
-Ya va- le dije guardando mis armas personales, teníamos permitido llevar nuestras propias armas, además de las que ya nos proporcionarían nuestros entrenadores, salimos de la habitación en compañía de Trenton y Tyler, este último estaba bastante sospechoso, no me dejaba solo ni a sol ni a sombra.
Caminamos con rapidez hasta la cafetería en donde prácticamente nos embutimos un desayuno, nos habíamos levantado tarde y las chicas ya debían estar en el campo esperándonos, estábamos justos de tiempo y no podíamos detenernos si quiera a respirar, cuando llegamos al campo faltaban algunos estudiantes.
Cassandra y el resto de los entrenadores mantenían una conversación a lo lejos, ella daba órdenes y todos asentían en su dirección, era tan excitante verla en ese rol imponente, que en cuestión de minutos lograba encenderme.
-Deja de acosarla- me susurro Connor, yo rodé los ojos y aparte la mirada, ella se dio cuenta y disimuladamente me guiño el ojo en modo de saludo, sonreí en respuesta.
-Es tan difícil verla cerca de Mikael- suspiro Connor apartando la mirada, para mí era frustrante después de toda la tortura que él me había hecho pasar, era insoportable ver como intentaba acercarse a ella y luego venía a hacerme la vida miserable.
Sabia en el fondo que estaba cometiendo un error al no decirle a Cassandra lo que estaba pasando, me molestaba tener que siempre recurrir a ella como si fuera un niño pequeño, quería que ella también se sintiera protegida con nosotros, no que ella siempre solucionara nuestros problemas. Nuestros entrenadores se acercaron a nosotros, todos guardaron silencio cuando Cassandra tomó la vocería.
-Buenos días estudiantes- dijo ella sonriendo- es un placer tenerlos el día de hoy con nosotros- dijo- como ya deben saberlo por las asignaciones, su evaluación trimestral será una cacería que está determinada para una semana.
-Nosotros nos encargaremos de supervisarlos- dijo Gregorio- los seguiremos y si vemos que están en un peligro, que no pueden controlar vamos a intervenir- todos se estremecieron y asintieron en su dirección.
-Samara por favor entrégales los expedientes- dijo Cassie, nuestra prima se acercó y entrego a cada grupo una carpeta con direcciones, coordenadas, fotografías y mucha información- antes de iniciar deberán designar los lugares de cada integrante de su grupo- dijo ella- su líder, el estratega, el protector, dos cazadores, el curandero, el hechicero y el rastreador- dijo- de no tener alguien que pueda encargarse el puesto de hechicero tendrán que asignarle el puesto de rastreador- dijo- cuando estén listos se acercaran a Andrea y Samara que tomaran sus datos y les entregaran armamento y suministros.
