Las escaleras

60 1 0
                                    







Nuevamente solo, quinto día para ser exacto, uno piensa que vivir por cuenta propia en un apartamento es el sueño de muchos pero aunque puedas hacer lo que quieras a la hora que te plazca es muy fácil aburrirse tanto. Paseándome por la casa con mis audifonos y música clásica que tanto me aliviana la noche.

Cada noche gozando de pizzas, hamburguesas y todo lo que pudiera pedir a domicilio directo a mi departamento, no paraba de quitarme los audifonos en toda la noche, la música de Chopin le daba a mis oidos la tranquilidad que necesitaba a diario. Cerraba la puerta, me llevaba la comida subiendo las escaleras a mi cuarto, y dormia apenas terminando de comer, la vida que todo hombre desea en mi opinión.

Parecía una coreografía, haciendo lo mismo muchas noches seguidas y al parecer el repartidor se acostumbró a mi forma de recibir la comida que pedía, apenas mirándolo dándole una sonrisa con una propina. Pero como digo, es fácil aburrirse, esta noche sería la última vez de mi rutina. Apenas recostándome en mi cama no evite caer medio dormido, cerrando los ojos, olvidándome de la vida diaria, soñaba como vivía tranquilo sin ninguna preocupación, podia de nuevo escuchar la música de Chopin en forma de tarareo en mi sueño, apenas me desperté estiré mi mano por las sábanas con los ojos cerrados para volver a escuchar esa tonada, pero ese tarareo seguía en mi mente, en mis oidos... en mi cuarto, de la nada una voz detrás de mi me susurró...

- Tanto te dejabas los audífonos que no puedes escuchar cuando tu repartidor sube las escaleras detrás de ti ¿verdad?

El hombre empezó a reír y apenas pude respirar del miedo escuché un fuerte golpe y de la nada todo a mi alrededor se obscureció.

Relatos cortos de terrorWhere stories live. Discover now