Relatos cortos de terror

El Pastor de la carretera (historia real)

Una noche dirigiéndose por la carretera en el municipio Vallecillo, se encontraba una familia a altas horas de la noche, de esos viajes donde a pesar de que la camioneta estaba llena de gente solo el conductor y su copiloto estaban despiertos. Nadie más acompañandolos, solamente el sonido de la camioneta pasando por la carretera en plena madrugada mientras el resto de la familia, siendo alrededor de seis personas en la parte trasera, yacían dormidas o escuchando en sus sueños las pláticas que los dos hermanos hacian para pasar la noche tranquilamente.

Cuando se va manejando en una noche como esta, es normal que cualquier cosa te llame la atención mientras estás al volante, mirando directamente a la carretera, nada más repetitivo que las lineas en el pavimento dándote una imagen casi estática durante las horas que conduces, así es como ellos se sentían en aquel viaje. Conforme los hermanos seguían platicando las lineas del pavimento y la luna a lo lejos no era lo único que podían ver, algo más había adelante, lo curioso  es como una silueta a lo lejos en el centro del pavimento se observaba claramente pero a la vez se mantenía distante, era como si conducir a 90 km/h  no sirviera de nada y la silueta en vez de acercarse por la velocidad de la camioneta se mantuviera a la misma distancia todo el tiempo.

Los hermanos al ver la silueta a unos veinte metros de distancia podian ver por lo poco que las luces delanteras lograban descubrir, a un hombre estando de pie, de talvez 65 años que yacía caminando hacía la esquina del pavimento vistiendo un camizón y sin zapatos en plena noche estando a 15º grados. 

El copiloto apenas acomodándose en su asiento vió como el hombre no caminaba, sus pies apenas tocaban el piso, era como si estuviera levitando. Un hombre a las altas horas de la noche visto por apenas unos segundos desapareció de la nada cuando llegó al otro extremo del pavimento, como si se tratara de un niño cruzando la calle sin fijarse por los lados. Lo que pasó en al menos tres segundos se convirtió en una larga experiencia para las únicas dos personas que iban despiertas esa noche. 

Después de haber terminado el viaje el copiloto relataba como tenia cierto mareo apenas bajando de la camioneta, ¿y cómo no estarlo? si apenas viéndolosu hermano lo veía con una piel muy pálida mientras ambos seguían discutiendo de ese hombre y relatando cada detalle a su familia, además de como esa presencia les recordaba a los antiguos Pastores que guiaban a sus ovejas por el campo donde seguramente ese hombre alguna vez hacía en sus tiempos en vida.