Café reptiliano

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-Eres un tonto si crees que serás un héroe algún día, Izuku.-

-Si juntan estos dos términos, se forma "Deku".- dijo un rubio con sonrisa maliciosa.-¿Y sabían que se usa para describir a gente inútil como él?.- dijo señalando a un niño peliverde a su lado.

Esta mañana Izuku se despertó con un fuerte dolor de cabeza y sus ánimos estaban por los suelos. El día anterior, su jefe le había pedido un pequeño favor a cambio de un aumento en su salario del mes, por lo que Izuku no pudo negarse.-Bueno, necesito comprar más materiales para mis armas.-pensó en ése momento.

-Ugh...- se quejó lastimosamente.- No puedo creer que haya accedido a hacer esto.- dijo a la vez en que agarraba un folleto de un café...mas bien dicho, un Maid Café. -Tu turno empezará a las 8:00 de la mañana, por favor se puntual. Gracias.- fue lo último que su jefe le dijo el día anterior.

Vio su reloj, 7:15 de la mañana, se terminó de despertar mientras se servía un poco de jugo y se agarraba un pequeño pan tostado; se duchó y se puso el "uniforme" que en su trabajo temporal le habían prestado. Un traje completo de color negro con una camisa blanca y un pequeño moño negro que se amarraba al cuello.

-Esto es humillante.- pensó- Por suerte, el Café está a menos de dos cuadras de mi casa, por lo que poca gente me verá vestir así....Espero.-

Al llegar al establecimiento, tocó la puerta y fue recibido por una joven de tez clara con cabello azul marino y unos ojos azules que hicieron que Izuku se sonrojara con tan solo verlos. La chica a su vez notó este sonrojo y correspondió sonrojándose al ver los ojos esmeralda del peliverde.

-Hola, señorita.- dijo Izuku al recomponer su postura.- Vengo de parte del señor Supotsu, mi nombre es Midoriya Izuku. Un placer.- dijo mientras le sonrió.

-...-

-¿Señorita?-

-¿Eh?, ¡ah! ¡perdón! ¡Bienvenido!- dijo apenada la joven.- ¡Si! ¡Recuerdo que mi tío me dijo que ibas a venir!- dijo notando como el peliverde temblaba un poco por el aire frío de la mañana.- ¡Pero no te quedes ahí! ¡Entra por favor!-

-Gracias. Con permiso.-

Al entrar, Izuku vio lo que menos se esperaba; las empleadas peleándose con sus trajes, las mesas todas desorganizadas, las sillas apiladas y ubicadas en un rincón, la cocina hecha un desastre. En resumen.... un caos, y lo peor de todo... es que solo quedaban 15 minutos para que el Café abriera.

-¡Chicas- gritó captando la atención de todas.-¡Hay que organizarnos, solo nos quedan 15 minutos!.- Dicho esto, cada mujer vio sus relojes y se quedaron con miradas de horror mientras comprobaban lo que Izuku había dicho.

Tras unos minutos para tranquilizarlas, Izuku organizó 2 equipos: 1 que se encargar de la cocina y otro que se encargara del comedor. Mientras Izuku apoyaba a las de la cocina, Umi (la peliazul) dirigía la organización de las sillas y mesas y su presentación. Al final, terminaron con el tiempo ajustado: 8:23 de la mañana.


El día había transcurrido de lo más tranquilo, aunque hubieran más clientes de lo normal. La noticia de que un nuevo miembro temporal masculino había llegado atrajo a más comensales...más de los que se esperaban. Izuku por su parte estaba muy tranquilo supervisando que todo se encontrara en orden tanto en la cocina como en el comedor, hasta que notó a un grupo de chicas esperando ser atendidas.

Una tenía cabello azul claro con una blusa del mismo color y pantalones naranjas, otra tenía blusa y pantalón verdes y su cabello era verde, largo y con espinas y la última tenía cabellera verde oscuro con ojos grandes, tenía una blusa sin mangas verde claro y con pantalones entallados verde oscuros.

-Por Dios, no sabía que se permita un lugar como este.- dijo orando la peliverde

-Yo tampoco sabía de su tenebrosa existencia.- dijo la pelizaul

-Ay, ya relájense chicas. Además, me prometieron que me acompañarían a este lugar por mi cumpleaños.-

-Buenas tardes, soy Tsuku Uso y hoy seré su sirviente. ¿Cómo gustarían que me refiriera hacia ustedes?-

Las tres se quedaron sorprendidas por tres razones: la primera porque no habían puesto atención al aviso de que habría un nuevo miembro temporal, la segunda porque nadie les había hecho tal pregunta y la tercera, bueno ésta aplica más a la cumpleañera, porque los ojos esmeralda del hombre la habían hipnotizado y un pequeño rubor se había creado en sus mejillas.

-¿Señoritas?-

-A mí te puedes referir como Señorita Ibara.- 

-A mí como Señorita Reiko.-

-¿Y a usted?- dijo Izuku con una sonrisa

-Te puedes referir a mí como... Setsuna.- Tras decir esto, cubrió sus mejillas para evitar que se viera su sonrojo y sus amigas se le quedaron mirando con los ojos abiertos del asombro de que su amiga hubiera pedido ser llamada por su nombre únicamente.

Tras una hora y media, las chicas se hallaban platicando de lo más normal, pidiendo incluso la intervención de Izuku con la excusa de que requerían de la opinión de un chico sobre ciertos temas, en especial, si Setsuna le parecía linda o no. Mientras el tiempo pasaba, y casi al final, Izuku le regaló a Setsuna un pedazo de pastel en señal de felicitación.

-Por su cumpleaños y por su preferencia con nosotros.- dijo entregándole un pequeño pedazo de pastel.-Gracias por venir y vuelvan pronto.

Tras una despedida un poco incómoda, Setsuna le entregó su número telefónico y se retiró del lugar; mientras caminaba, sus amigas buscaban molestarla o hacerle bromas con lo que acababa de pasar.

-Saben, es bueno ver esta faceta de ustedes. Me gustó mucho el venir aquí con las dos.-

-Te puedo apostar a que eso no fue lo único que te gustó.- lo que provocó un gran sonrojo en la peliverde.

-¡C..C..Cállate!-


Unas horas más tarde, el turno de Izuku había terminado, dejó el uniforme que le prestaron y se dirigió a su departamento. Tenía muchas ganas de descansar y de no pensar en su labor de vigilante por el resto del día; estaba tan inmerso en sus pensamientos que no vio a la persona de en frente hasta que chocó hombros con él.

-Ah, lo lamento.- dijo con sonrisa apenada

-¿Deku?-



El Héroe en las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora