One Shots- Queen/BoRhap Cast

23. Gwilym Lee

El olor de algo dulce flotaba en tu apartamento tan pronto como entraste por la puerta. Te hacía sentir cálido por dentro. Siguiendo tu nariz, te dirigiste a la cocina. Allí estaba Gwilym, vestido con un delantal y un pastel en mano. Un segundo pastel se sentó en la estufa, enfriándose. La luz estaba encendida en el horno y viste un tercer pastel todavía horneadose.

"Hola, amor", dijo con una sonrisa. "¿Cómo te fue en el trabajo?"

"Bien", dijiste con una sonrisa. "¿Qué estás haciendo aquí?"

"Tuve el día libre y pensé que haría algo además de mirar televisión", respondió.

"¿Así que horneaste tres pasteles enteros?" Preguntaste.

"Sí", dijo como si fuera normal.

"Ni siquiera sabía que podías hornear", comentaste.

"Estoy lleno de habilidades inesperadas, cariño", bromeó.

Te reíste.

"Bueno, solo me voy a cambiar, y luego me encantaría ayudarte".

"Solo un segundo", dijo. "Todavía no me has besado, hola".

Sonriendo, llegaste al mostrador y él dejó el pastel para tomarte en sus brazos y besarte suavemente. Tarareaste alegremente.

Desapareciste en el dormitorio y te pusiste unos pantalones de yoga y una de las camisetas de Gwil. Luego volviste a la cocina, donde estaba sacando el tercer pastel del horno. Disfrutaste verlo inclinarse. De hecho, le silbaste. Se rio mientras se quitaba los guantes de cocina y luego te miraba.

"Buen trasero", dijiste.

"Gracias", respondió.

Mientras ese pastel se enfriaba, ambos volvieron al primero para terminar de ponerle decoraciones. Te mostró cómo hacerlo y seguiste sus instrucciones con el mayor cuidado posible. Él guio tus manos mientras ibas, y extrañamente lo encontraste sexy. Sus brazos te rodeaban y su boca estaba justo al lado de tu cuello.

"¿Dónde aprendiste todo esto?" Preguntaste cuando te dejó para servir el segundo pastel.

"Mi madre me enseñó", respondió. "Ella fue excelente en esto".

"Gwil ... ¿también hiciste el fondant?" Preguntaste de repente, dándote cuenta de que estaba en un tazón grande en lugar de una tina de plástico con una marca en él.

"Oh, sí", respondió. "Si voy a hornear de todos modos, también podría hacer el fondant".

Apretaste un poco tu dedo y lo probaste. Era cremoso y ligero. Dulce, pero no tan dulce. Tu gemiste.

"¡Dios, eso es bueno!" Lloraste "Creo que acabo de tener un pequeño orgasmo".

Se rio entre dientes. "Deberías probar la de mi madre".

"Si es mejor que esto, te dejaré por ella", dijiste.

"No te culpo en lo más mínimo", dijo con una sonrisa.

Su rostro cambió a una expresión que no había visto en él antes. Algo parecido a la tristeza, pero no del todo. Un anhelo, tal vez.

"¿Que pasa amor?" Tu preguntaste.

"Simplemente me golpeó de repente cuánto tiempo ha pasado desde que hice esto", dijo. "Realmente me está trayendo de vuelta".

"Cuéntame más al respecto", dijiste, sentado en uno de los taburetes del bar.

"Un momento", dijo, y luego cortó dos rebanadas del pastel que acababa de decorar. Los sirvió en platos y luego se quitó el delantal para sentarse contigo.

Tomaste un bocado ansioso del pastel. Todavía estaba caliente por dentro. Era suave, húmedo y azucarado. Fue celestial. Gemiste de nuevo.

"Dios, Gwil, ¡esto es increíble!" Lloraste.

"Estoy tan contento de que te guste", respondió, dándole un mordisco.

"Entonces", comenzaste. “Cuéntame más sobre hornear con tu madre”.

Con una sonrisa nostálgica, comenzó. Escuchaste atentamente, disfrutando el pastel y aprendiendo otra parte de lo que hizo que Gwilym fuera tan maravilloso.