One Shots- Queen/BoRhap Cast

104. Gwilym Lee

Advertencia: SMUT

Ropa Sucia

Son las 2 de la tarde, y el pequeño apartamento que comparten Gwilym y tú es tranquilo, salvo por el ruido sordo de la secadora y el suave murmullo de tu marido mientras acuesta a su hija a dormir una siesta.

La melodía deriva de la habitación de los niños y se dirige a la lavandería, donde te esfuerzas por escucharla sobre la máquina que está a tu lado. Esta es tu nueva normalidad. Los sábados perezosos pasaron limpiando y lavando ropa mientras su hija duerme la siesta en la habitación contigua.

Mucho había cambiado en los dos meses desde que Mae Lee entró al mundo pateando y gritando. Era mucho acostumbrarse a cuidar de otro ser humano, pero tú y Gwil lo manejaban como campeones. Mae encaja entre las piezas de su vida cómodamente, como si hubiera estado allí todo el tiempo.

Aun así, algunas cosas tardaron un poco más en acostumbrarse. Como el chapuzón en tu vida sexual. Fue difícil encontrar tiempo el uno para el otro cuando su mundo giraba en torno a un recién nacido. Para cuando terminaron de comer, pañales y siestas, ambos estaban demasiado cansados para hacer otra cosa que no sea quedarse dormidos en la superficie blanda más cercana.

Habían pasado dos meses sin nada más que la sesión ocasional de besos, y todas las miradas coquetas y toques revoltosos habían culminado en una tensión tan fuerte que físicamente se podía sentir cuando los dos estaban en la misma habitación. Como dos imanes que deseaban tocar con tanta desesperación, pero que lentamente se veían obligados a separarse.

No había ayudado que Gwil estuviera demasiado ocupado con Mae para afeitarse todas las mañanas, y había abandonado su aspecto afeitado por una barba desaliñada. Esta nueva mirada te hacía querer saltar a sus huesos cada vez que lo veías. Y a juzgar por la pequeña sonrisa que llevaba, el bastardo también lo sabía.

El suave clic de la puerta que se cierra te saca de tus pensamientos y vuelves a doblar la ropa como si lo estuvieras haciendo todo el tiempo. Gwil se materializa en la puerta un minuto después, con los brazos cruzados mientras te mira.

"Es grosero mirar", murmuras, arrojando un mono doblado sobre la pila de equilibrio precariamente en la canasta a tu izquierda.

Gwilym sonríe. "Es difícil no cuando la vista se ve así". Se acerca sigilosamente y te envuelve con sus brazos, tirando de ti contra su pecho. "Tan hermoso e increíble".

Te ríes, apoyándose en su abrazo. "Sí, porque usar un jersey cubierto y pantalones cortos viejos es muy excitante".

"Lo es para mí", murmura, presionando un beso en tu hombro.

Tiemblas cuando el rastrojo de Gwil roza tu piel. Sientes su sonrisa burlona contra tu cuello, te hace fruncir el ceño.

"¿Mae esta bien?" Intentas no darle la satisfacción de ponerte nerviosa, pero tu voz vacila a pesar de ti mismo.

Gwil te responde con un zumbido, sus labios viajan lentamente por tu cuello. "Se quedo dormida en el momento en que empecé a tararear '39". Sus dedos se deslizan debajo de tu jersey y juegan con la pretina de tus pantalones cortos. "Lo que nos da algo de tiempo a solas." Se calla, tirando sugestivamente del dobladillo de la sudadera.

"Tengo que terminar esta carga y limpiar antes de que ella se despierte". Te retuerces bajo sus insistentes toques, apretando tus muslos mientras sus labios se deslizan sobre tu oreja.

"Has estado limpiando todo el día, cariño, puedes tomarte un descanso", susurra, su voz adquiere una madera irresistiblemente baja que hace que tu corazón lata un poco más rápido y empapa tu ropa interior. "Y si somos rápidos, tendrás mucho tiempo después".