One Shots- Queen/BoRhap Cast

77. Roger Taylor

Advertencia: SMUT

Tres meses enteros....

"Te he extrañado", ronroneó Roger, subiendo tus muslos por encima de los hombros y hundiendo las yemas de los dedos en ellos. Los arañó al igual que tú arañaste la tapicería en el asiento trasero de su auto.

Siseaste. Su lengua lamió el calor húmedo que goteaba entre tus piernas en movimientos hambrientos y febriles que se sentían como rayos. Estabas tan muerto de hambre que solo pasaron un par de minutos antes de que tus caderas se balancearan contra su boca, rogando por su liberación.

"Estás tan necesitada, gatita", dijo burlonamente. Luego deslizó dos dedos dentro de ti; forzó tu cabeza hacia atrás e hizo que tu espalda se arqueara.
Un grito desesperado cayó de tu boca.

"¿Quieres venirte por mí?"

"Sí", suspiraste, agarrando puñados del cabello rubio de Roger. "Por favor, déjame venir, papi. Por favor".

"¿Has sido una buena chica mientras he estado fuera?" murmuró él.

"Lo juro", suspiró. "Roger, por favor".

Sus ojos cansados se encontraron con los tuyos. "¿No te tocaste?" preguntó, levantando una ceja. Luego chupaba perezosamente tus pliegues por una fracción de segundo, igualando la velocidad de sus dedos mientras te follaban. Te presionó de nuevo. "¿Durante tres meses enteros?'

"He sido tan buena, papi".

"¿Qué has estado haciendo entonces, gatita?"

"He sido una buena chica. No me he tocado ni una vez".

Roger se echó hacia atrás y retiró los dedos, dejándote vacía e insatisfecha. Deberías haber sabido que no habría sido tan fácil. La sonrisa malvada que llevaba te lo dijo.

Pero no te impidió envolver tus piernas alrededor de la cintura de Roger, rogándole silenciosamente que bajara.

"Solo ten paciencia, gatita", calmó Roger, desabrochando sus jeans y sacando su polla.

No podías resistirte a extender la mano para acariciarlo, apenas pudiste envolver tu mano por completo. Gruesa y palpitante, viste cómo se te escapaba de las manos. Casi recuerdas lo increíble que se sentía.

Roger se acercó, con franjas de su cabello cubriéndolos a ambos. "¿Quieres eso, gatita?" preguntó en voz baja, presionando su nariz contra la tuya.

Se mordió el labio y lo miró. "Sí, por favor, papi".

Inclinando sus caderas, Roger presionó su polla contra ti, haciéndote tomar cada centímetro con facilidad. "Simplemente no podía esperar para estar dentro de ti otra vez, Gatita", sonrió.

No podías esperar tampoco. La sensación de que su polla te estiraba después de todo este tiempo era aún más eléctrica que su boca. Entre suspiros amortiguados y gemidos silenciosos, lograste enviar tus labios chocando contra los suyos, agarrándolo por el cabello para mantenerlo allí, cerca.

Se movió con urgencia sobre ti. Sus claros ojos azules estaban nublados con un foco oscuro mientras rápidamente desenmarañaba meses de tensión en cuestión de minutos.

Justo a punto de dejarlo ir, lo agarró y apretó a su alrededor hasta el punto de que nada de esto estaba bajo su control. Roger lo sabía y lo estimuló aún más, sus movimientos cobraron un ritmo implacable que hizo que el pequeño auto deportivo se balanceara. Pero lo sabías mejor. Tuviste que preguntar primero. "Por favor, papi".

"¿Qué pasa gatita?"

"Papi, por favor", repetiste. Como si decir las palabras en ese orden pudiera darte lo que querías.

"Usa tus palabras", presionó, enterrando su rostro contra el hueco de tu cuello. "Vamos, gatita, no te pongas tímida conmigo. Recién estamos comenzando".

"Por favor, ¿puedo venirme, papi?" te quejaste, clavándote las uñas en el cinturón de seguridad.

Una risa reverberó a través del cuerpo de Roger y voló a través del tuyo. "Ve por ello, gatita".

No tuvo que decírtelo dos veces.