Changes

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Nunca cambió. Cambió la manera de mirarse a sí misma, de verse frente al espejo y de criticarse. Nunca cambió. Cambió la manera de tratar a los demás por cómo la tratan. La veis sonreír, pero nadie sabe cuántas noches lloró porque le hicieron daño. No cambió, mejoró para no cometer tantos errores, para no caer a abismos equivocados. Está jodidamente loca y eso la hace única entre las demás, aún así piensa que es del montón, sin saber que es la chica por la que el cielo cae para besarla. Estoy completamente seguro de que proviene de otro mundo, porque de este no es. Nadie sabe cuántas veces estuvo al fondo de su precipicio favorito. Nadie sabe cuántas lágrimas lleva debajo de su sonrisa ni cuántos insomnios tiene en la mirada. Nadie sabe lo que tuvo que sufrir para ser la chica que hoy en día es. Nadie sabe hacerla sentir como si la vida no doliese, al contrario, las personas que ha conocido han aportado un granito de arena a su tristeza y a su forma de sentirse ignorada. Le escriben a su felicidad, a su maquillaje, a su disfraz que lleva como si nada estuviese pasando, cuando en realidad el mundo se le cae a pedazos agigantados. Yo le escribo a su tristeza, a su dolor, a su encanto. Nunca cambió, sólo aumentó el amor a sí misma, a sus cicatrices y aprendió a lamerse las heridas en todas las estaciones del año, sin esperar a que alguien viniese a hacerlo. No habla con nadie de sus inseguridades, ni de su manía de hacer parecer las cosas aún más desastrosas. No sé nada de ella.

De mi, para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora