Pov. Martha
Despierto agitada, mi camisón se pega a mi piel gracias al sudor. El reloj marca las 5:00 AM.
Otra noche sin dormir bien, en mis sueños se repetía una y otra vez la muerte de la chica con el pelo verde botella, no creo poder volver a dormir y me dirijo a la cocina.
Un vaso de agua fría ayuda a tranquilizarme, salgo al balcón y me siento en la silla que sabiamente puso Hotaru ahí, me cuesta asimilar que nunca más volveré a ver a Itachi.
Han pasado muchas cosas desde que Natalia y yo caímos en éste mundo, a pesar de los años sigo sin acostumbrarme a todo.
Tal vez hubiera sido mejor haber muerto en ese accidente, al menos así ya no sufriría más, no me volvería a enamorar y desde luego no me volverían a decepcionar abandonandome.
Me paro del asiento y una por una paso mis piernas por el barandal, veo los tres pisos que me separan del suelo y me pregunto si será una muerte segura.
Sacudo de mi cabeza la ridícula idea pero antes de subir a un lugar seguro siento como alguien me empuja.
Debido a la sorpresa y a un poco de suerte logro sujetarme con una mano al piso, una figura negra se acerca al borde con toda la intención de pisarme.
Me balanceo y antes de su pie toque mi mano logro acumular chakra en la planta de mis pies y pegarme justo debajo del balcón.
Gracias a la hora nadie puede verme desnuda pues el camisón se levanta hasta exponer todo mi cuerpo, escucho a la persona moverse pero al poco tiempo se va.
Desde adentro escucho a Hotaru llamarme, salgo con cuidado y antes de que ella vea lo que ha sucedido me siento en la silla como si nada hubiera pasado.
— Oh Misaki, me preocupe al no verte en la cama.
—¿Cómo sabías que no estaba?.
— Cuando estoy muy preocupada como para dormir me tranquiliza ir a verte, lo hacía desde que eras una bebé.
Sale a mi encuentro y a la primera brisa cierra su bata para voltearme a ver.
— Vamos adentro, prepararé chocolate caliente.
Antes de seguirla inspecciono todo en busca de pruebas pero no hay nada, incluso así sé que quien fuera que me atacó estoy segura de que es de Raíz.
🍃
Camino desganada por la Aldea, me siento perseguida pero por más que volteo no logro ver a nadie, al no prestar atención choco con una persona. Estoy a punto de disculparme hasta que veo con quien choque.
— Naruto...
El rubio levanta la mirada y sólo entonces me doy cuenta de el dolor en ella, recuerdo haber visto a Gamabunta hoy temprano pero gracias a lo que paso en el balcón no le tome gran importancia.
— Lo siento Naruto.
—¿Lo sabían cierto? Lo vieron morir... Por eso Kikyo no podía verme a los ojos cuando le pregunté.
Hace meses de eso, todos notamos la incomodidad de Nati pero Kakashi fue a su rescate antes de que Naruto preguntara más.
— No estábamos autorizadas para eso.
—¿Autorizadas? ¿Te parece que él era una misión más?— aprieta sus puños— ¿Cuándo planeaban decírmelo? Creí que eramos amigos, incluso pensé en Kikyo como mi familia.
— No te desquites conmigo, sólo seguía órdenes.
—¡Al diablo con las órdenes! ¡¿Por qué no me lo dijeron?!.
Me agarra de los hombros y empieza a zarandearme, intento quitármelo de encima pero pone más fuerza a su agarre y en su rostro está plasmada la furia.
Empiezo a marearme y siento que en cualquier momento me puede hacer daño, se pone peor cuando sus ojos cambian a rojo.
—¡Ayuda!.
Grito con todas mis fuerzas mientras Naruto gruñe, sé que no es él sino el Zorro. Sigo gritando hasta que una cabellera plateada quita uno de sus brazos.
— ¡Basta Naruto! Le haces daño a tu compañera.
Eso parece hacer click en su cabeza porque sus ojos recuperan su color azul y el otro brazo se aleja de mí, niega varias veces con la cabeza y sale corriendo.
— Debieron ser más sutiles cuando le dijeran lo de Jiraiya-sama.
Dije en reproche mientras me abrazaba a mi misma, Kakashi me voltea a ver reprendiendome con la mirada.
— No importa cómo se lo dijéramos, Jiraiya-sama era como un padre para él, no había una manera suave de decírselo.
Me da la espalda y empieza a caminar, se detiene y regresa extendiendo un pergamino.
— Tsunade-sama te ha asignado una nueva misión.
Desaparece y yo bufo. Intento llegar a la oficina de Tsunade pero Shizune me inventa las mil excusas de porque no puede recibirme, tampoco accede a darme información de Natalia.
Ahora es cuando más la necesito y ellas me siguen manteniendo al margen.
🍃
Estoy esperando al equipo Guy en la entrada de la Aldea, llegué más temprano de lo que quería y ahora me toca aguantarme a los guardias.
— Oí que te vas de la Aldea.
No volví a hablar con él desde aquella vez de la masacre Uchiha pero nunca olvidaré esa voz, volteo completamente horrorizada de ver a Danzo Shimura.
— No pensé que se atrevería a mostrarse delante mío .
Se sorprende de mi franqueza pero de inmediato ríe, una risa maligna y que no augura nada bueno.
—¿Por qué debería temerte?.
Se acerca más a mí para que los guardias no nos escuchen y de paso para tratar de intimidarme, lo está logrando.
— Es lo que me he estado preguntando todos éstos años, ¿A qué tanto le teme cómo para vigilarme?.
— Yo no le temo a nada, en cambio tú... Al parecer ya no eres del agrado de la Hokage, es estúpida pero hasta ella reconoce a un traidor.
— ¿Perdón? .
No contesta de inmediato y sólo se pavonea a mi alrededor, una extraña sensación recorre mi cuerpo cuando recuerdo que esa acción también la hacen los animales cuando están a punto de atacar.
— Una pena lo de tu amiga, provocó una gran disputa con Kirigakure, se hablaba incluso de una nueva guerra y todo por un extraño movimiento realizado por Akatsuki, casi como si alguien más estuviera involucrado.
Lo último lo susurra en mi oído, aprovecho su distracción y le doy un codazo en el estómago, se dobla sorprendido de que me atreviera a golpearlo a plena luz del día.
— ¡Oh lo siento mucho no fue mi intención! — me agacho para "ayudarlo" y una vez cara a cara lo mantengo ahí — Ellos olvidarán ése detalle cuando les cuente de su alianza con Hanzo de la Salamandra.
El viejo intenta alejarse con un gruñido pero aplico más fuerza en mi agarre para regresarlo a su posición.
— O mejor aún, puedo contarles lo de ése bonito ojo.
Con eso tuvo para safarse con brusquedad y darme una mirada terrorífica. No se de dónde saque la fuerza para sostenersela y mucho menos sé cómo le seguí contestando.
— No importa lo que hagas nunca serás Hokage.
Avanzó furioso pero la suerte estuvo de mi lado, Guy-sensei llegó haciendo circo maroma y teatro antes de presentar su respeto a Danzo.
Sin embargo no era tonto y de inmediato notó mi hostilidad hacia Shimura.— Vamos Misaki.
Asentí y seguí al equipo Guy sin voltear a ver al dueño de casi todas mis pesadillas.
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El camino continúa
FanfictionLos años pasaron rápido para Martha y Natalia, ellas que saben todo lo que sucederá y ya han planeado la manera de ayudar a otros. El camino se vuelve más peligroso y la muerte las acecha en cada esquina. *Ésta es la segunda parte de 'Caminando entr...