Don't trust no one

Capítulo III

Luego de que el último pasajero subió al tren, éste pudo abandonar la estación. Eran otros días de viaje antes de llegar a Dreamworks, Sandman no iba a estar con él pero podía aprovechar el tiempo para conocer más a la joven platinada.

El castaño salió de su habitación llevando consigo una cajetilla de cigarrillos en su bolsillo, decidió ir al bar que tenían para despejar su mente, al pasar por una habitación notó al mismo hombre de cabello negro arreglarse frente a un espejo, Jack rodó los ojos y siguió su camino hacia el pequeño bar del tren; el lugar estaba algo lleno, al parecer, la mayoría había tenido la misma idea, el castaño pasó una mano por su cabello y se encaminó a la barra

—Buenas tardes —

—Dame un whisky, por favor — pidió el chico, el barman asintió y fue a buscar la botella, el castaño examinó a las personas: un chico castaño que se le hacía muy familiar jugaba a las cartas con un hombre rubio, una sonrisa se asomó por su boca cuando divisó a la platinada charlando con una joven de cabello naranja, ambas se veían serias pero en cuanto los ojos de Elsa chocaron con los de Jack ambos sonrieron.

—Su bebida, señor — el castaño miró su bebida junto a el

—Gracias — la tomó y se fue a sentar a uno de los rincones de la sala, junto a él había una mujer de cabello negro que jugaba a las damas con una chica de cabello rubio, ambas se le hacían conocidas pero no recordaba de dónde...

—De verdad que no creí volver a verle — Jack levantó su vista hacia la rubia platinada que llevaba un vaso de vidrio entre sus manos y un libro —¿Puedo? — señaló el asiento frente al joven, éste asintió y ella se sentó

—Creo que ninguno mencionó a dónde iríamos —

—Bueno, es algo de lo que no hablamos en el barco — la joven se encogió de hombros — No sabía que tomabas — señaló el vaso de whisky

—No siempre, quería algo fuerte — ella asintió no muy convencida — Tal parece que conoces a varias personas del tren —

—¿Te refieres a la señora Bogerman? Trabaja conmigo, ella y su esposo también tuvieron que mudarse a América —dijo abriendo su libro

—No sabía que te gustaba leer — comentó el castaño, Elsa lo miró con una ceja alzada

—Creo que hay mucho que no sabe sobre mí, Jack — el chico asintió con una sonrisa de lado —¿Qué me dice de usted? Supongo que yo tampoco lo conozco del todo —

—Bueno, siempre hay algo que falta por contar sobre nuestras vidas — la chica se rio

—Ya lo creo, ¿qué te parece si...? — Elsa se quedó callada al sentir una mano en su hombro, al girar y ver de quién se trataba, Jack juró que la vio tensarse

—Detective Frost, he oído mucho sobre usted... Me presento, soy Pitch Black, dueño de la compañía de autos más reconocida del país — el hombre de ojos ámbar sonrió de lado, Elsa se removió en su asiento incómoda y logró quitar la mano de Pitch de su hombro

—Un placer conocerlo, señor Black... me han dicho que sus autos son de lo mejor que hay— ambos estrecharon manos, el peli negro sonrió satisfecho por el comentario

—Ya lo creo —el carraspeo del acompañante de aquél hombre hizo que Pitch retirara su mano primero

—Me retiro, un gusto Detective — miró a Elsa de arriba para abajo — Señorita... usted se me hace familiar ¿la conozco de algún lado? — Elsa se puso seria

— De Noruega, hace ya varios años — Pitch se rio

—Ya la recuerdo... usted es la joven Elizabeth ¿no? — ella asintió — Déjeme decirle que se ve muy hermosa, mucho más incluso de lo que su madre lo fue — Pitch se retiro del lugar dejando a los albinos solos, Elsa miró hacia otro lado