❀ Día 1: Futuro/Crimen ❀

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La sensación de frío ha estado presente desde siempre en su piel a pesar de que el indicador de temperatura indica unos perfectos veinticinco grados en el interior de su solitario hogar

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La sensación de frío ha estado presente desde siempre en su piel a pesar de que el indicador de temperatura indica unos perfectos veinticinco grados en el interior de su solitario hogar. El silencio lo aturde incluso con la innumerable cantidad de equipos electrónicos desperdigados por doquier. Pero cuando sabe que la necesidad de contacto humano es lo que lo mantiene en vela por las noches que algo en toda esta situación está mal.

No recuerda como debía de verse el exterior. Lo último que supo del mundo más allá de las paredes de hormigón que conformaban su hogar eran unos vagos recuerdos de un par de manos tocando sus mejillas y aire helado azotando su cuerpo. Luego de eso solo conoce sus pantallas y a sí mismo.

A su vez también conoce a gran cantidad de personas. Todas ellas frecuentan sus pantallas para alguna charla ocasional y a pesar de que podían considerarse 'amigos', nunca pudo evitar pensar en qué se sentiría tocar el cabello en punta de Bokuto, ver a través de los anteojos de Tsukishima o incluso olfatear el aroma natural de Kenma luego de una larga charla acerca de los distintos aromas generados por los cascos de inmersión virtual.

Estaba completamente consciente de que estos pensamientos eran un error grave para cualquiera. No debía de desear cosas que ya eran facilitadas por la tecnología bajo ningún término, el contacto humano estaba primero en la lista de prohibidos.

Sin embargo, la sensación desbordante y placentera de conocerse a uno mismo con sus propias manos, tocar texturas, sentir aromas, reacciones físicas que nunca imaginó tener, solo lo hacían fantasear secreta e inevitablemente con algún día tener el privilegio de conocer a alguien tan bien como a sí mismo y no desde una pantalla.

Es entonces cuando el destino toca a su puerta —o a su techo— de manera inesperada.

Un panel de cieloraso suspendido se elevó hasta desaparecer y del agujero resultante cayó una figura en medio de la noche. Su hogar, cubierto de penumbras resulta un escondite perfecto para alguien tan escuálido y pequeño como Shouyo quien con todo el sigilo posible intenta esconderse del invasor.

'¡Es alto!' Observa. O al menos más alto que él, pero al ser la primera persona que ve en años no tiene nada con qué compararlo.

La delgada tela del pijama no evita que el frío del suelo llegue hasta su piel mientras se arrastra hacia la inutilizada puerta de ingreso, o más bien, hacia la pantalla con el comando de emergencia que se encuentra a un lado de esta.

La principal razón del aislamiento es para evitar la propagación de un virus mortal y todos quienes estén fuera de sus hogares indudablemente son infectados. Toda la población tiene ordenes estrictas de permanecer aislados de cualquier otra persona hasta nuevo aviso, el cual viene esperando durante toda su vida. Y ahora hay uno de ellos merodeando por su casa en busca de quién sabe qué. Si existe alguna posibilidad de evitar la desinfección obligatoria para todos los contactados por infectados es esa y no puede darse el lujo de desaprovecharla.

【 AtsuHina Week ²⁰²⁰ 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora