Colección de siete (+1) oneshots correspondientes a la AtsuHina Week 2020.
✿Desde el 7/6 hasta el 13/6✿
① ▸Futuro/Crimen.
②▸Soulmates/Fantasía.
③▸Doméstico/Mutual pinning.
④▸Royalty/College.
⑤▸Rivales/Amigos de la infancia.
⑥▸Flores/Idol.
⑦▸Libre.
⑧...
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En el momento en que Shouyo comenzó a mordisquear su oreja de forma nada inocente no lo pensó mucho y aceptó su propuesta sin dudar, pero ahora que su novio se encontraba a kilómetros de distancia y tenía por delante la difícil tarea de realizar el paso más grande en una relación por sí mismo quiso volver a la edad en donde cambiaba puestos con Osamu para zafarse de sus deberes.
Así que ahí estaba, con un colorido cartel en la estación de tren de Tokio esperando por su desconocida cuñada a la cual tendría que cuidar por sí mismo durante dos días y una noche.
¿Se le daban bien los niños? Se le daba bien molestarlos.
¿Entendía a las mujeres? Pasó su vida llorando penes por alguna razón.
¿Entonces por qué estaba en esa situación? Porque si lograba obtener la aprobación de Hinata Natsu —a quien solo conocía por fotografías— sería estar un paso por encima de Kageyama quien según los rumores, nunca pudo terminar de agradar a la menor de los Hinata.
Con una imagen mental bastante realizada en donde ambos veían películas infantiles, iban a jugar en las hamacas del parque y hacían adorables onigiris juntos, sonrío y se confió con que todo estaría bien.
Después de todo ¿Qué tan difícil puede ser cuidar a una adolescente de quince años?
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Nadie nunca le advirtió de que cuidar de una adolescente de quince años fuese tan complicado.
Y ahora, parado fuera de una discoteca completamente cubierto de alcohol con su cuñada llorando a unos saludables dos metros de distancia, descubrió que por ahí no eran tan diferentes el uno del otro.
Pero primero hay que relatar los hechos acontecidos con anterioridad.
El primer encuentro entre Atsumu y Natsu fue... extraño. Casi como decir que sujeto con un cartel lleno de unicornios estaba esperando a una clase de delincuente juvenil en la estación de tren.
Atsumu incluso miró más allá de la niña como buscando otra cabellera naranja —cualquiera— que no fuese esa.
—Veo que eres el nuevo setter en la colección de mi hermano.
