Me enamoré de ti

Capítulo 12

-Ellie y yo somos buenos amigos ¿verdad? -agregó Alex dándome un beso en la mejilla y mirándome con diversión.

Ay no... ¿Porque tiene que mirarme con esos ojos tan hermosos? Dios....

-Si, así es -digo mostrando una sonrisa sin mostrar los dientes.

Sabía perfectamente que lo de Ellie no me hace caso lo decía jugando. A veces no sabía cuando hablaba en serio o cuando solo era bromeando.

-Pensé que entre ustedes había algo -dice Robert mirándolos con picardía.

-Deberíamos ir para allá, a ver si ganamos algo -digo cambiando de tema  ya que estaba incómoda.

-No tienes buena puntería -Dijo Alex burlándose de mi y riéndose.

Abro mis ojos molesta.

-Mmmm... y de paso te ríes -digo empujándolo levemente con mis ojos clavados en él.

-¡Ey! solo estoy jugando contigo -dice entre risas agarrando mis manos para que no lo empujara más.

-¡Vamos! Quiero ganarme ese oso -dijo Anna entusiasmada.

-Veamos si Robert tiene puntería -dijo Alex mirando a Robert divertido.

Robert estaba tratando de encestar una pelota pequeña para ganar ese oso que quería Anna, para suerte de Anna, Robert ganó.

-¡Si! -dijo Anna chillando.

-Aquí tiene su premio -dijo el señor que se encontraba del otro lado.

Anna agarro su oso emocionada.

-Ahora me toca a mi -dije desafiando a Alex con la mirada.

Él había dicho que no tenía buena puntería y quería demostrarle lo contrario.

-Casi -dije con mucha seguridad lanzando la pelota ya que estuve cerca de ganar.

Justo aparecieron otras chicas y una de ellas también quería el mismo oso, y comenzó a lanzar la pelota para encestar primero que yo.

-¿Me ayudas? -le dijo esa chica coqueteando con Alex y él muy descarado le dijo que si.

Alex prácticamente estaba compitiendo conmigo a ver quien encestaba primero, pero perdí mi concentración viéndolos a ellos, esa chica estaba coqueteando descaradamente con él.

- No debería importarme si esa chica y Alex están juntos -me digo a mi misma.

-Creo que deberías poner carácter, esa chica te quiere quitar a tu chico -me susurraba Robert en el oído con ese tono de voz peculiar que ya conocía.

-Alex y yo no somos nada -digo con indiferencia lanzando la pelota con más fuerza.

En realidad por dentro sentía celos.

De pronto ocurre, Alex encesta la pelota y gana.

-¡Si! Eres bueno lanzando -dijo esa chica chillando.

Yo estaba que la mataba con la mirada pero tuve que disimular mostrando una sonrisa falsa antes de que mi actitud me delatara ante todos. Vi como el mismo Alex agarro el oso y se lo entregó a ella, y ella por supuesto no dejaba de  mirarlo embobada. Luego pude ver cómo intercambiaban sus números telefónicos.