III. Mis deseos no son buenos

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El ruido que causaba el bus era molesto, y no dejaba a Anika dormir, y apenas pensar. Levanto lentamente la manga de su poleron, y miro sus muñecas. "Que idiota fui, ¿por qué diablos me corté? Fue hace un montón de tiempo... Pero son cicatrices que jamás desaparecerán..."

A pesar del ruido, logró cerrar sus ojos y descansar, era un viaje largo y era demasiado temprano.

Al abrir los ojos, faltaban unos diez minutos para llegar. Ethan jamás le mostró el lugar donde vivía, así que, para verlo, tendría que juntarse con su primo, Zaid Vanderheat, él era el mejor amigo de Ethan.

Empezó a mirar hacia la ventana, esperando a llegar, pero se quedó en las nubes, como siempre.

– ¡Señorita! Esta es su parada– El conductor noto que ella estaba en otro mundo.

–Ah, claro, gracias– Le sonrió y bajo del bus.

Ethan y Zaid vivían en un lugar poco poblado, tranquilo y lejos de la gran ciudad, muy lejos. Anika vivía a una hora de la gran ciudad, pero el lugar sí que era tranquilo y espacioso, había un bosque cerca de casa, y era muy grande, allí ella salía a montar y a tomar un descanso, además había un lugar que solo conocían Ethan, Olivia y ella. Estaba oculto por unas montañas, y la única entrada era entre un montón de plantas y un pequeño hueco en na montaña, o saltando una parte a caballo, que igual estaba oculta. De todos modos, nadie iba al bosque ni intentaba buscar lugares interesantes en él. Así que Anika, Ethan y Olivia eran los únicos en conocer el lugar de la cascada.

Sintió el viento del bus al avanzar, y con eso se puso a caminar, no era muy lejos a donde iba, pero con el bolso que llevaba se le hacía incómodo caminar y más agotador.

Llego rápido a la casa de Zaid, y lo llamo a su celular para que abriera el portón.

–¡Anika! ¿Cómo estás niña? – Él siempre la trataba como una niña pequeña, siendo que era tres años mayor.

–Otra vez con eso... No me digas así– Suspiró–. Necesito ver a Ethan.

–Pero no creo que puedas– La miro divertido –. ¿Hay algo entre ustedes acaso?

– ¡Claro que no! – Anika odiaba que la molestasen con sus amigos–. Bueno, no importa, voy a buscar algo y me llevas.

–Pero Anika...

Anika se alejó rápidamente para que Zaid no pudiese decir que no. Fue a la pajarera, donde estaba lleno de piedras. Tardaría mucho en encontrarla, pero valdría la pena.

Revisó por toda la pajarera, piedra por piedra como idiota. Sin darse cuenta del brillo azul al fondo del lugar.

Levantó la mirada cansada uy aburrida, y en ese minuto logro ver la piedra, fue corriendo a buscarla y al tocarla la piedra se fusionó con su piel, causándole demasiado dolor, pero Anika logro resistir y salió de la pajarera, mientras sangre corría en la palma de su mano. Llego a la cocina, tomó un pedazo de tela y se vendo la mano.

– ¡Zaid! – Empezó a gritar, ya que no había nadie en casa aparte de Zaid, así que no molestaría.

–Que pasa? – Zaid apareció atrás de ella de la nada.

– ¡Ah! ¡No me asustes así! – Suspiro –. Vamos a la casa de Ethan de una vez, por favor.

–Pero...

– Nada de peros, necesito verlo.

– Está bien, pero luego no te quejes si nos dice que nos vayamos.

Deseos de Muerte [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora