IV. Este es nuestro secreto

108 7 5
                                    


El Conejo cogió la mano de Anika para ayudarla a levantarse del suelo, luego no la soltó más, Anika estaba preocupada, no estaba segura de esto, ¿caminar con un viejo pervertido de la mano hacía no sabes dónde? Era un riesgo que iba a correr, era eso o morir.

–Esto... Todo depende de mis deseos, ¿no?

–Exacto.

–No recuerdo cuanto he deseado... ¿Crees que muera?

–No... No otra vez... – Anika no escucho su respuesta, así que se limitó a suspirar.

– ¿Hay algo que hacer para eliminar las misiones?

–Hay tres tipos de cartas, las blancas, las negras y las doradas. Las blancas se pueden romper, casi nunca las mandan, son para deseos estúpidos así que puede que te las manden más seguido–Sonrió– Aunque muy pocos las rompen, gente codiciosa que prefiere arriesgarse, en resumen, idiotas. Las negras son las normales, cumples lo que te piden y tu deseo se hace realidad, son generalmente para deseos comunes. Y las doradas son para deseos difíciles, imposibles, te dan tareas difíciles de hacer y no hay manera de evitarlas...

– ¿Eso es todo? Entonces no hay nada que hacer, ¿esto no tiene fin? – Pensó un momento la "información" obtenida. – ¡¿Eso significa que hay más gente en esto?!

–Eso depende de ti, y sí.

Llegaron a una casa antigua, de unos dos pisos, elegante y con olor a eucalipto y flores. Anika dudó al entrar, pero necesitaba ayuda...

Estaba llena de tierra, y olía a gato mojado, estaba lloviendo.

– ¿Sabes? Antes de hablar, ve a bañarte, el baño esta al final del pasillo.

–Pero...

–Solo ve.

– ¡Eres un viejo pervertido!

–Lo sé...– sonrió

No se escuchó ruido aparte de la ducha como por media hora, Anika tardaba un montón en bañarse, hasta que se dejó de escuchar el agua correr y solo hubo un fuerte ruido. El Conejo se levantó de golpe y corrió hacia el baño. Tocó la puerta, dos, cuatro, siete veces y no le contestó nadie, no había otra opción.

–Anika, ¡voy a abrir por la fuerza! – No se escuchó respuesta– ¿Anika...?

La puerta cayó al suelo, y ahí estaba Anika, desmayada, envuelta en una toalla, probablemente cayó y se golpeó en la cabeza. El Conejo la recogió y la llevo a una pieza, la dejo ahí, y volvió a sentarse en el sillón, esperando a que Anika despertase.

–Uhhh...– Suspiró– ¿Dónde...?

Miro a todos lados y no reconoció el lugar, luego recordó que estaba en la casa del Conejo, pero no sabía cómo había terminado ahí, más tarde noto que estaba cubierta solo por una toalla. Se miró, ¿Que había pasado? no recordaba, lo mejor sería preguntar al Conejo. Estaba en una pieza en el segundo piso de la casa. Bajo las escaleras y vi al Conejo dormido en un sillón. Miro la hora... Las dos y media de la madrugada. Diablos, mamá y papá estarían furiosos.

–Conejo... Despierta por favor.

Abrió los ojos de a poco y me miro. Había dejado su ridículo sombrero de lado y Anika se quedó mirándolo, cabello rubio, ojos celestes, nariz perfecta y más.

–Anika.

– ¿Qué?

–Ve a casa. – me miro cansado.

–Pero estas no son horas de salir...

–Hablo de en la mañana, niña tonta.

–Ah, claro. Pero, ¿guardaras este secreto?

–Sí, este es nuestro secreto. – Sonrió–. Ahora ve a dormir, niña tonta...

Al día siguiente llegue a casa como a las diez de la mañana. Toco la puerta y nadie abrió, tuvo que esperar unos cuatro minutos hasta que escucho a Ethan gritar.

– ¿¡Donde mierda estabas!?

Se había puesto grosero. Salto desde el segundo piso y abrazo a Anika.

– ¿Qué pasa?

–Tienes suerte, tus padres no estarán aquí como por tres semanas, y me dejaron a cargo.

–Entonces... ¿Estaremos solos y vas a cocinar?

Asintió, y Anika sonrió. Ella adoraba a Ethan, y lo mejor era que a pesar de lo que pasó una vez ellos seguían siendo amigos. Entraron a la casa, cada uno fue a su pieza y se puso a hacer lo que quisiera. Anika se pasó en el computador y Ethan su fue a dormir. Ya aburrida, Anika fue a la cocina, y allí encontró una carta blanca.

"Este deseo cambiara tu vida. No pedimos nada, solo espera al momento correcto y llegara otra carta"

Parecía extraño, una carta blanca, un deseo "estúpido" y se podía romper, cosa que Anika no hizo ya que no sabía que deseo era.

Alguien tocó su espalda, error, a Ethan le llegó un buen codazo en las costillas. Anika odiaba que le tocaran la espalda, se enojaba demasiado, hasta el punto de explotar.

–Oh, Ethan, lo siento...Pero sabes que no lo soporto.

–No importa, mi error.

Pensó en contarle, las misiones, las cartas, el Conejo, todo. Pero sabía que correría un riesgo si se lo contaba, y no quería que le sucediera algo a él.

Pronto Anika descubrió de que se trataba su deseo, eran sus padres, habían dejado una nota, que por casualidad apareció justo después de la carta, y decía que no volverían jamás. Significaba vivir solo con Ethan, ¿y solo eso? Oh no, había que pagar cuentas, gastos, comida y más... Tenía que decirle a Ethan. Aunque, decía que todo el dinero de sus padres de por vida quedaba para ellos... No tenían que trabajar y seguían teniendo dinero. Ese fue, el deseo de Anika.

–Ethan...

– ¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara?

–Lee esto...

–Pero... Demonios. Al fin te dejaron tus padres, era de esperarse.

No se dijo más. Esa noche Anika reviso viejas fotos y cosas por el estilo... Recordó, cosas importantes, que no quería recordar. Sus padres no eran tan malos, ¿no? Gracias a ellos tenía ropa, computador, celular, comida, regalos, etc. Y ella los hizo desaparecer... Quien sabía, tal vez estaban muertos, tal vez solo desaparecidos. Y eso solo lo sabía la persona que mandaba las malditas cartas y cumplía los deseos. La única persona posible de ser el "malo" en la vida de Anika, era el Conejo, sabía demasiado y era extraño, con su ropa elegante y su sombrero con orejas de conejo... Si, raro. Estuvo con Ethan un par de horas, comieron, salieron a dar una vuelta con Socorro y Destiny, los caballos de Anika... Y ya no sabían que más hacer, probablemente sería así todos los días y no podían hacer nada más.

No quedó otra opción, se fueron a dormir, Anika se acomodó y cayó en una pesadilla... ¿Peor que la realidad? Dudo de eso.

Deseos de Muerte [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora