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Kiwook salió corriendo del instituto, dejando atrás a Harin y Kanghyun, quienes no se molestaron en ir detrás suya como otras veces; por una vez sabían que su pequeño iría al conservatorio sin distraerse por el camino.

Desde que Dongmyeong comenzó a ir al conservatorio a practicar con Yonghoon el joven CyA se adelantaba para atraparlos por el camino y poder pasar un poco de rato junto a su amigo y junto al dueño de sus noches de insomnio.
Gastar toda la energía que podía almacenar en su diminuto y frágil cuerpecito para poder pasar cinco minutos más aquel niño precioso de cabello clarito y sonrisa purificadora merecía completamente la pena.

- ¡Myeong Myeong! - gritó con el poco aire que quede a en sus pulmones. No estaba para nada acostumbrado a realizar el más mínimo esfuerzo físico.

Dongmyeong y Yonghoon, que iban caminando juntos, se giraron a la vez hacia su amigo, quien caminaba tambaleándose de un lado de la acera al otro aún muerto del cansancio.

- Hola a tí también - mustió Yonghoon rebosante de sarcasmo antes de agarrar por los hombros a lo que quedaba del (ya con título adjudicado) dolor de cabeza grupal.

Kiwook se dejó caer en los brazos de su Hyung de una forma exagerada. Jadeaba sin parar y miraba al cielo como si se le acabara de aparecer un ángel; lo que en su caso era Dongmyeong, quien se había preocupado por el estado físico del chico y había asomado sobre el hombro de Yongu para verle a la cara.

- M-mi instituto queda lejos... Aah, pensé que no llegaría a ver a Myeong Myeong antes de su audición...

Dongmyeong ayudó al castaño a incorporarse, colocando un brazo sobre su hombro y otro sobre el de Yonghoon; cosa que resultó bastante incómoda debido a la gran diferencia de altura.

- No te preocupes Kiwook, aún faltan varias horas, habrías tenido tiempo de sobra - tras decir esto le dedicó una dulce sonrisa que llevó al pequeño hormonado al mismísimo cielo.

- No quería arriesgarme.

Y CyA apoyó su cabeza en el hombro del dueño de su inquieto corazoncito. Yonghoon resopló, ya estaba un poco harto de ser la tercera rueda desde hace semanas y se debatió muy intensamente si simplemente dejar a su amigo caminar al conservatorio junto con su acosador personal o si simplemente obligar a los tres chicos del conservatorio a cambiarse a su misma escuela para no tener que aguantarlos solo.

- Hyung - el mayor pareció sorprenderse al recibir por primera vez en varios días la atención de aquel niño - gracias por cuidar de mi.

Y su alma quedó purificada al instante. No importa lo mucho que te hayas enfadado porque la simple ternura que Lee Kiwook maneja en la uña del dedo meñique del pié - y eso que los dedos meñiques de los pies son muy muy feos - te hará caer rendido ante él.

- Te cuidaría hasta el fin de los tiempos si pudiera - contestó embobado.

Ahora quién resoplaba molesto era Dongmyeong.








- Por supuesto que no - sentenció Kanghyun - ha sido Yonghoon quien le ha estado ayudando todo este tiempo. Además, tú tienes que ensayar las nuevas canciones. Has pasado las últimas semanas delirando y no has avanzado nada.

- ¡Yo quiero acompañar a Myeong Myeong en su audición! - lloriqueó Kiwook.

- Hyungu, no pasa nada si quiere acompañarle él - dijo el mayor del grupo con cierta incomodidad.

- ¡Dice que no le importa! - el menor señaló al castaño con el brazo de forma expresiva - Déjame estar con Myeong Myeong~

Kanghyun agarró por la manga de la chaqueta a su crío, que había salido corriendo en dirección a Dongmyeong con la intención de agarrarlo en un abrazo para no soltarlo nunca.

- ¡Cuántas veces te tengo que decir que no debes acosar a las personas! ¡Deja en paz a Dongmyeong! ¡Y aprende a llamarlo por su nombre!

Los dos chicos habían comenzado a forcejear de forma un poco agresiva y Yonghoon trataba de separarlos. En aquel momento necesitarían alguna solución pacífica por parte de Harin, pero ese día no se encontraba allí porque tenía una cita en el dentista

Mientras tanto, Myeong miraba la escena desde una esquina de la sala sin saber muy bien que hacer. Al principio le molestaba que hablasen de él como si no estuviera delante; ahora se planteaba si llamar a la policía. ¿Por qué las discursiones entre ellos dos siempre se convertían en un espectáculo?
Si no hubiera visto como Kanghyun cuidaba de su bebé (Kiwook) con todo el cariño del mundo una vez y por casualidad, habría terminado por creer que esos dos se odiaban.

Como si el espíritu Santo - o simplemente Harin - hubiese invadido su cuerpo, Dongmyeong trató de solucionar aquel conflicto de forma no agresiva e incluso beneficiosa para ambos chicos.

- ¿Tal vez si Kiwook me acompaña y mientras los hyungs van a tomar algo? -propuso dubitativo. Ahora se dirigió al rubio - A Kiwook le apetece mucho y tú y Yonghoon os merecéis una tarde de descanso por aguantarnos a nosotros dos.

Kanghyun bajó la guardia al instante. Le habría construido un altar a aquel pianista en prácticas. Al fin una oportunidad de estar con Yonghoon sin ningún niño revoltoso de por medio.

El menor no tuvo tiempo de saltar a los brazos de su querido. Kanghyun ya había tenido tiempo de sobra para agarrarlo, dejarlo con su víctima sentimental y llevarse a Yonghoon por la puerta en dirección a una heladería.

- ¡Pórtate bien mi pequeño y no hagas a Dongmyeong sentirse incómodo! ¡Yonghoon y yo os queremos mucho! ¡Mucha suerte! ¡Hasta mañana!

Y se marchó con el mayor cerrando la puerta de un portazo.

Kiwook miró a su Myeong Myeong con intensidad y este le revolvió aún más el cabello. Tenía un rato para charlar antes de la audición y la suficiente confianza como para confesarle a su amigo que se estaba muriendo de los nervios en aquel mismo instante.

- Creo que necesito un abrazo - dijo algo avergonzado.

El menor no tardó un segundo en rodear con sus brazos al chico.

- Gracias...

Pero aún con el abrazo el corazón de Myeong Myeong seguía demasiado acelerado.

𝚄𝚗 𝚙𝚊𝚜𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚒𝚊 𝚎𝚕 𝚝𝚛𝚒𝚞𝚗𝚏𝚘 [𝙲𝚈𝙰𝙳𝙾𝙽𝙶]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora