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Lo único que se podía escuchar resonar en aquel oscuro pasillo eran los pasos apresurados — prácticamente corriendo — de Harin. Una gota de sudor que resbalaba por su mejilla amenazaba con caer al suelo. Si caía una gota caería otra, y otra más, comenzarían a resbalar más gotas sobre su rostro. Tal y como le había ocurrido a Kiwook aunque el mayor aún no sabía nada. Debía darse prisa. Podía estar seguro de eso.

— No digas nada a nadie. Sal de tu casa sin que tus padres te vean y trae un botiquín. Conservatorio. Segundo piso. Sala 0094. No tardes — tras decir esto Kanghyun colgó el teléfono dejando la cabeza de Harin imaginar miles de situaciones por las que alguien pueda necesitar un botiquín. Cada una peor que la anterior.

Corrió hasta llegar al lugar indicado. Giró el pomo y abrió la puerta. Al mismo tiempo cayó una gota. Luego otra y otra y otra más tras ver el ensangrentado rostro de su menor.

— Hyung ayúdame — sollozó un indefenso Kiwook que aún se encontraba refugiado en los brazos del rubio.

A la entrada del edificio se distinguió el sonido de una caja metálica chocando contra el suelo.











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— ¿Se puede saber que le pasa? — gruñó Dongmyeong.

Tras unos largos 30 minutos de espera no tenía noticias de CyA. ¿No se suponía que iban a comenzar a verse para estudiar?
¿No tenía cierta conexión especial con él? ¿No estaba siempre dispuesto a pasar el rato juntos?

Tras la séptima llamada perdida desistió. Se levantó de su escritorio con rabia. No por CyA, sino por él mismo.

¿Cómo pude siquiera creer que le gustaba?

Le gustas — sentenció Donju.

Myeong tuvo que hacer un gran esfuerzo para no expulsar el zumo de naranja que se había llevado a la boca por la nariz.

— ¿Pero que te pasa? ¿Por qué dices esas cosas? — contestó aparentemente ofendido mientras ocultaba su rostro detrás de una servilleta. Por el zumo claro, no es que se hubiera sonrojado ni nada. ¿Lee Kiwook? Le acababa de conocer, por supuesto que no le gustaba.

— Se lanzaría de un puente por tí — continuó el gemelo menor.

— Se lanzaría de un puente por diversión.

Donju rodó los ojos. No sabía si su hermano era ciego, estúpido o un mojigato.

— ¿Quien se va a lanzar por un puente? — preguntó curiosa la señora Son, que acababa de entrar a la cocina.

— Tu futuro yerno — Rió el menor.

Dongmyeong le lanzó una mirada asesina. No se avergonzaba de que le relacionaran con un chico no de que lo hicieran delante de su madre, pero en aquel momento simplemente le había resultado molesto. Debía ser que se le había subido el zumo al cerebro. Era la explicación más lógica.

— ¿Dongmyeong tiene novio? — Su madre no pudo evitar mostrar de forma descarada su sorpresa.

— ¿Tan raro te parece que alguien en este planeta pueda llegar a quererme mamá? — Dongmyeong sintió que se le caía el cielo encima.

— ¿Espera eso es un sí? — la pobre mujer se apoyó como pudo contra la pared.

— No... Claro que no — Myeong dió un cabezazo contra la mesa de la cocina mientras maldecía cosas que no se podían escuchar por culpa de las risas de su hermano.





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— ¿Hwanwoong? — Dongmyeong dudó por un segundo cuando vió aquella pequeña figura desaparecer tras una esquina. Él podía ser pequeño pero Hwanwoong siempre lo sería un poco más y no habían muchos chicos pequeños en su instituto.

𝚄𝚗 𝚙𝚊𝚜𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚒𝚊 𝚎𝚕 𝚝𝚛𝚒𝚞𝚗𝚏𝚘 [𝙲𝚈𝙰𝙳𝙾𝙽𝙶]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora