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Era una de esas noches en las que Dongmyeong no podía hacer nada más que dar vueltas en la cama. Mientras pasaban las horas él releía en su teléfono las conversaciones de WhatsApp que tuvo con Kiwook.
Cuando se detenía por unos segundos a pensar se daba cuenta de que no recordaba siquiera por qué se había enfadado tanto ¿Pero que imagen dejaría si al día siguiente se presentaba en clase y le trataba como si no hubiera pasado nada? Simplemente no podía.

Resignado se levantó de la cama y caminó despacio hasta la habitación de su hermano. La puerta estaba entreabierta y distinguía su figura acostada en la cama. Por la respiración repetitiva que tenía y la forma en que abrazaba su almohada podía deducir que estaba dormido.
Con cuidado de no despertar ni a su madre ni a su hermano, cruzó el pasillo a toda velocidad. Al llegar al salón se quedó mirando a través de la gran ventana que daba a un diminuto balcón que utilizaban para colgar la ropa. Estaba absorto mirando el cielo negro, sin estrellas de su ciudad.

— ¿No puedes dormir? — Dongju se sentó en el sofá.

— Oh, creía que estabas dormido... — Dongmyeong imitó a su hermano y se sentó a su lado.

— Y lo estoy, ¿No lo ves? — El menor señaló a la puerta de su habitación. La silueta que acababa de ver seguía exactamente en la misma posición.

Dongmyeong miró la silueta, después a su hermano, después a la silueta, después a su hermano...

— ¿Eres un producto de mi imaginación?

— Que- ¿Pero que dices ahora?

— Espera... ¿¡Eres Dios!?

— Si. Y tú estás embarazado. — Dongju la dió una bofetada en la cara a su hermano.

— ¡Oye!

Rápidamente el menor puso su mano sobre la boca de Dongmyeong, obligándole a callar.

— Han pasado cosas — comenzó a susurrar mientras sacaba su teléfono del bolsillo de su sudadera.

Tras unos segundos tecleando en la brillante pantalla con el cristal ya un poco roto, abrió una imagen para mostrársela a su hermano.
El silencio se estableció en el lugar por un momento. Dongmyeong sentía como se le iba helando la sangre.

— ¿Q-que ha pasado? — alcanzó a preguntar tras tragar saliva.

— Eso mismo es lo que voy a averiguar, así que si mañana por la mañana no estoy aquí, dile a mamá que me he puesto muy enfermo y que no puedo ir a clase. Confío en tí — concluyó antes de darle unas ligeras palmaditas en el hombro a su hermano.

— ¿Pero Hwanwoong está bien? — no podía evitar preocuparse. ¿Por qué nadie iba a pedirle a su hermano que pasará a recogerlo del hospital un miércoles a las cuatro y media de la madrugada?

— Dice que no es nada grave y que no me preocupe demasiado. Supongo que solo lo dirá para que no me ponga nervioso... Le conozco y es así.

— ¿Y por qué no va su novio a recogerle?

Dongju sonrió con amargura ante la pregunta.

— Simplemente se volvería loco. Y créeme, tengo la sensación de que vamos a necesitar mantener la mente fría por un tiempo — tras decir aquello, se puso en pié y se dirigió a la puerta principal — también va por tí.

Cerró la puerta con delicadeza y no volvió a aparecer en toda la noche.









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Yonghoon se levantó de su asiento en cuanto vió a Kiwook entrar por la puerta.

— Buenos días Hyung — dijo el menor tratando de actuar con la mayor normalidad posible.

𝚄𝚗 𝚙𝚊𝚜𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚒𝚊 𝚎𝚕 𝚝𝚛𝚒𝚞𝚗𝚏𝚘 [𝙲𝚈𝙰𝙳𝙾𝙽𝙶]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora