Four.

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Miércoles.

Apenas y faltaban dos días para dejar de ver y oír al fastidioso de Jeon Jungkook.
¡Dos días en los que no lo iba a dejar en paz! estaba seguro.

Y si, sabía lo que se venía apenas vio a Jungkook entrar por esa puerta con unas papitas y dos refrescos.

—Lindo, traje uno para ti.

Se lo imaginó y si no fuera porqué se había olvidado su botella de agua no lo hubiera aceptado, pero ahí estaba, Kim Taehyung aceptando el refresco que Jungkook había traído.

Pero ¡Hey! Tenía mucha sed, no era que iba a formar una linda amistad u otra cosa con Jungkook.
Por más lindo que este sea... tan lindo que antes no lo había notado.

—Me estas mirando raro, ¿tengo algo?

Jungkook con su mano se toca cada parte de su cara y se sacó legañas invisibles, Taehyung solo pudo sacar una de sus mejores sonrisas.

Y solo eso bastó para que Jungkook se perdiera en esa sonrisa y encontrarlo fuera la solo la misión de Taehyung.
Fue como viajar por el mar con la brisa golpeando suavemente su rostro junto con el brillo del, al igual que el pequeño golpe que le dio Taehyung en su cara.

—¿Qué fue eso?

—Um... No lo sé —. Abrió rápido la botella que tenía en sus manos y tomó al instante el contenido de este, su mano temblando un poco.

Jungkook comenzó a reir, no notando el nerviosismo de parte de Tae, porqué si, estaba nervioso y no sabía porqué.
Tal vez por el hecho de que ahora Jungkook le ponía ligeramente inquieto. Tal vez por el hecho de que nunca había analizado su cara, porque no lo había tenía tan cerca que podía sentir su respiración.

¡PORQUE JEON JUNGKOOK SE ESTABA ACERCANDO PELIGROSAMENTE A SU PRECIOSA CARITA!

No se había dado cuenta, Taehyung no supo en qué momento Jungkook estaba tan cerca a su rostro. Se asustó, claro, se apartó, por supuesto. ¿Quería? Obviamente que... ¿no?

No sabía lo que pasaba por su mente en estos momentos.

Fue un impulso, un impulso de parte de Jungkook que le costaría retroceder todos los pasos que había avanzado este día, se tomó el atrevimiento de acercarsele así ¡Dios! No se arrepentía de nada, la belleza era subjetiva, claro, pero Jungkook aseguraba que no había, no existía, existe o existirá belleza como la de Taehyung, era etéreo, sublime, perfecto. Taehyung era la persona más bella en este mundo y los dos demás sólo eran simples humanos tratando de competir con un Dios, simple humanos tratando de ser algo y quedando en nada porque ya Taehyung lo era todo.

Jungkook le bajaría las estrellas del cielo, le compraría el mismo con tal de tenerlo a su lado. Era egoísta y lo sabía.

—Luz de mis ojos.— llamó, su voz sonando más suave que antes, sus ojos puestos en los labios carnosos de Kim.

¡Oh! Aquí vamos de nuevo.

Taehyung solo se limitó a mirarlo, sus ojos puestos en los labios de Jungkook porque... No había porque solo tal vez le gustaban.

—¿Quieressalirconmigo?

Habló muy rápido, demasiado. La bulla de las personas entrando al salón no fueron de ayuda, el timbre sonando fuerte y Taehyung no había escuchado lo que él le dijo, su cara lo demostraba, sus labios un poco separados y sus cejas fruncidas.

—Chicos, revisaré la tarea.

Y Taehyung iba a hablar, pero no pudo.

¡Ahh! Lo de Instagram sigue en pie.

Luz de mis ojos | KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora