Te Necesito ✔|| Christopher Velez

34. Lo Sabía

Maratón 1/3

Mackenzie

Se separó un momento de mi y bajo sus pantalones hasta dejarlos en sus tobillos, volvió a acercarse a mi y siguió besando mis labios.

Estaba por tener mi primera vez.

Mi primera vez con mi mejor amigo.

—Dios, Kenzie. No sabes como me tienes—soltó entre el beso

Lo sabía, podía sentirlo.

El sonido de la puerta al abrirse, hizó que ambos nos congelaramos.

Nuestras miradas se dirigieron a la puerta, allí se encontraba la madre de Chris, su rostro no hacía más que mostrar lo sorprendida que se encontraba.

Empuje con fuerza a Chris, haciendo que este cayera al suelo. La señora Yenny cerro rápidamente la puerta, lo cual agradecía.

—¡Lo sabía, lo sabía! Sabía que terminarían juntos—la voz de Yenny se escuchó fuera de la habitación

Con mi respiración agitada y mi cara más que roja, mire a Christopher. Él me miro de igual forma.

—Mamá, incómodas a Kenzie—la señora Yenny rió a carcajadas

—Lo siento, Kenz. Iré a hacer la cena—escuchamos pasos alejarse, y después nada, ya se había ido

—Tenemos que irnos.

Me puse de pie, acomode mi vestido y luego arreglé mi cabello. Me acerqué al espejo que tenía Christopher.

—¡Christopher!—chillé, este se acercó a mi, mientras se colocaba una camisa

—¿Qué pasa?

—Mira—señale los chupetones que se encontraban en mi cuello, eran solamente tres, pero se notaban

Chris comenzó a reír, fruncí el ceño y me di la vuelta, mire nuevamente los chupetones por el espejo.

—Tenemos que irnos, ¿no?—dijo sin dejar de reír

Rodé los ojos y salí de su habitación, baje las escaleras encontrandome a la señora Yenny, no pude evitar sonrojarme por la vergüenza.

—Cariño, es bueno verte con Chris, sabía que algún día terminarían juntos. La vecina se molesto conmigo por que Chris dejó a la pobre muchachita, yo igual me enoje, pero al saber que la dejó por ti, estoy más que feliz.

No sabía que decirle, ¿le agradecía?

—Sobre lo de hace rato, yo...—me interrumpió

—Tranquila, Kenzie. Es normal, solo no olviden usar preservativos—asentí sonriendo con nervios

Christopher bajo las escaleras y se colocó a mi lado.

—No molestes a Kenzie, mamá.

—No la estaba molestando, malhumorado—dijo la señora Yenny mientras arrugaba la nariz y jalaba los cachetes de Christopher, este se dejaba y parecía no molestarle

—Ya tenemos que irnos, ma.

—No lleguen tarde, no se emborrachen y si lo van a hacer, usen preservativos, soy muy joven para tener nietos—asentimos con una sonrisa

Se despidió de nosotros, salimos de su casa y tomamos un taxi, ya era demasiado tarde para ir caminando.

Al llegar a casa de mi padre, bajamos del taxi y nos acercamos a la puerta, toque el timbre esperando a que abrieran.

La puerta se abrió y allí estaba la madre de Ethan.

—Mackenzie, querida.—dijo mostrando su enorme sonrisa

—Buenas noches, Míriam. Él es Christopher, mi...

—Su amigo—dijo sonriendo

Somos amigos, no mintió.

—Que lindo, pasen, pasen—ambos entramos, Míriam nos guió a la sala de estar

Allí estaba Ethan, a su lado una chica con el cabello castaño y ojos miel, tenía pecas y una sonrisa pintada en su rostro. Luego, estaba la hermana de Ethan, Esther de seis años, sentada en el regazo de mi padre mientras este platicaba con la novia de Ethan.

Todos dirigieron la mirada a nosotros, sonreí con incomodidad.

Mi padre bajo a la pequeña rubia y se acercó a nosotros.

—Es bueno que hayan venido—me abrazo dejando un beso en mi mejilla y luego se acercó a Christopher, estos estrecharon manos

—Lamento lo de la otra noche, señor.

—No hay problema, Chris—le sonrió, Chris le devolvió la sonrisa y no pude sentirme más aliviada

Ethan se puso de pie junto a su novia y se acercó.

—Ella es mi novia, Olivia—ambos la saludamos y luego nos sentamos en el sofá, mientras seguían platicando

La pequeña rubia se acercó a mi.

—¿Él es tu novio?—dijo señalando a Christopher, él hablaba animadamente con mi padre

—No, ¿por qué?

—Entonces puedes ser la novia de mi hermano—negué sonriendo

—Tu hermano ya tiene novia.

—Pero ella no me gusta como novia de mi hermano, yo quiero que tú seas la novia de Ethan—dijo haciendo un lindo puchero

—¿Por qué no quieres que ella sea la novia de tu hermano? Es muy linda.

—No quiso jugar conmigo por que dijo que ya estaba grande, pero tú jugaste conmigo en mi cumpleaños, y tú igual estas grande—dijo jugando con sus manos

—Tal vez se siente mal y por eso te dijo eso.

—Ella mintió, es mala, por que decir mentiras es malo, mi mami me lo dijo—dijo con su ceño fruncido

—No es mala, solo dijo una mentira piadosa—dije intentando ayudar a la pobre chica, que te odie una niña pequeña no es bueno, y menos si es la hermana de tu novio

—¿Mentira piadosa?

—Sí, es cuando mientes por una muy buena razón.

—Esther, ¿hiciste tu tarea?—preguntó Míriam, la pequeña se dio la vuelta

—Por supuesto, soy muy responsable—se giro de vuelta a mi y me sonrió—. Le mentí, pero por una buena razón, ¿eso significa que le dije una mentira piadosa?

Ahora la señora Míriam me odiaria por enseñarle a mentir a su hija.

—No, no lo hagas. Solo las personas adultas pueden decir mentiras piadosas—arrugó su nariz y se fue corriendo de vuelta a su padre

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