Te Necesito ✔|| Christopher Velez

43. Casa

Antes de todo, después de leer este capítulo, si quieren, pueden pasarse por mi perfil y ver el fondo que puse, es un pequeño spoiler de las próximas historias que publicaré ;).

Capítulo dedicado a: MaricelaPilay
Gracias por todo el apoyo,
merecidísimo tienes el capítulo.
que lo disfrutes❤.

Mackenzie

—Mack, Mack, Mackenzie—volví a mirar a Christopher

El pobre había estado hablando hace minutos y yo me encontraba metida en mis pensamientos sin prestarle atención a sus palabras, me hacía sentir mal.

—Lo siento, pensaba en una cosita—murmure

—¿Acaso esa "cosita" Tiene como nombre Zabdiel?—preguntó con tono burlón, hace días no dejaba de molestarme con lo mismo

Rodé mis ojos y solté un gran suspiro, había acertado.

—Sí. Hace unos días me preguntó si quería pasar la Navidad con él, en Puerto Rico.

—¿Y qué tiene eso de malo?—mordí mi labio inferior mientras desviaba la mirada

—No se que responderle. Navidades lejos de Ecuador he pasado, solamente que... Éstas tú aquí. Quiero pasar la Navidad contigo, como solíamos pasarla hace años.

—Palabras muy lindas de tu parte, pero es tu chico. Ve con él, el próximo año podríamos pasar la Navidad juntos si deseas—dirigí mi mirada a sus ojos

—¿Quieres que me vaya?—sus ojos se abrieron aún más, negó repetidamente

—Por supuesto que no, no lo tomes así. Solo quiero que seas feliz.

—¿Y si a tu lado soy feliz?—pregunté, segundos después me arrepentí—. No lo quise decir de esa forma, es más... Felicidad de amigos, ser feliz como amigos—me excuse

Me miro por unos segundos y luego soltó unas enormes carcajadas, al sentir mis mejillas arder cubrí mi rostro con mis manos

Trágame tierra.

—Entendí perfectamente, no tienes de que avergonzarte. Solo te puedo decir que hagas lo que piensas que te hará más feliz.

Baje un poco mis manos y lo mire con inseguridad. Su rostro se encontraba neutro, sus ojos mostraban sinceridad.

Se tomaba el tema con seriedad, eso era bueno.

Sin tener que pensarlo tanto, sabía a la perfección la respuesta, sabía exactamente qué opción me haría más feliz.

—Me quedaré en Ecuador—me sonrió mostrando sus perfectos dientes

—Bien, entonces salgamos a ver el atardecer—señalo la ventana con la mirada, me di la vuelta y podía ver el lindo atardecer

Se puso de pie y me dio la mano para ayudar a levantarme, sonreí y segundos después tome su mano, me puse de pie y ambos salimos de su casa.

Comenzamos a caminar sin prisa por las calles, disfrutando el aire fresco golpear nuestro rostro. Por la noche lloveria, eso estaba asegurado.