37. Se Fue

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Anulé la publicación y por eso no se podía leer, sorry. Disfruten, se lo merecen ahre <3

Christopher

—Papi, ¿qué pasa?—preguntó Zabdiel mirando en dirección a Erick

Erick se encontraba ahorcandome, o como el dice, abrazandome con fuerza por el cuello. Yo no podía dejar de gritar y reír, intentando safarme de su agarre.

—No dejaba de grabarme mientras intentaba sacarme un moco—Zabdiel hizo una mueca de disgusto ante lo que dijo Erick

—Hay que descansar, mañana tenemos que viajar—habló Richard para luego darle un sorbo a su agua

—Que Erick deje a Chris, míralo esta rojisimo, en cualquier momento explotará—Richard escupió su agua, mojando a Joel, éste saco su mirada del celular y la dirigió a Richard

Erick me soltó y ambos comenzamos a reír, Joel estaba completamente empapado.

—Le arruinas sus rizos, ¿no ves que debe estar toda la noche con rizadores para que queden perfectos y envidiables?—dijo Zabdiel y todos seguíamos riendonos, Joel nos miraba sin gracia alguna

Me puse de pie y tome mi celular, salí a la terraza y marque el número de mi mamá. Mañana iríamos a Ecuador, mañana la volvería a ver, estaba emocionado pues hace meses no la veía.

Hijo, ¿qué tal por allá?

Todo bien, mamita. ¿Y por allá?

Bien, aunque no es lo mismo sin ti. Ya quiero verte, cariño.

Y yo a ti, mamá. Por cierto, ¿has hablado con el padre de Mackenzie?

—No he podido, podrías pasar a verlo cuando vengan—solté un ligero suspiro

—Intentaré. Bueno, mamá, te dejó.

—Aquí estaré para recibirte, te amo, mi niño.

—Y yo a ti—sonreí para luego colgar

Guarde mi celular en mi bolsillo y pase mis manos por mi cara.

Había ganado la banda, gracias a Dios lo había logrado. Aun no podía creerlo del todo, pero me sentía realmente feliz de haber logrado algo así en la vida. Mi madre estaba orgullosa de mi, y eso era lo más especial para mi.

Apesar de irme lejos y no verla en un año, había válido la pena.

Me sentía bien estar de vuelta en mi casa, aunque sabía que tenía que irme. Seguiría trabajando duro para hacer lo que amo.

Mire mi habitación, la extrañaria demasiado.

Me acerqué al buró, y tome una foto que se encontraba enmarcada.

La mire y no pude evitar sonreír.

En la foto estábamos Kenzie y yo, cuando yo apenas había cumplido catorce años.

Había un pastel enfrente mío, yo sonreía mirando a la cámara, y Kenzie me miraba a mi.

Aquel día me había dicho muchas cosas, entre ellas, lo mucho que me quería. No había regalo más especial que tenerla a mi lado y escucharla hablar por horas. Antes no lo apreciaba como se merecía y ahora quería volver a eso.

Solté un suspiro largo, pensé que ella estaría aquí, pero no es así. Mañana me iría así que no perdería el tiempo de verla.

Dejé la foto y salí de mi habitación, baje las escaleras y me dirigí a la puerta.

—¿A dónde vas, cariño? La comida ya está lista—dijo mi madre

Te Necesito ✔|| Christopher VelezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora