El mundo del entretenimiento es todo un paradigma actual. Porque hay dos lados, el que se muestra al público y todo el detrás de escenas.
Por fuera, es gloriosamente artificial. Ver a esas personas como algo arriba de nosotros, por algo usamos el n...
El mundo del entretenimiento es todo un paradigma actual.
Uno que muchos se nosotros jamás lograremos comprender del todo.
Porque hay dos lados, el que se muestra al público y todo el detrás de escenas.
Por fuera, es gloriosamente artificial.
Demasiado hermoso, y deslumbrante para ser real.
A todos nos gusta esa fantasía, nos alimentamos de ella. De ver a esas personas como algo arriba de nosotros, por algo usamos el nombre ídolos.
La idolatría antes era destinadas a seres incomprensibles que no podíamos ver como tal.
Pero ahora, la transportamos a seres de carne y hueso que pueden verse, escucharse y hasta tocarse si tienes la suficiente suerte.
El problema, es que seguimos subiéndolos a un pedestal, olvidando que estos no son Dioses extraños que no tienen nada que ver con nosotros.
Que solitario debe ser allí, desde la cima.
Donde tu humanidad ya no es relevante, no debería de existir.
Porque no puedes romper la fantasía, si no quieres que la caída del pedestal te rompa en mil pedazos.
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"Hoseok-ah" Una de las estilistas encendió la secadora de nuevo, pasando el cepillo por donde quería dejar el rizo. "¿Qué usaremos hoy?"
"Déjalo simple nonna, no quiero tardar mucho" el chico le sonrió, pestañeando un poco ante la corriente caliente de aire cerca de sus ojos.
"Ah cierto, tu tiempo de meditación antes de presentarte" La mujer dejó el cepillo de lado, antes de tomar su paleta de maquillaje. "Solo déjame resaltar ese rostro tan lindo que tienes"
Hoseok se dejó hacer, sintiendo brochas, y una ligera capa de brillo labial delinear sus labios.
El sonido del backstage mientras todo el staff corría de aquí para allá, la hora del concierto acercándose cada vez más.
"¡Necesito las cámaras listas!" Grito su manager, antes de entrar cerrar de golpe su camerino "¿Qué tal todo?"
"Ya casi termino" la maquillista se hizo a un lado, antes de que su estilista acercara toda una bandeja llena de anillos, pulseras y lentes.
"Tienes 30 minutos" el hombre le indicó viendo su reloj. "Ya están entrando al recinto"
"Perfecto" Hoseok jugó con uno de los anillos más grandes, antes de ponérselo. Se puso uno de los lentes y les sonrió a todos desde el espejo "¿Qué tal?"
Las dos chicas rieron encantadas.
"Genial, como siempre" su manager miro su teléfono "Voy a revisar el sonido"
"Lo dejamos solo" la maquillista le sonrió nerviosa, mientras su estilista palmeaba su hombro.
Hoseok no dejó de sonreír hasta que la puerta se cerró detrás de todos.
