El tiempo es algo elástico. Eso me enseñó hace mucho tiempo un profesor del secundario, a propósito de la teoría de la relatividad de Einstein y aunque en su momento dije que sí, que lo entendía es ahora donde puedo comprobar a qué se refería. Subo la escalera a los saltos y al mismo tiempo pienso en mis hijos y en mi mujer. Pienso que todo lo que hice, mi infancia, mis amigos, mi estudio, mi trabajo, todo, todo, cada hora, cada pensamiento, cada golpe, fueron preambulos para dejarme exactamente acá, en este momento y en ningún otro. En este Buenos Aires del 2020 enrarecido, con encierro obligatorio, con una enfermedad silenciosa que genera cosas horribles que nadie quiere mencionar. Corro por las escaleras con el paraguas y estoy atento a cualquier ruido, cualquier presencia y a la vez pienso en mi infancia, en mi historia de vida y en mis hijos y mi mujer, en proteger sus vidas al costo que sea. Cuando alcanzo el palier del séptimo piso compruebo, como una fatalidad, que la puerta está abierta, totalmente abierta y en los segundos que trato de determinar qué pudo haber sucedido escucho a Lorena gritar.
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Diario del Coronavirus :: anarquía en Buenos Aires ::_ Covid-19
TerrorMarzo de 2020. Después de una noche interrumpida por pesadillas y malos recuerdos, Sebastián, un ex custodio de la comunidad, se asoma al balcón para ver el comienzo del fin. Bajo una lluvia copiosa, una persona cubierta en una bolsa de consorcio av...