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Jonah
Mi primer amor
Mi primera decepción amorosa
Fracaso sin igual
Nos conocimos en sexto de básica, yo era la chica nueva. Me había cambiado de escuela por la injusticia de pagos y porque papá quería un mejor futuro para mi. No éramos amigos, solo compañeros de clases. Ese día se me cayó una borra y le dije que me la alcanzara. Cosas de niños.
Ahí también conocí a Maire y resultó que ellos eran amigos, así que todos lo fuimos. Nos hicimos mejores amigos, nos contábamos todo.
Desde porqué su padre le había pegado hasta porque prefería usar bóxers. Comenzó a gustarme pero, me ahorré todo esos sentimientos porque veía cómo trataba a otras chicas. Sus amigos me decían que yo le gustaba y solo pensaba en que no debería tratar a todas las chicas por igual.
Pasó un año y otra vez estuvimos en la misma aula de clases. Siempre juntos a todas partes. Comenzó a portarse de una manera muy extraña, un día estaba cariñoso y al otro me despreciaba, yo solo lo apoyaba en todo.
Me escribió una carta en donde me decía todo lo que sentía por mi. La cual todavía guardo. También le expresé lo que sentía y nos hicimos novios. Algo escondido ya que mis padres no aceptan que tenga novios, todavía. Lo escondí todo.
Todas las noches hablábamos, nos amamos. Algo de niños. Al año siguiente, terminamos. ¿Por qué? Porque él decía que no lo quería, que no le demostraba que lo quería y estaba muy equivocado en eso. Lo acepté. Volvimos otra vez. Nuestro amor era más fuerte y desde aquella primera vez que terminamos aprendí que debía aprender a amarlo como el quería. Siempre teníamos peleas por cosas insignificantes.
Empezaron a llegar los problemas. Un nueva chica había llegado al aula, Vania, se hizo su nueva mejor amiga, andaban juntos para arriba y para abajo. Todas mis amigas decían que ella estaba enamorada de él y yo me daba cuenta.
Vania llegó a ser mi amiga pero, desde que vi sus intenciones la empecé a desechar. Esa perra se hacía llamar mi amiga pero, le estaba lavando el cerebro a mi novio. Le decía que si realmente lo quería no podía tratarlo como lo hacía.
Entre ellos crearon un término. "Novinito(a)", novios y amigos. Él y yo tuvimos problemas por eso y terminamos. Durante ese tiempo me encariñé con Tim, hijo de un amigo de papá y nos hicimos novios, fue algo que no duró ni un mes.
Jonah y yo volvimos a hablar, arreglamos las cosas y volvimos. Éramos más unidos y más maduros. Fuimos a mi casa varias veces a estudiar. Siempre me decía que usara falda para poder tocarme y lo hacía, quería complacerlo. Nos sentamos en la sala de estudio, uno al lado del otro. El leía las anotaciones y yo escribía lo más importante, esa era la pantalla para que él pusiera su mano debajo de mi falda. Hacíamos preguntas y respuestas, él preguntaba y yo respondía. Si lo hacía mal, me presionaba la entrepierna y si lo hacía bien, me acariciaba. Esas eran las tardes de estudio, hasta que las cosas comenzaron a complicarse otra vez.
Jonah fue a la casa de una amiga y tuvieron sexo. No supo explicarme cómo pasó. Conmigo solo se había atrevido a tocarme y otra va le abre las piernas y el con gusto acepta. Vania volvió a hacer su aparición y el volvió a decir que lo quería.
Ambos decidimos en ponerle fin a la relación y ahora me estaba llamando. Ese huevo quiere sal.
Por mi mente pasaban todas las cosas que había vivido con Jonah y todo lo que les había escondido a mis padres. Me sentía sucia y mala hija. Seguí llorando, hasta que me quedé dormida.

Sábado.
Desperté con un dolor inmenso en la pelvis. Levanté mis colchas y me miré. Excelente. Andrés, el que me llega cada mes. Me metí en el baño y se me haría tarde para las clases de inglés. Me alisté, tomé las sabanas sucias y las llevé a la lavadora. Busqué mi mochila y las patillas para el dolor menstrual y bajé a la cocina por algo de comer e irme de ahí.
Mi acosador no había llegado a clases, tomé asiento y me comí el desayuno y tomé la pastilla para evitar un desastre.

La clase continuó con normalidad, Marcos y yo hablamos bastante, para ser un acosador es gracioso. Conocí a sus amigos y nos sentamos juntos para la hora del receso.
A la salida me acompañó a la parada del autobús y se despidió con un abrazo. Es agradable pero, eso no le quita que el primer día no paró de mirarme con cara de interrogativo policiaco.
Todo el camino a casa me dediqué a escuchar música, no quería responder mensajes. Llegué a mi parada y me desmonté. La suerte era que solo tenía que caminar dos esquinas para llegar a mi casa.
—Hola Simone, ¿cómo te fue hoy? — preguntó mi mamá cuando entre a la casa.
—Bien — dije y seguí caminando hacia mi habitación.
—Tú comida está en el microondas — me gritó mi madre antes de cerrar mi puerta.
Me cambié la toalla sanitaria y me puse ropa más cómoda. Bajé a la cocina por mi comida, tenía bastante hambre. La calenté y me senté a comer.
Mi celular vibró en el bolsillo del pantalón que tenia. Lo saqué. Era un mensaje de Carson.
Qué haces?
—Comiendo
— Y que harás en la noche?
—Tareas y más tareas. Por? Tienes algo más interesante que hacer?
— Así es.
Esperé que siguiera hablando mientras me paraba a buscar un vaso de agua a la nevera.
Es una fiesta de cumpleaños de unos amigos y me gustaría que vinieras conmigo, así podemos conocernos más. Qué dices?
—Está bien.
—Perfecto. A las 9 pasó por ti.
Cerré WhatsApp y terminé de comer mi comida. Fregué lo que había utilizado y subí a hablar con mi madre acerca de la propuesta de esta noche. Y como me he estado portando bien todos estos días, no hizo falta preguntar con quien iría.
La tarde pasó lento y aproveché para adelantar varias asignaciones pendientes. Cuando ya eran las 7 guardé todo para alistarme. Busqué mis productos para el cabello y mi toalla. Sé que peinándome duraría una hora así que tenía que hacerlo lo suficientemente rápido para que me diera el tiempo de elegir bien la ropa.
Salí del baño en un tiempo récord, 45 minutos y el peinado me había quedado excelente. Busqué en mi armario hasta más no poder el conjunto perfecto, no quería ir muy extravagante ni muy fuera de tono. Así que escogí una blusa de escote negra y un pantalón roto. Me veía bien. Y para combinar busqué unas zapatillas plateadas. Busqué todos mis accesorios y solo me apliqué un poco de maquillaje, no era muy amante a el.
Tocaron la puerta y sabía que era Carson, así que bajé, no sin antes despedirme de mamá y papá y prometiéndole que llegaría temprano.
Abrí la puerta. Carson traía puesta una t-shirt blanco con algo escrito y una chaqueta de cuero negro que combina con sus jeans negros y sus converse del mismo color.
—Estas hermosa — dijo sonriendo hacia mí.
—Gracias — dije saliendo de mi casa y dándole un beso en la mejilla. Cerré la puerta tras de mi y empecé a caminar con él hacia el carro que era de su mamá. Abrió la puerta para mi, le di las gracias y entré. Dio la vuelta y entró. Encendió el carro y empezábamos a andar.
El trayecto hacia la fiesta estaba siendo un poco incómodo así que decidí hacer un poco de conversación.
—Entonces, ¿quién es que cumple años? Porque no tengo ningún regalo para el agraciado.
—Es un amigo de la universidad, no te preocupes por regalos yo llevo algo para el de parte de los dos — rio y siguió conduciendo. — Ya casi estamos llegando, vive en una de las zonas más ricas de aquí.
—¿Cuál es su nombre?
—Jean Rossaut
—¿Rossaut cómo los Restaurantes Rossaut?
—Si, ese mismo.
—Wow, tienes amigos muy importantes — y me eché a reír ante tal comentario, el también se rio. Su risa era como una melodía, no era exagerada ni fingida.
Nos estacionamos frente a una de las casas más bonitas de toda la cuadra. Carson salió del auto, lo rodeó y me abrió la puerta le di las gracias nuevamente y salí con él.
—No aceptes bebidas ni nada de nadie a menos que sea yo. ¿Me comprendes?
—Si — dije y asentí al mismo tiempo. Me estaba cuidando y eso así que me corazón latiera más rápido. Tomó mi mano y caminamos hacia la entrada de la casa.
Entramos a la casa y de inmediato fuimos bombardeados por música desde todas partes. La gente empezó a saludar a Carson y me saludaban por el simple hecho de estar con él. Una chica se nos acercó y le dio un abrazo y un beso en la mejilla, al verme me señaló y le preguntó por mi. Carson rio y le dijo que era una amiga, se notaba que estaba algo celosa.

Todo lo que pienso de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora