Le conté todo lo que había visto a través de la ventana y no podía creérselo. No parecía posible que se hayan conocido por Tinder, al parecer tenían tiempo hablando y teniendo relaciones. Quizás por eso su padre no le hacia caso cuando Carson le ayudaba a buscar pareja. Ahora todo estaba tomando sentido.
—Simone, no tenia idea. Lo siento — lucia preocupado.
—No, no es tu culpa — Carson se despidió de mi. Era demasiado para asimilar en una sola noche. Se fue a su casa y nos prometimos investigar desde cuando esta pasando esto. Inmediatamente, mas o menos diez minutos después llegó mi padre. Me sentía horrible con solo mirarlo a la cara, luego detrás de él llego mi mamá. Por primera vez en la vida, la odiaba con todo mi ser. Miré a mi madre por si podía distinguir un rastro de culpa en sus ojos pero, nada. Se veía bastante relajada, no seria de esperarse luego de esa cogida en la cocina. DIOS PERDONAME.
—¿Pasa algo? — me dijo cuando noto que la miraba fijamente.
—No, nada. Estaba pensando y estabas en mi campo visual. Me voy a mi habitación — no la dejé responder. Subí a mi habitación y me encerré. Cree una cuenta falsa en Tinder para buscar a mi madre pero, no la encontré por su nombre ni por sus apodos. O sea, que no se habían conocido por esa vía. ¿Y si había sido a raíz de su rebeldía en el balcón? No podía ser posible. Esa noche no dormí, por estar pensando en todos los posibles escenarios en que pudieron haberse conocido, ni le escribí a Carson para saber si había investigado algo.Otro día.
Me levanté y me preparé para irme lo más rápido posible de la casa.
Salí sin despedirme de nadie. Caminé hacia la escuela a paso lento, estaba cansándome de hacer lo mismo y por suerte era mi ultimo año en esa cárcel para luego, inscribirme en otra institución y durar años de mi vida ahí.
A mitad de camino, un carro redujo la velocidad y bajo la ventanilla, era Carson y me salía hasta en la sopa.
—¿Te llevo? — le sonreí y abrí la puerta. Cuando estuve dentro, le di un beso en la mejilla y me puse el cinturón. — Los mejores buenos días que alguien puede tener — no pude evitar reírme.
— Eres increíble — dije y seguí riéndome.
El resto del camino fue silencioso solo escuchaba la respiración de Carson y sus gruñidos cuando se topaba con un mal conductor, reía y el me daba una mirada asesina. Llegamos a mi escuela y se estacionó bien y habló.
—Princesa, ha llegado a su castillo. Permítame abrir la puerta de su carroza — se burló de mi y se desmontó del auto y me abrió la puerta. Me sonrojé y salí.
—Gracias, caballero. Muy amable de su parte. — tomó mi mano y le dio un beso. Me incliné y lo abracé fuertemente. —Que tengas un feliz día — le dije al oído y me aparte para darle un beso en la mejilla pero el se giró y nuestros labios compartieron un vasto beso. Nos separamos y nos miramos. Algo se encendió en sus ojos y sonrió.
—Feliz día para ti también. —rodeó su auto y antes de entrar me dio una última mirada. Vi como su auto se alejada y sonreí para mi. Me giré hacia el frente de la escuela y la sonrisa se borró inmediatamente de mi cara al ver a todas mis amigas y a Kol.
Caminé hacia donde se encontraban ellas, todas sonreían excepto Kol que no estaba más atrás mirándome y parecía algo enojado. No tenía porqué, ya que el y yo no éramos nada más que amigos.
Nathaly fue la primera es hablar, ignore sus absurdas palabras. En ella no podía confiar, tenía fama de tomar las conquistas de los demás. Luego, habló Tyana y antes que completara la oración la interrumpí.
—Es un amigo — corté y seguí mi camino al salón de clases. No pude evitar echarle un vistazo a Kol, lucia decepcionado y enojado. Seguí caminando hacia mi aula y sabía que las chicas venían detrás, las ignore totalmente todo el día.
Este día de clases iba pasando bastante rápido, no volví a tocar el tema de la mañana a ninguna de las chicas porque sabía que sólo querían chismear. No me encontré con Kol a la hora del almuerzo y Robert no sabía donde estaba. Me sentía mal por el, pero no somos nada aunque teníamos una conversación pendiente sobre el beso y he estado evitándolo todo este tiempo. Maire había quedado de pasar por mi casa esta tarde para recoger unos cuadernos y llevarme otros que le había prestado. Llegó la hora de la salida y me fui a paso lento a mi casa, el día estaba bastante caluroso. Llegaría y me bañaría para esperar por Maire. Llegué a la casa y el auto de mis padres estaba fuera, lo que era bastante raro porque casi nunca estaban en casa a esta hora. Abrí la puerta y ahí estaban ella, papá y el señor Henry hablando y tomando café. El señor Henry me miró algo sorprendido y desvió la mirada, saludé a todos con amabilidad y subí las escaleras.
—Está noche saldré con unas compañeras del trabajo —escuché decir a mi mamá.
—Me alegro, la señora de la casa también debe divertirse — era el señor Henry.
—Está bien cariño, ¿quieres que te lleve? — dijo mi padre tan servicial y amoroso como siempre.
—No, todo bien. Una de las chicas viene a recogerme — terminé de llegar a mi habitación y me encerré. Creo que yo también tenía planes para esta noche. Cuando Maire llegó, mis padres aún seguían aquí pero el señor Henry ya se había ido. Así que aproveche para meter la pata. Le pregunté a mi madre si le tenía algo que hacer y me respondió mío entusiasmada, le saqué tanta información como pude, papá se quedaría a trabajar hasta tarde y luego iría a cenar y a algún bar con su mejor amigo. La última parte de mi plan era hablar con Carson.
Maire se fue a su casa y llamé a Carson.
—Hola, ¿qué haces? — dije casi gritando.
—Llegando a casa — escuché una llaves de fondo — ¿y tú?
— Nada, te tengo una propuesta — Carson hizo un sonido para continuara — Resulta que tu padre estaba aquí hace no menos de dos horas y
mi madre saldrá esta noche con unas compañeras de trabajo, lo cual me parece sospechoso ya que ella no suele salir con ellas. Te propongo seguirla e investigar si es con tu padre que se encontrará
— Bueno, me parece algo arriesgado pero esta bien. ¿A qué hora saldrá tú madre? — escuché como tiraba algo al suelo.
— A las nueve treinta, la vienen a recoger. Preparé un señuelo para salir antes que ella y así encontrarme contigo a las nueve. ¿Te parece?
— Perfecto — se despidió y quedó que esperarme fuera en el jardín que divide nuestras casas a las nueve. Sería una noche de espías.
A las ocho cincuenta ya Carson se encontraba en el patio, baje a encontrarme con el y fuimos hacia su auto que se encontraba a dos cuadras de mi casa, lo que nos daba la vista perfecta a la puerta de mi casa. Nos sentamos en silencio a esperar que llegaran por mi madre. A las nueve treinta y cinco, un carro blanco aparco frente a mi casa y mi made salió con un vestido rojo muy ajusto y se montó en el. Emprendimos la persecución.
Íbamos siguiéndolos pero, no muy pegados ni distantes para que no sospecharan nada. Revise el mapa en mi celular e indicaba que estamos saliendo de la ciudad, de repente el auto se detuvo en el único motel de la afueras de la ciudad, motel Billcrow, mi madre de desmonto y el auto se devolvió por donde vino. Nosotros aparcamos más adelante, donde no se viera el auto desde la entrada del motel. A través del retrovisor como mi madre entraba al motel. Ni perdimos tiempo y entramos. Era bastante lindo y se veía organizado, no vimos a mi madre por ninguna parte así que nos acercamos al mostrador donde había un señor bastante harto y aburrido.
—Buenas noches, caballero — dijo Carson, quitándose la gorra que traía puesta —Nos gustaría saber si aquí ha entrado una señora con un vestido rojo — El señor que no parecía nada amable, nos miró de arriba a abajo y nos sonrió.
—Lamento decirles que esa información no se la podemos dar, las personas que entran aquí se mantienen en total confidencialidad para nuestros clientes
—Venga hombre, es algo súper importante. Por el bien de nuestras familias necesitamos saber
— Ya les he dicho — dijo el hombre parándose de su silla dispuesto a echarnos del sitio.
—¿Qué podemos hacer para que no diga? ¿Quiere dinero o algo? No se — dije algo desesperada. El hombre se volvió a sentar y me miró.
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Todo lo que pienso de ti
RomanceSimone siempre esta feliz o eso es lo que les deja ver a los demás. Nadie la conoce en realidad y sus amigos siempre la ven como una segunda opción. Y sobre todo, el amor es un desastre en su vida. ¿Seguirá creyendo en el amor luego de su primera d...