Cinema Paradiso.

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No me habia vuelto a cruzar con el señor Aihara en todo ese tiempo.  Me sentia aforutunada porque era de esa clase de persona que intimidaba con solo verlo. Y no estaba en tiempo de hacerme la valiente y bscarme problemas.

-¿No tienes Palomitas?

Alex estaba de visita. Estabamos a punto de ver Cinema Paradiso. Y eso me hacia muy feliz porque era nuestra pelicula favorita.

-Mierda, he olvidado comprarlas.

-Mierda, tendras que ir por ellas.- Dijo bromeando.

-¿Hablas en serio? Hace frio.

-Siempre hace frio aqui, genio.

Vire los ojos y sali por las estupidas palomitas. En los pueblos pequeños hacen falta muchas cosas. Y una de esas cosas es mas tiendas. O un oxxo. Eso resolveria todo. Uno en cada esquina. 

Pero no era de esa forma. Asi que tenia que ir caminando cinco calles exactas hasta la tienda de Samuel.

No iba a correr, que esperara las estupidas palomitas.

Habia nieve arrumbada en todas partes y era un poco dificil caminar cuando eran sitios resbaladizos. Los cuatro meses fuera me habian hecho olvidar cual era el calzado adecuado para salir. Y estuve a punto de caerme en la entrada de la tienda.

-Wow, mas despacio pequeña toronja.

-Ya te he dicho que es mandarina.

Pero la verdad era que yuzu era un hibrido entre mandarina y limon, Pero habia estado tantos años que era mandarina que ahora lo sistenia. 

-Cierto, cierto, pero suena mejor toronja.

Me adentre en la tienda en busca de un par de golosinas, cerveza y las dichosas palomitas. Tome dos paquetes considerando lo gloton que podia llegar a ser mi amigo.

-¿Noche de peliculas?

-Exacto, esa es la buena vida.

Le dije al vendedor. Samuel era ya algo viejo, me preguntaba que haria el dia que muriera. No habia otra tienda en cercania y de ahi obteniamos nuestras golosinas. El supermercado estaba a una hora en auto.

-Parece que fue ayer cuando los descubri robando la gaseosa del camion de entregas.

Rei ante ese recuerdo. Porque Alex y yo eramos un desastre. En aquella epoca no sabiamos que lo que haciamos era malo. Y termiamos pidiendo disculpas entre lagrimas al viejo Samuel.

-Todavia me da verguenza recordarlo. 

Me cobro el dinero, me despedi afectuosamente y me dispuse a ir de regreso. Mire lo largo de la calle y vi  que seria un camino amargo cargando todo.

Asi que fui lento. Para que alex se desesperara y fuera a buscarme. Entonces el cargaria con las cosas y yo iria en paz.

-Buenas noches.

Escuche de la nada. Mire a ambos lados y no vi a ningun alma cerca. Solo veia la vieja calle reno llena de nieve. Claro, esa calle no se llamaba de esa forma, pero nosotros la llamabamos de esa forma.

-Aqui arriba.

Mire al pequeño balcon de la casa que estaba entre la avenida principal y la calle reno. Se veia como un sitio solitario, pero aquel balcon iluminado estaba habitado por una chica que me hacia sentir que las historias de fantasmas podian ser reales.

-Buenas noches señorita Aihara.- Le dije con alegria. No me esperaba que aquella fuera su casa. La examine rapido y no pegaba para nada con la historia. Si que era una casa grande, con  algunos toques coloniales y su techo a dos aguas. Colores oscuros que pegaban con su dueño.

-Queria darle las gracias.- Dijo nerviosa.

-¿Por el desayuno?

-Por la bienvenida.

No entendia porque Helen hablaba mal de ella. Podia entenderlo de su padre, porque se veia como un hombre molesto de la vida Pero ella parecia amable. Lucia fragil y era hermosa. Incluso imaginaba a Alex siendo rechazado por ella y que quiza aquello fue el motivo de su odio por la mujer que rechazo a su hijo.

Su balcon era sencillo. ¿O era una terraza? Aqui un dato interesante. Lo que diferencia a un balcon de una terraza es el tamaño de este.

-Bueno, gracias por el agradecimiento.- Dije graciosamente y eso la hizo sonreir.

-¿No ira a casa?

Me pregunto al verme parada sin mover un musculo.

-Espero a que alguien venga por mi.

-¿Es asi? ¿Quiza su principe azul?

-Quiza una princesa.- Le dije rapidamente recordando la pregunta que Alex me dijo el dia que fuimos al lago.

Ella no rio y note lo que insinuaba.

-Es que no se le puede describir a mi amigo como hombre.- Arregle rapidamente.- Parece un niño lloron a veces.

Ella asintio y parecia comoda con mi platica.

-¿Ha vivido aqui mucho tiempo?

-¿Muy notorio es?

-La gente parece amarla.

Escuche de la nada. Y lo pense. Aquel dia en la cafeteria persona que entraba, persona que me saludaba.

-Pues es lo que ganas viviendo aqui mucho tiempo.- Asegure.

-Pues se nota que es buena tratando con la gente.

-Lo soy.- Dije creida. Y ella parecia no entender mis bromas. Asi que tuve que aclararselo.-¿Por cierto, no cree usted muy extraño que nos hablemos de "Usted" cuando tenemos casi la misma edad?

Ella sonrio rapidamente.- Es que ni siquiera se su nombre y para eso tendriamos que ser amigas.

Tenia ganas de tontear, asi que comence.

-Buenas noches bella dama del balcon.- Mis frases extrañas la hacian reir.- Mi nombre es Yuzu. ¿Quiere ser mi amiga?

-Buenas noches bella chica mojada por la nieve.- Y aquello me hizo darme cuenta del frio que tenia por estar parada en plena nevada.- Me encantaria ser tu amiga, me llamo Mei.

"Mei, Mei, Mei" debia recordar su nombre.

-Su nombre a quedado grabado en mi alma como la historia en piedra. 

-¿Que has hablado sobre hablarnos de usted?

-Es que la frase se escucharia torpe si no la trataba formalmente.

Volvio a reir y aquello me hacia sonreir a mi tambien.

-¿Que te lleva tanto tiempo?

Mire a Alex que venia mirando su celular embobado. Por lo que no miro a la chica del balcón para nada.

-Estaba a nada de pensar que te secuestraron.

-Exageras, solo estaba...- Mire hacia arriba y vi que mi nueva amiga ya no estaba.- Estaba esperando a que vinieras a ayudarme.

-Eso lo se.- Tomo las bolsas rapido y volvimos a casa. 

Mire al balcon una ultima vez antes de irnos. Y la vi levantar la mano en señal de despedida. Me habria gustado que Alex no llegara, pero teniamos que ver una pelicula. Y de pronto la noche de Cinema paradiso no sonaba tan emocionante.




He escrito mucho en la madrugada, pero no quiero soltarlo todo de golpe

El balcón y la estrella perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora