Reunión Dorada

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Un clima seco y a su vez húmedo, un sol en medio del cielo alumbrándolo todo a su alrededor pero el viento frio que corría carcomía la piel, no era otro que Jamir, el lugar abandonado en los milenios donde un antiguo descendiente de Mu reparaba las armaduras.

En un recinto abandonado en medio de la nada, sobre un gran pico de enormes dimensiones, un edificio de seis pisos, repleto de ventanas y puertas al frente, salvo en el piso inferior, allí no había puertas, era un lugar cerrado, el lugar perfecto ...

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En un recinto abandonado en medio de la nada, sobre un gran pico de enormes dimensiones, un edificio de seis pisos, repleto de ventanas y puertas al frente, salvo en el piso inferior, allí no había puertas, era un lugar cerrado, el lugar perfecto para una reunión curiosa.

El día elegido fue el sábado y domingo, dependiendo el continente, los que vivían a la derecha del meridiano de Greenwich decían era sábado y los que vivían a la izquierda decían era domingo. Sin importar cual fuera el día o la hora, solo algo estaba claro, lo importante era la razón por la que todos estaban allí, doce niños que estaban entre los quince y ocho años junto a dos adultos.

En un principio todo fue felicidad, sonrisas y risas, los viejos amigos que se abrazaron, bromearon entre ellos como si el tiempo que los separo hubiera sido un par de días o semanas, una misión de por medio. Pero entre tanta felicidad había seriedad, no solo de parte de los dos mayores que querían aparentar que todo estaba bien, los dos adolescentes se miraban y formaban un ambiente tenso alrededor de ellos, no era por odio o desprecio de uno hacia el otro, era algo más.

— Bien — exclamo el mayor de cabellos verdes—. Supongo todos conocen a quien ha llamado a esta reunión, como el patriarca de todos ustedes soy su líder, por favor Sagitario es tu turno de hablar.

El de cabello castaño oscuro salió de su lado seguro, soltó las manos de quienes hasta ese momento venia protegiendo bajo su ala, no por temor, no por ser considerado sobreprotector o por las edades de los niños, sino por lo que esa reunión era para él. Camino hasta un especie de estrado, un pequeño escalón alto y se paró mirando a todos a su alrededor, evito mirar a Saga, el cual estaba en un rincón, casi oculto entre sombras.

— Veo todos los aquí presentes hemos recobrado nuestras memorias, yo Antiguo santo dorado de Sagitario...

— ¿Por qué dices antiguo? — pregunto Milo de escorpio levantando la mano, sentado en el suelo.

— Porque ya no lo soy, al igual que todos, el actual santo de Sagitario se llama Seiya, por lo que tengo entendido.

 — Porque ya no lo soy, al igual que todos, el actual santo de Sagitario se llama Seiya, por lo que tengo entendido

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