¿Por qué convertirte en santo?

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Un hombre con buen cuerpo y una billetera casi por explotar, era lo que toda mujer deseaba tener, un marido multimillonario que ofreciera una calidad de vida alta, vivir rodeada de lujos y ¿Por qué no? Que su familia disfrutara de ellos. Adalbert Dimou entonces lo tenía todo, su billetera siempre estaba llena, su casa repleta de la más alta tecnología y los electrodomésticos recién salidos al mercado, nada de segundas marcas, todo de primer nivel, se podría decir que los ladrillos de su casa eran de la calidad más alta y hasta el agua que salía de la canilla.

Nacido en Grecia en el seno de una familia humilde decidió que el no pasaría por ajustes económicos, la pobreza y la clase media no eran cosa para él, sus aspiraciones estaban en lo alto y en su camino conoció a su primer error, su primera esposa durante ocho largos años, a la que luego olvido cuando comenzó a salir con otras mujeres en sus aventuras diarias. Cada noche una mujer distinta se quedaba a dormir en un hotel, en una habitación barata y cómoda, solo para librarse de sus frustraciones, así, entre sus aventuras del día conoció a quien se convirtió en un par de meses en su secretaria y confidente, luego en su amante, y finalmente en su esposa cuando logro el divorcio.

Cuando se dio cuenta sus sueños de grandeza se dispersaban en el aire, a los pocos meses de casarse llego a su vida el primer gasto, mantener a sus suegros, luego llego el segundo gasto, el embrazo de su esposa, el tercer gasto fue que el embrazo que culmino nueve meses después fue de gemelos, por lo que tenía el gasto de dos bebés en la puerta. Sus deseos se habían alejado del pero aún tenía la meta clara, encontró la forma de sacarse de encima el gasto de sus suegros al emigrar a américa. Se instaló en Argentina y busco el lugar más remoto para comenzar su vida junto a su esposa e hijos, una provincia del interior, por lo que podría dejar de enviar dinero a sus suegros y justificar que el correo lo había perdido. Lo primero que hizo al llegar fue inscribirse en un curso para comenzar a trabajar, sus conocimientos en bioquímica y farmacología lo ayudaron a terminar un curso como visitador médico, una reconocida empresa de fármacos lo contrato por su carisma y así comenzó a acumular su fortuna.

Durante sus primeros años su vida no fue fácil junto a su familia, pasaba de alquiler en alquiler, en los peores tiempos llego a tener que vivir en un hotel por no poder pagar las grandes sumas de alquileres, finalmente logro acceder, por ayuda de un puntero político, a una vivienda, un departamento de dos habitaciones alejado del centro de la ciudad y fue entonces cuando comenzó a mejorar. Trabajando de sol a sol, visitando a cada médico, formando contactos, ofreciendo los medicamentos que su laboratorio producía y con los años aquello dio frutos, lo primero que hizo fue cancelar su departamento y comprar una casa en un barrio más céntrico, a quince minutos en auto, la casa estaba en liquidación.

Su hogar permanente era una casa de cuatro habitaciones, necesitando solo tres, un gran living comedor y una cocina muy pequeña, tenía un garaje bastante amplio, un pequeño jardín en el exterior cubierto de cemento. La casa no era segura con las puertas rotas, salvo la puerta principal, las rejas eran pequeñas, tanto que un niño podía treparse y meterse a la casa, la presión del agua era poca por lo que el agua caliente en sus primeros días escaseaba.

Su primera compra fue una bomba para maximizar la presión del agua, luego hizo demoler la pared que separa la cocina con el comedor y generar espacio, cambio las rejas para más seguridad, y para finalizar el mismo con un pico rompió el cemento del jardín dejando solo un espacio para la pileta en verano y un pequeño sendero que rodeo la casa, finalmente coloco plantas de todos los colores y tamaños, para dar vida a ese pequeño espacio, no planeaba tener un perro pronto, entonces fue cuando se preocupó de la decoración.

Las fotografías familiares estaban colgadas en marcos de plata o bronce, los diplomas lucían en cada pared. De las cuatro habitaciones solo usaban tres, la más amplia era la que daba al garaje y era la habitación principal donde Adalbert domina con su esposa, la segunda habitación estaba conectada a esta y decidieron usarla para guardar las grandes cajas que con el tiempo se acumulaban, pero siempre a la mano debían estar para que Adalbert saliera a trabajar en la mañana. La segunda habitación estaba al final del pasillo y era de Saga, el hijo mayor y la última era de Kanon.

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