CAPÍTULO VEINTE.

4.5K 291 78
                                    

— ¿Qué? ¿De que te ríes? — pregunté. Y aunque quise emitir aquel tono fuerte, solo me salió de manera sensible al igual que mi expresión.

— Solo mira su armario —lo señala levemente —La mitad es de colores pasteles y la otra es negra y gris.

Volteo nuevamente dirección al armario, y noto justamente lo que Hardin me estaba diciendo, y ahora que lo veo así, sí es gracioso.

Pero me concentro en buscar que ponerme. Busco aquellos pantalones que habitualmente uso para salir a ejercitarme y los coloco encima de la cama, junto a una camiseta casual color negra.

— Voy a cambiarme.

— Bueno, hazlo. —cierro el armario y volteo justamente para mirarlo subiéndose de hombros.

— Privacidad —dicho esto el pone los ojos en blanco y toma una almohada la cual coloca frente a su rostro para tapar sus ojos.

Aprovecho y me quito la camisa rápidamente para ponerme la que había lanzado en la cama. Lo mismo hago con los pantalones, pero me tardo un poco mas con ellos debido a que son bastante pegadizos.

— Bueno, ya. —concluyo amarrando la pequeña cinta que se encuentra en la cintura del pantalón, y me agacho para buscar mis zapatos deportivos.

— Santo cielo, que culazo.

Los veo, y los arrastro hasta donde estoy para levantarme lo antes posible. Siento mis mejillas llenas de calor, y mi respiración bastante agitada.

— ¿Qué? —finjo no ponerme nerviosa por sus comentarios, pero al escuchar su pequeña risa creo que se ha dado cuenta de ello.

— Te ves muy sexy.

Parpadeo un par de veces intentando desviarme del tema, y me siento en la cama de Molly para ponerme los zapatos y amarrar las agujetas en cuanto lo logro.

— ¿Vas a cambiarte ahora?

— Claro —responde y se levanta de la cama, de mí cama.

Se dirige a el armario y no comprendo que pretende buscar en el. Pero empieza a revolver las cosas de Molly, hasta sacar algunas camisas que, claramente son de hombre. Son largas, y su perfume se percibe desde aquí.

— ¿Que hace Molly con tus camisas? —pregunto curiosa, pero él no deja de buscar hasta encontrar algún pantalón deportivo.

— ¿Celosa? —estaba por responder: «no, ¿por qué?» hasta que analizo realmente la situación. Seguramente se han acostado juntos, no dudo de ello. Es la única explicación para que Hardin tenga algo de ropa aquí.

No quiero responderle nada por eso decido ignorarlo. Me siento en la peinadora fijando mi vista en el espejo mientras me hago una coleta de caballo.

— Disfrutame —comenta desde atrás y puedo verlo en el reflejo del espejo como comienza a desvestirse.

— No es nada que ya no haya visto.

— ¿Qué? —emite él entre risas. Y empieza a quitarse el pantalón hasta lanzarlo a un lado.

No puedo creerlo, que situación tan incómoda: Hardin en bóxer y en mi habitación. ¿Quién se habría imaginado eso?

Él empieza a vestirse y una pequeña parte de mí quería todavía verlo como estaba. Pero como soy tan incapaz de decírselo dejo que se ponga su ropa.

— Ya está —acomoda su camisa, y me levanto de donde estoy para coger dos frascos de agua y aventarle el suyo.

Por suerte, lo atrapa, y me acompaña hasta la salida de mi habitación. Creo que a esta altura, no me sorprende que su ropa deportiva también sea negra.

— Espero y nadie esté por el pasillo —Me volteo cuando finalmente aseguro la habitación con la llave. «Sí, ya entendí, no quieres que te vean conmigo, ya lo sé» piensa mi conciencia y nuevamente me pregunto que rayos estoy haciendo al intentar convivir con alguien como él —No es por ti. Sólo que, no quiero que me vean con esta ropa.

Suelto un pequeño suspiro, me alivia que haya aclarado aquel pequeño malentendido.

— ¿Qué tiene tú ropa?

— Nadie me ha visto nunca usando esto, excepto tú.

— Pensé que no te importaba lo que pensaran las otras personas —dije. En mi opinión, se ve bastante bien.

— No me importa, pero no me gusta usarla, ni tampoco me gusta que me vean con esto puesto, me siento bastante incómodo.

Pisamos la acera de la calle, y pienso en correr hasta llegar al parque. Empecé algo lento, para que Hardin pudiese seguirme el paso.

— ¿Nos detenemos un minuto? —parece agotado. Apenas empezamos hace cinco minutos, y ya ésta cansado.

— Vamos, falta poco —mentí.

Pasaron los minutos y ya podía ver el parque en la esquina del dobladillo, por lo que acelere un poco el paso. Me sorprende que Hardin todavía siga con vida, nos detuvimos varias veces a causa de su cansancio.

— ¿Entonces... Recorres esto... Todos los días? —pregunta, y yo río al ver lo entrecortada que se escucha su voz.

— No, solo corro hasta que me canso y cuando lo hago como un helado.

Su rostro era confuso, lo que me daba bastante gracia.

— ¿No te cansas? —niego— Si eres así con esto no me imagino como serás cuando —antes de que pudiese decir cualquier otra cosa, lo observo con los ojos como platos, frunciendo el ceño al instante —Solo bromeaba.

Veo una hermosa sonrisa en su rostro, la sonrisa burlona que tiene seguido. Y es ahí donde también me doy cuenta, de que su sonrisa me ha distraído de reconocer que ya habíamos llegado al parque.

— Bien... Ya, ¿ya? —dijo apoyando sus brazos en sus rodillas, y exhalando un largo suspiro de cansancio. Que exagerado.

— Hacemos un par de ejercicios y acabamos.

No escuché su aprobación ante eso, pero no la necesito para empezar a hacer los ejercicios. Empiezo a estirar mis brazos, volteando un segundo para mirar si él estaba siguiendo mis pasos, y me sorprendió mucho al ver que sí. Abro un poco las piernas para tocar la punta de mis pies.

— Gran vista.

Gruño y volteo un poco para observarlo, a él y a su rostro atrevido.

— Bueno, creo que ya ha sido suficiente —digo y vuelvo a mi posición habitual. No puedo dejar que vea como sus comentarios hacen que me sonroje.



HOLA, LA MEJOR PARTE DE MI DÍA ES CUANDO LEO SUS comentarios, omg, me encantan. Comenten, comenten, las leo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 06, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AFTER: SheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora