CAPÍTULO CATORCE.

3.3K 194 17
                                    

Estoy tan confundida que ni siquiera se que hacer con las decisiones que tomo en mi vida. Pasé la noche pensando en la nota, esto no recompensa todo lo que ha dicho pero al menos estoy bastante orgullosa de saber que muy en el fondo, él tiene un gran corazón.

Y suponiendo que él no fuese el que haya escrito esto. Aunque después de todo, lo supongo, estaba en su auto y antes de eso, colgaba sobre mis hombros a toda hora.

Realmente me pregunto si me veo mal vistiendo como lo hago, con colores claros y mucho brillo. Si realmente doy la impresión de ser una niña mimada que nunca tuvo que sufrir en su vida porque todo en ella era perfección.

Solo me estoy mirando en el espejo, pidiendo auxilio. No puedo seguir bajo esa presión de escuchar siempre a mi padre decir «¿De verdad usarás eso?» «Debiste haberte esforzado más, Amelía» «Debiste haber sacado una nota mas alta en este examen, Amelía» Nunca me ha pegado, pero jamás se corta a la hora de echarme en cara mis errores.

Me ha presionado tanto para que sea la niña perfecta que suena agotador.

Quizá irme a dormir sea la mejor opción por hoy. Anhelo con todas mis fuerzas que mañana sea un día totalmente diferente en el que pueda reír y no llorar.

Al día siguiente, me levanto y ordeno mis cosas. Creo que ni siquiera tengo ganas de respirar, por lo que hice todo con mas lentitud. Estaba viendo como Molly ordenaba su mochila, y fue ahí cuando confirmé que realmente estudiaba, por lo que me apresuré para seguirle el paso.

— Oí de la agitada discusión que han tenido en mi habitación.

— No quiero hablar de eso —conteste seria mediante recogía mi cabello, verdaderamente estoy dudando en si ponerme o no la ropa que tengo.

— Todo bien —escuché decir en un tono de voz suave —¿Ya estás lista? —asentí levemente, y colgué mi bolso encima de mis hombros.

Me sorprende tanto que Molly se haya comportado algo madura al no sacar el tema en cara nuevamente, debido a que le gusta bastante el chisme.

Probablemente podamos intentar tener una amistad.

¿En que rayos estoy pensando?

Me dirigí a la primera clase del día, la cual me tocaba con el profesor Duque. Mediante pasa la hora en su clase, me doy cuenta de que no es tan terrible como se hacia escuchar.

Decían que a pesar de su aspecto de anciano, gritaba al hablar y era bastante exigente con las tareas. Pero realmente me pareció lo contrario, digo, anciano si es, solamente usa el tono de voz adecuado para que todos en la sala presten extrema atención a lo que esta diciendo.

Cuando salí de la clase inmediatamente me dirigí a la cafetería, donde pedí un café y un pan dulce para acompañar.

— Eso es asqueroso —escucho a mis espaldas y observo como su dedo apunta a mi café.

— Es café —conteste obvia, es como si no te gustase el agua.

Cuando volteé a ver el dueño de la suave voz que había opinado anteriormente, tomé mis cosas y decidí levantarme sin más.

— Amelía —empecé a guardar las cosas que había sacado, nuevamente en mi bolso —¿A donde crees que vas?

— Déjame en paz, Hardin —dejé la propina sobre la mesa y tomé mis pedidos para caminar cuidadosamente hasta la puerta, tratando de no derramar el caliente café negro.

Su alta figura se posiciona frente a mí, y es capaz de bloquear todos mis movimientos.

— No quiero que te me acerques nunca. ¿Te quedo claro? Tu y yo necesitamos guardar nuestra distancia porque te juro que enloqueceré si esto no sucede así.

Se aleja un poco pero aun así continúa tapando la entrada del local. Lo que me causa algo de gracia, pero al mismo tiempo hace que me pregunte que es lo que quiere.

— ¿Podrías dejar de ser tan terca? —negué e intenté pasar por una esquina, pero el se movió tapando el paso — Creo que dejare de intentar ser amable contigo.

— ¿Amable conmigo? —solté una risa burlona, mientras preguntaba retóricamente y me señalaba leve —¿Cuando has sido tu amable conmigo?

— Pues lo e intentando, pero no puedo si siempre huyes de mí.

Me sorprenden sus palabras, pero creo que me sorprende mas el hecho de que intente entablar una conversación amable conmigo, según él.

— Bueno —asiento y desvío algo la mirada para volver a sus verdes e intensos ojos —¿Hoy estas de compasivo?

— Aprovechalo mientras dure —Contesto con ese tono enojado tan marcado que tiene —Quiero mostrarte algo.

— ¿Mostrarme? —pensé en voz alta, en un susurro que hizo llegar hasta sus oídos y seguido, rió ante ello — Bueno, muestramelo —espero y no sea nada vulgar.

— Es un lugar.

Detecto algo extraño en su rostro. Dios santo, ¿por que cambia tanto de humor?

Instantáneamente mi mente grita ¡no! Pero lo medito un corto periodo de tiempo, y pienso si realmente es correcto quitarle aquella oportunidad y arrebatar la amistad que él se está esforzando tanto por hacer.

A menos que quiera llevarme a una trampa donde sea ridiculizada frente a todo el instituto.

— Lo acepto con una condición —digo y él me observa algo confundido esperando mi respuesta —Que admitas que le café, si sabe bien —bromeé, mediante él sonreía.

— Vale —creo que hasta ahora, jamás había presenciado su sonrisa —El café sabe bien —admite Hardin y prácticamente me empuja hasta la puerta

Caminamos hasta su auto. Espero luego no arrepentirme de esto.

AFTER: SheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora