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Viernes, 7:00 AM/ 27 días antes de la presentación.

— ¿Hola?— El sonido de su celular lo había despertado

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— ¿Hola?— El sonido de su celular lo había despertado.

¿Midoriya?— Una persona enérgica sonaba desde el otro lado del celular.

— ¿Mirio? Hola...— El chico de cabellos verdes seguía adormilado.

Me imagino que te desperté, pero ¡Eso es bueno!

— ¿Para que llamabas?— Se levantó de su cama y abrió las cortinas.

Eri-chan estuvo un mes entero preguntándome cuando te veríamos, y le dije que el último viernes del mes. Así que te llamaba para saber... ¿Hoy estarás libre en la tarde después de la academia?— El peliverde comenzó a arreglar su habitación, mientras sostenía el celular con su hombro.

— ¡Por supuesto que sí!, estaría muy feliz de volver a verla. ¿Te parece bien encontrarnos en la entrada de la U.A?— Del otro lado se escuchó el grito de emoción de la pequeña.

Sí, me parece bien.— Eri estaba muy feliz.— Entonces, allí estaremos. Espero te vaya bien en las clases de hoy...— Mirio colgó el celular.

Deku terminó de arreglar su habitación y fue directo a las duchas.

— Que sorpresa verte por aquí, Todoroki-kun.

— Quería agradecerte por lo que le dijiste a All Might sobre mí.— Izuku instantáneamente se sonrojó.

— No pienses que soy un acosador.— Shoto rió.

— Sólo te estoy dando las gracias.— Ambos chicos empezaron a bañarse, uno distante del otro.

— Dime, Todoroki-kun, ¿Qué opinas de tu regalo?— Empezó a lavar su cabeza, evitando que el bicolor viera sus partes.

— Pues, me gusta mucho el Soba frío.— Intentaba disimular su mirada hacia el pecoso.

— Me parece super bien...— Se sentiría muy avergonzado si Todoroki lo estuviera viendo.

Ambos siguieron duchándose. Los pensamientos de Todoroki estaban en las nubes. No podía evitar desviar sus ojos al hermoso cuerpo del otro.

Midoriya enjabonaba cada parte de sí mismo, comenzando con su abdomen, siguiendo con su espalda y glúteos. Shoto veía atento los movimientos, sin ningún atisbo de decencia.

El cuerpo del peliverde era un festín.

No era tan delicado para ser femenino. Tenía cicatrices, pero no afectaban en lo mínimo. Tenía una espalda no muy ancha, pero no es lo que en una mujer se vería; pero lo que más le gustaba, era que no tenía lo suficiente para ser masculino. Sus glúteos eran como un durazno «tenía ganas de morderlos», su piel se veía a kilómetros que era suave, su espalda era muy delicada «bajaba en una perfecta curva» y ni hablar de sus piernas, quería tenerlas en sus hombros.

"𝑨𝒏𝒊𝒎𝒂𝒅𝒐𝒓" «𝑫𝒆𝒌𝒖𝒃𝒐𝒘𝒍» (En Mantenimiento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora