Después de ir al club de subterráneos por la noche, Alec llegó un poco borracho al Instituto.
Vaya idiotez, él no tomaba.
Pero debía desahogar toda la ira que le causaba el que Jace negará que comenzaba a sentir algo por él.
Habían pasado meses juntos, recluidos en Idris por las epidemias demoníacas que se habían presentado. En todo ese tiempo, Alec había notado el cambio en la mirada de Jace.
No era la misma con la que se veía a un hermano. Era la misma con la que se veía a un amante.
Obviamente, su parabatai lo negaba aunque sus mejillas se sonrojaran cuando accidentalmente sus manos rozaban con las de Alec en el entrenamiento, o cuando sus miradas se cruzaban por las mañanas en el comedor
Otra razón por la cual estaba seguro de aquella repentina atracción, era la aceleración de sus corazones cuando se encontraban juntos en un lugar solitario.
Alec entró tambaleante a su hogar, sin cuidado, golpeo algunos muebles que impedían su paso y chocó con algunas paredes.
Cuando levanto la mirada para ver que nadie se hubiese despertado por el ruido, pudo ver unos ojos dorados observarlo desde el fondo del pasillo.
Suspiró. Molesto, subió lentamente las escaleras intentando no caerse en ningún momento, pero el equilibrio lo traicionó tropezando con uno de los escalones y rodando por las escaleras como un niño. Se golpeó la cabeza con la caída mientras maldecía nuevamente.
Escucho pasos correr escalera abajo rápidamente. Cuando abrió los ojos para ver quién iba a su encuentro, se quedó perplejo al ver a Jace frente a él lleno de preocupación.
-¿Te has hecho daño? – le preguntó el rubio con tono ansioso.
-A ti qué más te da.- gruño.
-Venga Alec, no puedes seguir así. Llevas meses emborrachándote desde que volvimos de Idris.
-Soy suficiente mayor como para saber lo que hago.
-Lo sé, pero ahora te estas comportando como un irresponsable y ese debería ser yo.
-Déjame y lárgate. – insistió con tono brusco Alexander.
Con agilidad, Jace tomó del brazo a Alec haciendo que este se pusiera de pie. Le dio sostén llevándolo escaleras arriba hasta la habitación de su parabatai que se veía realmente borracho. Lanzándolo a la cama, le quitó los zapatos, quitó el cinturón de armas y finalmente le desabrochó la camisa para cambiarlo.
Alec parecía no darse cuenta de lo que hacía el otro chico, pero lo seguía con la mirada a donde este fuera. En cierto momento, Jace le desabrochó el cinturón mientras un pequeño sonrojo le subía por las mejillas. Inesperadamente acarició el pecho bien formado de Alec con suavidad delineando el contorno de cada uno de los músculos que lo habitaban.
Le miró con inquietud y una extraña sensación de deseo le llenó por completo sus pensamientos. Intentó olvidarla, pero ver a Alec tan vulnerable le dio valor para seguir con lo que hacía. Con un poco de nerviosismo en la mirada, Jace se inclinó a besarlo con delicadeza. Lamió los coloridos labios de ojiazul con ternura para poco después unir su boca con la de él.
El beso fue lento, lleno de placer. Alec correspondía sin quejarse; quizá por su inestabilidad en aquel momento o porque simplemente se rehusaba a detener esos sucesos. El nefillim rubio pasó sus largos dedos bajo la camisa que aún cubría el cuerpo ajeno. Sonrió con valentía pensando que tal vez no tendría que darle explicaciones a su parabatai si olvidaba todo aquello por la resaca. Disfrutó el momento insistiendo con más besos y caricias que lo llenaban de sensaciones nuevas en todo su cuerpo. Se colocó sobre aquel cuerpo indefenso siguiendo sus movimientos con sus labios recorriendo cada centímetro de la piel que iba de los labios hasta el cuello.
No podía llegar demasiado lejos, no si Alec estaba en aquel estado. Sería repentino y sin significado alguno para los dos. Si en algún momento Jace admitía sus sentimientos sería viéndolo a los ojos.
El chico de cabello azabache suspiró cuando se terminó aquel contacto para poco a poco cerrar los ojos cayendo en un profundo sueño. Jace lo cobijó con sumo cuidado y besó su frente antes de susurrar:
-Tal vez estoy enamorado de ti, Alec Lightwood…
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(Fic Jalec)
FanfictionEn algún momento de su vida Jace se da cuenta que comienza a sentir algo por su parabatai, Alec Lightwood. Ninguno está comprometido por otra relación ni mucho menos quieren dejar pasar lo que está surgiendo entre ellos. Para Alec es difícil acepta...