Las niñas desayunaron y continuaron viendo sus capítulos, yo fui a darme un baño relajante y tibio ya que hoy tenía mucho tiempo para mí. Le di a Jose las instrucciones para el almuerzo ya que las niñas y la prima de Azzu almorzarían con nosotras.
—Miri... —me habló Jose—. ¿Será que puedo pedirte un favor?
—Sí, claro Jose —contesté, ella era como de la familia a estas alturas.
—Pasa que Ana está estudiando en Barcelona, y escuché que van a ir la semana que viene y quería enviarle algo. ¿Será que se podrá?
—¡Claro! —respondí sonriendo—. Pero yo no voy a Barcelona, solo va Sofy. Igual le daremos el encargo a ella y tú te comunicas con Ana y le dices que la llame al celular para coordinar, ¿te parece?
—Sí, genial Miri, gracias.
—No, de nada —respondí sonriendo y fui hacia mi habitación.
Mientras estaba preparando el agua caliente en la bañera para hundirme en ella un buen rato, prendí la tele y justo estaban pasando el comercial donde salía Nico, él era la cara de un perfume para hombres. El comercial parecía perseguirme, siempre que encendía la tele ahí estaba mi sexy ex esposo mostrando su torso desnudo y llenándose de esa colonia.
Lo miré, sonreí de solo pensar en las veces que llené de besos esa parte de su cuerpo. Cerré mis ojos y empecé a recordar. ¿Por qué mi mente lo pensaba tanto últimamente? Quisiera poder estar con él en este mismo momento, recostarme en su pecho y sentir que todo estará bien. Hay días que lo extraño tanto, sobre todo cuando tengo estos tiempos libres que me llevan a pensar.
Todo estaba siendo muy extraño últimamente, todo me recordaba a Nico desde hacía unos días, más exactamente desde que mi abogado me informó que ya le había entregado a él los papeles del divorcio, eso fue hace como un par de semanas. Me preguntaba si ya los habría firmado, pero no creo, porque si no ya me los habría hecho llegar.
Cuando nos casamos jamás hubiera pensado que un día me divorciaría de él, estábamos tan contentos... De hecho fue uno de los días más felices de mi vida. Nos casamos en España, ya que viviríamos en Italia. Recuerdo el día que me pidió matrimonio, yo estaba en medio de una gira, y tocaba cantar en México, él me acompañó para recordar viejos tiempos, y eso hicimos durante un par de días. Salimos y recorrimos la ciudad, los lugares que solíamos frecuentar durante las grabaciones, vimos a los amigos de allá, menos a Guillermina y a Mateo con quienes habíamos perdido por completo el contacto debido a lo mal que se sintieron cuando se enteraron de lo nuestro. Ambos no tardaron en deducir que habíamos terminado con ellos para estar juntos, por más que lo hayamos ocultado. Él no quedó bien con Guillermina, ella lo llamó y pelearon. Mateo sólo me escribió un email bastante doloroso por cierto, en el cual me reprochaba lo que le había hecho.
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El amor después del dolor ©
SpiritualPuedes adquirir este libro en la versión digital para Kindle o en físico por Amazon. ***** No hay dolor más grande, ni tristeza más profunda, que aquella ocasionada por la pérdida de un hijo y Miriana, lo vivió en carne propia. Cuando él se fue, gra...