Contra barreras y demonios [todoroki x tu]

Capitulo 32

-¡Hiciste más de lo que pudiéramos hacer solos! -Me animó Kiri, me abrazó de lado como el gran amigo que era y sentí una mirada de odio pero asumí que era la azabache.

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-algo me dice que si yo no estuviera igual quedarían en segundo lugar, pequeño presentimiento- les dije riéndome y ellos también.

-¡En tercer lugar Shinso! - ¿El zombi? Lo vi en la pantalla bastante alegre -¡en curto lugar Midoriya! -El maldito brócoli quedó. ¡Mierda! Tengo que hacerlo perder a como de lugar.

A lo lejos tenían al bicolor tocándose el cuello y su mano bastante pensativo, puede ser por la pequeña batalla que tuvo con Deku cuando nosotros peleábamos con Monoma, ese maldito rubio engreído. A los segundos hablaba bajo y tenía la mano hecha un puño.

-Ahora tomaremos un descanso de una hora para almorzar y continuaremos con las festividades de la tarde! - el rubio gritaba pero no escuchaba, en mi mente se grababa todo el tiempo el momento en el que casi los mato.

¿Realmente fui yo? ¿Como hice eso? No entiendo que me pasa. Creo que tiene que ver con esa visita extraña a mi antiguo hogar pero aún así ¡esto no tiene sentido!

Salí corriendo al baño, sentía como Mina me seguía, la rosada ha estado muy preocupada últimamente por mí pero no me podía ayudar cosa que me frustraba y a ella igual. Era algo que nadie comprendía bien, en especial yo.

Cuando me encerré en un cubículo murmuraba todo el tiempo "que me pasa, que me pasa, que me pasa" sin ganas de llorar, pero si sentía ese nudo en la garganta con el que apenas podías respirar.

-¿(T/N)?-preguntaba Mina fuera de mi cubículo colocando sus manos en esta puerta blanca esperando a que yo abriera.

-déjame sola.......- hablé con un hilo de voz al borde de romperme a llorar, realmente me sentía horrible.

-no puedo amiga, tengo que apoyarte en este momento, no estás bien. Sal de ahí- no era justo que ella quisiera ayudarme y que yo fuera una puta mala agradecida.

-no sé qué me pasa...... no entiendo- abrí la puerta y la abracé como un bebe en busca de su madre. La necesitaba, necesitaba que alguien me diera un abrazo protector en este momento.

-tranquila-decía la chica mientras me acariciaba mi cabello- todo estará bien- hablaba lento y suave- ¡piensa que ahora eres súper genial!-me animaba haciendo que la viera a los ojos.

-si.....- le sonreí débil y seguimos abrazadas un rato hasta que pensamos que ya era hora de salir.

Caminamos lento y en un segundo me quedo paralizada diciéndole con mi pequeño gesto "tengo miedo", Pero esta con su típica sonrisa y mirada alegre logró apaciguar ese sentimiento con éxito.