Capitulo 41

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Más y más veces escuchaba esas voces llenas de odio y maldad, no entendía que era todo esto pero ya no quería más, esto dolía. Corrí lo más rápido hasta llegar a mi hogar, ya más tranquila saqué la mercadería y la guardé donde tenía que hacerlo

¿¡PORQUE TIENE QUE SER ASÍ!?

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me sentia completamente abrumada sobre lo que vivia ¿¡porque escucho esto!? ¿¡porque veo esto!? no es normal. Se que trato de pasar desapercivido todo el tema de la voz en mi cabeza, pero esto se vuelve cada vez peor.

Tal vez si voy al paicologo o psiquiatra me dirán que tengo demencia. También está la opcion que me encierren en un loquero y no quiero pasar ahí los ultimos momentos de mi corta vida. agh, esto apesta.

Traté de dejar de darle vueltas al asunto así que busqué mi celular por el comedor y vi que estaba en la mesa de entrada junto con las llaves. Subí a mi habitacios desganada mientras conectaba los udifonos a tal aparato. Finalmente puse una de mis canciones favoritas para dejarme llevar por tal melodia.

Escucho a los minutos como me llega un mensaje y es Aisawa preguntandome que queria cenar, le respondi que no me sentia bien y que solo domiria y que no me molestara. Se que eso lo preocupa más y es peor ya que es muy sobre protector, pero realmente necesito estar sola en este momento.

Terminé quedandome dormida, gracias a dios, pero vi una pequeña niña de cabellos rojos corriendo por un gran bosque de la mano de una mujer. Se veían muy felices, que me daban incluso ganas de llorar. Por suerte fue un simple sueño, que pude reconocer al abrir los ojos.

En la mañana me encontraba bastante bien, pero lo único que me incomodaba eran las vendas que cubrían mis heridas, no estaban 100 porciento recuperadas y dolían con un pequeño roce. Me levanté de la cama para ir a buscar algo para comer, por milagro uno de los remedios que me dio el Tío C llegue a esta mañana sin vomitar.

Mientras bajaba las escaleras vi a Aisawa tomando una taza de café con cara preocupada, me acerqué a él para saludarlo pero seguía en sus pensamientos, creo que algo le preocupa mucho. Le toqué el hombro y este se exaltó a mi tacto y se movió su mirada a mí dándome una mueca.

-porque me asustas- respondió dándole un sorbo a su café.

-tú estabas perdido en tus pensamientos, no me reclames- le critiqué para ir al estante y abrir esas pequeñas puertas- ¿queda cereal? - le pregunté buscando un plato.

-sí, queda poco de chocolate y está nuevo el de avena- hice una mueca al escuchar que quedaba del avena, la odiaba- cuando saliste con tus compañeros fuiste directo a tu cuarto y ayer casi no me hablaste ¿Qué te ocurre? ¿Te hicieron algo? - di un suspiro al escuchar sus palabras y enviarme al frente del tazón de cereal con leche.

-no me hicieron nada malo, tranquilo, simplemente he estado muy cansada- este obviamente no me creía pero actuó como que si -¿cuando hay que volver a la yuuei? - le pregunté comiendo de mi exquisito desayuno.

-pasado mañana, lo ideal sería que no salieras ya que aún no sabemos que son esos poderes que tienes- le asentí con la cabeza y este se levantó de la mesa para dejar tu taza de café en el fregadero e irse.

Le vi de mala gana porque soy un poco floja para hacer las obligaciones del hogar, no soy Levi, no me juzguen. Siempre me deja los platos sucios y detesto con el alma lavarlos, cosa que el sabía muy bien. Lamentablemente por obligación tuve que hacerlo.

Subí a mi cuarto y decidí tocar un rato el piano, estaba bastante aburrida en verdad pero no sabía qué serie ver, rápidamente pasó toda la mañana y me dió mucha hambre, Aisawa me llevó el almuerzo a mi cuarto y yo seguí con lo mío.

Contra barreras y demonios [todoroki x tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora