Cyber sex • Johnny Suh

𝑳𝒊𝒈𝒉𝒕𝒔

¿Se imaginan justo brota una pandemia? Ja, sería gracioso.

Porque tendría que estar en cuarentena, sin poder buscar a mi banana que tiene por nombre Johnny. Pero haría cybersex con él todas las noches...

Pero bueno, es demasiado lejano ese contexto. Por eso me encuentro buscando la cafetería a la que va este tonto, empieza con T.

¿T de Troy? Mmm no lo creo, High School Musical no llegó a tanto...

¿Su amigo tendrá una cafetería? Lo dudo, solo es un año menor que él.

T... ¿Ten? Es un famoso bailarín tailandés.

¡Oh! Según google sí existe.

De acuerdo... "Ten's cofee" suena sencillo.

Está a unas cuadras y tiene buenas reseñas, es hora de encontrar a ese Dios griego.

...

¡Qué intento más fallido!

Ok, Megan, respira.

No estaba Johnny. Solo vi chicas locas por el bailarín y ningún chico.

Entonces no era esa cafetería, supongo.

¡¿Cuántas cafeterías existen en esta ciudad?!
¿Tendré que ir a todas las que comiencen con T? ¿O qué mierda?

Quizá es mejor decirle que me quiero juntar con él a comer y ya está...

Comerle la boca.

Mmm, me desvíe del tema...

¿Uh? Escucho el computador sonar... ¡Oh! Debe ser mi cita nocturna.

Ok, la imagen que veo al abrir la computadora no es para nada santa.

-¿Tan necesitado estás? Veo tu lindo pene sobresaliendo de tu pantalón desde aquí.- suelto apenas veo la pantalla.

Sí, teníamos confianza, total no existía una relación amorosa, así que generamos un lazo de amistad bastante extraño.

-Pues claro que sí, princesa. La imagen de ti con una de tus manos en tus pechos y la otra yendo directamente a tu zona, no se fue de mi cabeza en lo que restó del día.

Habló desde el otro lado de la pantalla, me reí ante su comentario, su voz la reconocería entre miles, más esos gruñidos que salen de su boca cuando... Ah.

-Mmm, deberías recompensarme ¿No crees? A ti fue al que le cortaron el internet por caliente, no a mí.- Vi como se asomaba su sonrisa ¿Acaso todo es sexy en él?.

-Entonces acomodate, apaga las luces y solo disfruta...- dijo esto último en un susurro, creo que ya me siento húmeda.

Hice caso a lo que dijo, me levanté a apagar todas las luces del departamento y llevé la computadora conmigo a mi habitación, al notar que ya estaba cómoda como él había pedido, empezó el diálogo.

-Pequeña Megan, quiero volver a ver la ropa interior que tenías puesta.

Era todo un 'daddy' y de tan solo dos años mayor que yo. Como buena niña me quité la ropa, quedando solo con la lencería negra.

-Bueno, Johnn's Banana ¿Qué planeas?, ni siquiera te haz sacado la pijama.- dije tratando de descifrar lo que deseaba esta vez.

-Es que tengo la pequeña certeza de que mis abdominales te distraen un poco mucho...-al decir esto subió un poco el borde de la polera que traía puesta, dejando ver una parte de su hermoso torso. Sus brazos.

Sus malditos brazos me hacían tener los mejores sueños húmedos.

Como se marcaban sus músculos o las venas, no de forma exagerada. Sino sensual.

Creo que se ha notado mi baba, ya que rió ante mi reacción.

-Me gustaría tanto morder tus hombros, Megan. Se ven lisos y morenos...- gruñó y supe que estaba igual o peor que yo, empecé a dar caricias en mi cuerpo como si fueran sus manos.

Amo como su voz se vuelve aterciopelada y grave al entrar en el papel de erótico.

Necesito tanto sentirte, escuchar esos gruñidos en mi oído.

-¿Qué dijiste?- Johnny me sacó de mis pensamientos con la pregunta.- ¿Acabas de decir que...? Repítelo.

Quedé sin palabras, había pensado en alto. Reí nerviosa.- ¿Mmm? - traté de poner mi cara más angelical posible.- Nada, papi.

Rió fuerte, solo usábamos esos apodos para romper la gran tensión sexual que se creaba.

-Sabes, Johnny. A mi me encantaría marcar tu cuello, o besar tus brazos... Oh, tus brazos.- dirigí mi mano a mi entrepierna para que se perdiera en mis pliegues.

Solo escuché como la respiración de Johnny se estancaba, y el sonido de una tela al caer al suelo.

Obviamente había sido su polera, lo supe al instante en el que mi vista fue directo a sus abdominales.

Creo que se subió el brillo a mi pantalla, porque no es normal que su torso haya brillado.

Pude admirar como se sacaba el pantalón de algodón lentamente, haciéndose sufrir por mi. Tocó por encima de la tela su miembro, soltando un gruñido.

-Uh, Megan. Estás siendo injusta al no sacarte el sostén.- al oírlo masajeé mis pechos por encima de la prenda dicha, lentamente llevé mis manos al broche, dándole la espalda a la cámara del portátil, tiré a un lado el sostén.

Johnny rogó para que yo me diera vuelta, solo me reía. Pero decidí girarme ante sus suplicas, hay que ser buena samaritana.

Ver a este chico masturbarse fue más que satisfactorio.

Al llegar ambos al orgasmo dimos por cerrada la noche, nos despedimos y, por lo menos yo, me fui a dar una ducha y luego a dormir. Había quedado muy agotada.

Mañana otra vez buscaría a brazos deliciosos.