Agustín soñó con Mateo y Mateo soñó con Agustín. Bueno, en realidad el morocho soñó con la chica misteriosa, otra vez. En su sueño, los dos estaban bailando una canción lenta (la cual, cuando despertó, no pudo recordar) en una habitación que estaba en absoluta oscuridad. Por momentos había gente alrededor y por momentos estaban ellos dos solos. La chica era rubia y muy, muy linda, aunque el subconsciente de Mateo aún se negaba a imaginarse el rostro. Los dos movían el cuerpo lentamente y se besaban con frecuencia. En su sueño, Mateo disfrutaba de esos besos tanto como en la realidad. Y también disfrutaba besar el cuello de la chica y sentir esa hermosa fragancia que tenía.
El sueño del rubio no fue muy diferente. Bailaba en la oscuridad un tema lento con Mateo. Pero Mateo sabía que él era él y no una chica. Y lo mejor de todo es que no le importaba en absoluto. El morocho disfrutaba de su compañía tanto como antes (cuando no sabía que el rubio era "la chica"), le gustaba bailar con él y besarlo. Agustín no podía ser más feliz. Pero cuando despertó y recordó que todo no había sido más que un sueño, le costó volver a la realidad.
Mateo soñó con la chica mientras estaba en la cama de Ciro. Después de toparse con Agustín en el baño y no encontrar a la chica misteriosa en todo el segundo piso, decidió volver a la habitación del dueño de la casa y echarse en el somier. Suspiró, cerró los ojos y se durmió. Un largo rato después, lo despertaron sus dos amigos y Ciro.
—¿Mmm?
—Dale, Teo, salí de mi cama de una vez —dijo Ciro.
—Amigo, te re desmayaste mal —se rio Gabriel.
—Sí, ¿estás bien? —preguntó Pedro.
—Ssí.
—Bueno dale, arriba —dijo Ciro. El morocho salió con dificultad de la cama y sus dos amigos lo sacaron de la habitación mientras se reían.
—¿Qué te pasó? —le preguntó el pelirrojo en el pasillo. Mateo comprobó que estaba totalmente iluminado por la luz de la mañana que entraba por las ventanas. No podía creer que hubiera dormido tanto tiempo.
—Encontré a la mina en la cama y nos besamos —dijo soñolientamente. Sus amigos se miraron y se volvieron a reír.
—Alto sueño tuviste —dijo Gabriel.
—No fue un sueño —dijo Mateo con un deje de enojo—. Es posta. Cuando se cortó la luz subí a este piso y la encontré en la cama.
—¿Por qué subiste? No entiendo. ¿Y qué hacía la chica ahí? —preguntó Pedro.
—Entré en la casa para buscarla, ya saben que ella estaba en la joda. Y no sé, tuve el impulso de subir. Y les juro que estaba en la cama. Nos besamos. Pero después ella salió corriendo cuando volvió la luz.
—Y después te desmayaste...
—Sí.
—No entiendo por qué esta mina se esconde tanto.
—Ya les dije, es una bagarto —dijo el castaño, pero esta vez nadie se rio.
—Bueno, vamos abajo, que las chicas nos están esperando. Hace un rato Ámina te estaba buscando por todos lados, y ella misma te encontró dormido en la cama —dijo Pedro.
—¿Posta? —preguntó Mateo.
—Sí. Te dejó dormir. No te quiso despertar. Qué linda novia tenés.
El morocho suspiró.
**********
Y Agustín soñó con él cuando regresó de la joda y fue, junto a Bárbara y a Lola, a la casa de esta última. No les contó lo que había pasado con Mateo en la habitación de Ciro sino hasta que estaban "desayunando" en el horario del almuerzo, en la cocina de Lola. Su mamá estaba mientras tanto en el jardín.
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Buscándote
RomanceEn una fiesta de disfraces, Mateo está lo suficientemente borracho como para besar a una "chica" pensando que es su novia. La chica, que en realidad no es una chica, resulta ser el mejor amigo de uno de sus compañeros del equipo de fútbol. Desde esa...