Ámina, Nazarena y Tamara pasaron el resto de la joda (desde que Mateo salió furioso de la casa) encerradas en la habitación de Nazarena, conversando sobre lo que había pasado. Gabriel y Pedro estaban demasiado embriagados y distraídos como para notar su ausencia (y la del morocho), y cuando por fin lo hicieron, sus novias les dijeron que estaban hablando de algo privado. Cuando terminó la joda, las pidieron que se fueran de la casa.
—¿Eh? ¿Nosotros por qué nos tenemos que ir? —preguntó el castaño con un leve deje de furia.
—Porque necesitamos seguir hablando —contestó Nazarena.
—¿Pero qué mierda pasó?
—¿Qué está pasando, Tami? —le preguntó su novio.
—¡Tenemos que hablar de algo privado, chicos! —contestó Tamara.
—¿Se pueden ir, por favor? —insistió Nazarena, empujando a su novio fuera de la casa.
—¿Dónde está Teo? —le preguntó este a Pedro.
—Ni idea, ahora lo llamo —dijo el pelirrojo antes de tomar su teléfono.
Las chicas por fin lograron deshacerse de sus novios y Tamara cerró la puerta principal de la casa.
—Bueno, por fin se fueron todos —dijo.
—Sí, pero ahora tengo que limpiar todo el desastre —protestó Nazarena.
—Y bueno, eso pasa cuando ponés casa para una joda.
Nazarena suspiró. Le echó un vistazo a Ámina, que estaba tirada en el sillón de la sala.
—¿Estás bien, Ami? —le preguntó Tamara.
—Sí, chicas, ya les dije que estoy bien. Obviamente, capaz estoy unos días medio rara, pero ya se me va a pasar. Estuve mucho tiempo con Mateo, es eso. Pero es un pelotudo. Ya les dije, últimamente estaba como raro, como lejano, pero bueno, sé que yo también, y por eso no me daba cuenta. Yo estaba teniendo este... rollo con Daniel y estoy segura de que él también anda en algo.
—¿Vos decís? ¿Con quién? —preguntó Nazarena.
—No sé. Capaz con esa rubia con la que lo encontré en la fiesta de disfraces.
—Bueno, nosotras podemos hablar con Peter y Gabo y capaz les sacamos algo —dijo Tamara. Ámina soltó una risita.
—¿Vos te pensás que les van a decir algo? Es más, capaz les preguntan si ustedes sabían lo de Daniel. Y les conviene hacerse las boludas.
—Ah, sí, obvio —dijo Nazarena.
**********
El teléfono de Agustín volvió a sonar después de despedirse del morocho. Vio que su mejor amiga lo estaba llamando.
—¿Hola?
—Hola, Gusti, ¿dónde mierda estás? —preguntó Bárbara del otro lado de la línea.
—Ahora estoy yendo a casa.
—¿Dónde estuviste?
—Con Teo. Cortó con la novia y nada, yo lo acompañé. Vinimos a Vélez.
—¿Cortó con la novia? —preguntó Bárbara con asombro.
—Sí.
—¿Y fueron a Vélez? ¿Cómo es eso?
—Entramos por una entrada secreta que conozco —contestó el rubio.
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Buscándote
RomanceEn una fiesta de disfraces, Mateo está lo suficientemente borracho como para besar a una "chica" pensando que es su novia. La chica, que en realidad no es una chica, resulta ser el mejor amigo de uno de sus compañeros del equipo de fútbol. Desde esa...