Capítulo 12. Pésame

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When September Ends

Por KaedeRavensdale

Traducción por Alyssa S.

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Capítulo 12

Pésame

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—¿Terminaste de bañarte? —La piel de Tom todavía estaba tibia y húmeda, su cabello goteando agua limpia en lugar del agua del lago mientras envolvía sus brazos alrededor de los estrechos hombros de Harry, dejando caer un casto beso en la frente en respuesta—. ¿Te vas tan pronto?

—Tengo que hacerlo, amor. Si me voy ahora, regresaré al anochecer —A pesar de sus palabras parecía reacio a liberarlo— Necesito conseguir todo hoy porque mañana no quiero desperdiciar ni un momento lejos de ti.

—¿Y si te acompaño? —Harry echó la cabeza hacia atrás y felizmente recibió el segundo beso que Tom le puso en sus labios—, ya que parece que quieres tenerme tan cerca.

—No es necesario. Creo que has tenido suficiente esfuerzo por un día, muñeco. Debes recordar, Harry, que sigues recuperándote de tu lucha contra esa maldita enfermedad.

Al solo pensar aquel mal que casi le había arrebatado su vida, pudo notar cómo la piel de Tom se erizaba. El cuervo extendió la mano para calmarlo, acariciando su rostro y tarareando suavemente hasta que la tensión de sus músculos se relajó.

—Lo sé, Tom. Sé que técnicamente sigo mal a pesar que me siento bien y que necesito descansar. Si realmente piensas que lo mejor es que me quede aquí, entonces lo haré. Después de todo —sonrió—, no me gustaría perder nuestro aniversario por sobre esforzarme haciendo algo trivial o tonto.

Tom presionó sus labios en el interior de la muñeca de Harry por un breve momento antes de finalmente soltarlo y alejarse.

—Haré todo lo posible para apresurarme en conseguir lo que necesitaremos y así regrese antes del anochecer. Mantén todas las puertas y las ventanas cerradas mientras no estoy, ¿de acuerdo? No quiero que nada ni nadie pueda contactarte.

—Lo sé.

—Te dejaré esto—Tom sacó algo de su cintura y lo dejó sobre la mesa de café. Los iris de Harry se abrieron de la sorpresa cuando identificó lo que estaba frente a él—, por si lo necesitas.

—Tom, ¿para qué trajiste una pistola aquí? ¿De dónde sacaste esa cosa? —Harry levantó los pies y acercó las rodillas a su pecho, mirando la pistola como si en cualquier momento le fueran a brotar piernas y colmillos e intentara morderlo—. Esa cosa es legal, ¿no?

El moreno se rió y le revolvió su oscuro cabello. —Claro que sí amor, y la seguridad también lo es. La traje porque, aunque son pocos frecuentes, en el estado hay osos y otros grandes depredadores. Y coyotes, pero por lo general no son gran problema. Solo quiero que tengas presente no correr hacia algo que suene como una mujer siendo asesinada.

—¿Por qué podría haber un psicópata blandiendo un hacha?

—No. Es porque eso que escuchaste no se trata de un humano. Es un león de montaña que está marcando su territorio— Harry palideció—. En cuanto a dónde lo conseguí: en la caja fuerte de mi oficina.

—¿Cuántas tienes, Tom?

—Unas pocas. Solía cazar cuando mi padre aún vivía, antes de que me detuvieras, ¿recuerdas? Te había traído esa piel de leopardo negro de Kenia y, después de enterrarla en el patio trasero de tus padres, no me hablaste por un mes —Tom pasó una mano en su cabello—. A veces sigo pensando que habrías hecho mejor como activista de Green Peace qué como editor de la revista National Geographic.

When September Ends (Tomarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora