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El castaño apresuraba su paso lo más que podía, no quería mirar hacía atrás pero sabía que lo estaban siguiendo. Escuchaba los pasos detrás de el y escalofríos recorrían su pálido cuerpo.

Sam un hombre no muy mayor, había llegado hace poco al pueblo, rápidamente se hizo una fama de alcohólico agresivo y no dejaba pasar la oportunidad de tratar de ligar con Stiles cada vez que le veía.

El castaño nunca imagino que llegaría a seguirle, ni que esperaría que este solo, caminando por una calle totalmente vacía y oscura. El pánico comenzó a invadirle, no había nadie a quien pudiera pedirle ayuda y aún se encontraba lejos de su casa. Se armó de valor y se volteo, quedando frente a frente con Sam.

Stiles-¿No fui lo suficientemente claro? no me interesas, deja de seguirme o le diré a mi padre y sabes que es el sheriff. - le amenazó, comenzando a buscar disimuladamente su celular en el bolsillo trasero de sus jeans.

Sam-Tú eres el que no entiende, que yo siempre tengo lo que quiero, así que deja de hacerte el difícil. - le ordenó quitándole el móvil y aventandolo contra el suelo con fuerza, donde se rompió en miles de pedazos.

Stiles intento correr inútilmente, pero el hombre le atrapó fácil y rápidamente, cubriendole la boca con una mano. Le arrastró a la fuerza, hasta un oscuro y sucio callejón, donde lo empotró de espaldas, bajando su pantalón con avidez.

Stiles-¡Por favor Sam, no me hagas nada prometo no decirle nada a nadie pero déjame irme a casa! - le rogó asustado el chico.

Sin embargo el hombre termino rompiendo por completo los jeans color bordó de Stiles, luego se desabrochó el cinturón y bajo sus pantalones, pasando su sucia lengua por el oído del castaño, que ya apretaba sus puños y párpados con fuerza, sintiendo las lágrimas caer por sus pálidas mejillas. Estaba a punto de quitarle los calzoncillos, pero no lo hizo. El menor dejó de sentir la presión del cuerpo contra el suyo, el aliento a cerveza desapareció y ya no lo estaban manoseando.

Lentamente se volteó, apoyándose con miedo contra el muro de rojizos ladrillos. Su mandíbula se desencajo de asombro al ver a Sam en el suelo, pálido como papel, su cuerpo muerto estaba yerto y con una mordida sangrante en la garganta. Parado a un lado se encontraba un hombre alto, muy atractivo y con hermosos ojos azules. La sangre del borracho, caía desde sus labios y manchaba su camiseta blanca.

Damon-Hola. - saludo, medio atontado y extasiado por acabar de saciar su sed, después de haber viajado durante mucho tiempo.

Stiles-¿Hombre lobo? - preguntó ya sin miedo y curioso por aquél extraño y guapo hombre, al que nunca había visto antes en el pueblo.

Damon-Vampiro.- corrigió con un movimiento de cabeza y cerrando sus parpados en gesto de indiferencia.

Stiles-¡Oh genial!¡ahora también hay vampiros! Como si no fuera suficiente con esos pulgosos. - comenzó a quejarse mientras levantaba los brazos hacía el cielo.

Damon- ¿Estas tonto o algo cariño? Acabas de ver que mate a una persona bebiendo su sangre, te digo que soy un vampiro y reaccionas ¿así?- preguntó divertido de la actitud del chico, que ahora que lo veía mejor, era un espectáculo para la vista.

Stiles-¡Lo siento! Muchísimas gracias, realmente me has salvado el trasero, soy Stiles. - le dijo extendiendo su mano.

El vampiro la estrechó mientras lo veía con su mirada de galán y su sonrisa perfecta.

Damon-Yo soy Damon Salvatore, tu salvador, no tienes que agradecer, odio a las mierdas como estas. - dijo mirando con repugnancia el cuerpo de Sam.

Alimentate de mí [LGTB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora