El Alpha Arrepentido ( Saga Arrepentidos #1) [EDITANDO]

CAPÍTULO ESPECIAL

Omnisciente 

El rey demonio se encontraba bebiendo un vaso de whisky mientras observaba en su portátil lo que sucedía en el castillo de Sean, pero él sabía que la bastarda como la suele llamar se encontraba con vida y no muerta como todos pensaban.

Dejó a un lado el vaso cuando escucho unos pequeños toques en la puerta. Le indicó a la persona que estaba del otro lado que pasará, por ella entró un joven demonio con un semblante de preocupación en su rostro por traerle malas noticias a su líder.

‒ Señor, hemos buscado en todas las manadas y reinos, acepción del reino vampírico. Y no hay ningún rastro de la joven humana ‒ en eso se sobresaltó al oír un vaso estrellarse contra la pared.

Sacudió su saco refinado quitando los pedazos de vidrio que habían quedado, llegó hasta el joven demonio y lo tomó del cuello.

‒ ¡Llevas una jodida semana y todavía no la encuentras! – exclamó haciendo presión en el cuello con más fuerza del joven.

‒ Te proporcionaré a los mejores cinco hombres ‒ dijo el demonio ‒. Un error y te arrancó tú corazón podrido.

Saltó al joven. Este último intentaba recuperar el aliento, sin darse cuenta que las grandes manos del rey quedaron marcadas sobre su cuello. Antes de retirarse hizo una reverencia y salió molesto consigo mismo por no haber cumplido su misión.

El rey demonio volvió a su asiento para seguir monitoreando las cámaras en busca de alguna una pista sobre Nadira, al no obtener lo que deseaba decidió retroceder los videos de semanas atrás cuando la castaña fue torturada, eso de cierta forma le causaba gracia en mirar como la sangre resbalaba en el cuerpo de ella.

Apagó y cerró su portátil al escuchar el sonido de unos tacones acercándose, indicándole que su amante se aproximaba. La puerta se abrió y en ella ingreso una mujer pelinegra.

‒ Pensé que le estabas haciéndole rabietas a tu padre ‒ le dijo el demonio a su amante, ella ignoró su desagradable comentario mientras se sentaba en el regazo del hombre.

‒ El idiota de Sean pagará muy caro por haberme echado del reino, pero que ni crea que me quedaré de brazos cruzados ‒ dijo la pelinegra pasando sus brazos alrededor del cuello del demonio.

Él la beso para no seguir oyendo sus reproches, tenía en claro que la pelinegra que tenía sentada en su regazo no sé trataba de ninguna santa, sino de una arpía que calentaba su cama ya que su título de zorra lo había ganado cuando cambio a su alma gemela por otro hombre.

Apartó a su amante para dirigirse a guardar su portátil en la caja fuerte, mientras le ordenó que se retirará de la oficina y de reojo la vio salir. Una vez solo, camino a la puerta y le puso pestillo para luego ingresar el código en la caja fuerte y de inmediato metió el aparato. Cerró la puerta y agarró la mano de su amante guiándola a la habitación donde ahí la haría gritar su nombre hasta el punto de hacerla olvidarse de su ex prometido.

(...)

La líder de las brujas blancas tuvo que tomar cartas en el asunto al ver que el cuerpo de Nadira todavía no aceptaba la marca del lobo, y al no estar alimentándose como se debía los híbridos empezaban alimentarse de su sangre.

‒ Nadira tiene que ser trasladada al mundo humano para que le practiquen una cesárea de urgencia ‒ sugirió la líder ‒, descuiden conozco una doctora que se puede encargar de ella.

Los tres hombres asintieron, pero el único problema era que no contaban con un medio de transporte para llevársela. Marcus se apartó de los demás para llamar a la única persona que lo podía sacar de a puros, buscó el número entre sus contactos y luego contó hasta tres para presionar la llamada, después del cuarto timbre se escuchó la voz gruesa de un hombre.