Capítulo 17: Propuesta denegada

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Anne

Hoy me he sentado con Flavio y Gèrard. Estoy contenta por eso, porque me hacía mucha ilusión poder desayunar con el guapo este. Así que he aprovechado que Eva había ido a comerle la boca a su ex, para sentarme con Gèrard y su amigo.

―Oye, ¿no es raro que tu amiga haya venido más tarde y sola? ―Pregunta con curiosidad.

―Estaba viendo a su ex, Nick ―informo antes de darle un bocado a mi donut untado de aguacate. No me preguntéis porqué he hecho eso, pero está rico.

―Oh... ―parece que veo un atisbo de decepción en su reacción, o quizás sea imaginaciones mías―. ¿Se llevan bien?

―Sí, incluso se comen la boca cada dos por tres ―digo encogiéndome de hombros ante la atenta mirada de los dos chicos―. ¿Qué? ¡Es algo bastante normal. ¿Nunca os habéis liado con un ex o una ex?

―Yo no ―dice Flavio encogiéndose de hombros―. Lo mismo es porque han vuelto, ¿no?

―¡Qué va! Ni ella ni él quieren volver, solo recuerdan viejos tiempos.

―Qué manera más rara de recordarlos... ―murmura Gèrard.


Ariadna

Pensaba que Eli sería mi peor enemiga hasta que hace un par de noches me demostró todo lo contrario. Cuando rompí con mi ex por teléfono, la escuché tras unos arbustos, pero no tenía fuerza mental para reprocharle estar espiando una conversación ajena. Lejos de eso, la chica se mostró muy amable conmigo y me ofreció su hombro para escuchar y sus oídos para llorar. No, no me equivoco, fueron las palabras literales que utilizó. Supongo que fue la manera que tuvo para sacarme una sonrisa. Y siempre estaré eternamente agradecida, porque nos pasamos media noche hablando sentadas en el césped. Primero de toda la movida con mi ex, luego de mil cosas diferentes que no venían a cuento pero que me distrajeron.

―Oye, Ari, ¿estás bien? ―Me pregunta haciendo que aterrice a la realidad.

―Sí, perdona, estaba en mi mente...

―¿Y en qué piensas? ―Quiere saber Samantha, quien se ha sentado con nosotras.

―Cosas mías ―no le doy detalles.

Solo Eli sabe lo que me ha ocurrido, además, Samantha más que interés parece que lo que quiere es curiosear. No con mala intención, solo que parece que ese es su interés ahora mismo.


Nick

Por fin Hugo decide levantarse. Bueno, en realidad se ha sentado en la cama. Este chaval... De lo que no hay.

―Ahora pégate una ducha rápida, niño. Que si te das prisa llegamos a tiempo ―le informo alentándole con una sonrisa.

―¿Tú crees? ―Me pregunta dudando―. Creo que lo mejor es que vayas tú porque como no lleguemos a tiempo por mi culpa...

―Si te sigues entreteniendo no llegamos ―digo con sinceridad.

Hugo resopla asintiendo. Se levanta pero no se mueve de ahí.

―¿Tengo que darte cuerda? ―Bromeo.

―No, no. Solo quería comentarte algo, que puede sonar raro...

―Tú dirás.

―Es que había estado pensando y... Bueno, lo mismo otro día podíamos repetir lo de la otra noche. O sea, ya sabes, con Anajú ―me dice un poco nervioso.

―Hugo, a ver... No es a mí a quien se lo tienes que decir, sino a ella ―digo encogiéndome de hombros.

―Pero yo me refiero a...

Niego con la cabeza.

―A ver, Huguito, que no te dé corte decírselo. ¿Quieres liarte con ella? ¡Díselo! Pero yo no quiero estar de sujetavelas ni <<ser utilizado>>. Tenemos ya una edad, tienes que hablar con ella.

Asiente pero no dice nada más.

―Y ahora, anda, tira, que al final no desayunamos ―le insto a que se apresure.

Cuando se marcha, me acomodo en su cama mientras lo espero y me dispongo a entrar en mi perfil Iligo+, una página de ligoteos muy interesante. A ver si luego no se me olvida y se la recomiendo a Eva y a Hugo.


Hugo

El agua caliente recorre mi piel desnuda. Sé que tenía que ser una ducha rápida, pero dejo que mi mente divague y siento que por mi culpa Nick llegará tarde. ¿Para qué se ha quedado esperándome? Bueno, a lo mejor se ha cansado y se ha ido. Debería de ser lo normal.

Noto como unas lágrimas caen por mis mejillas, entremezclándose con el agua de la ducha. Me siento mal. Me siento un idiota. ¿Por qué he dicho eso antes? ¡Ha sonado tan ridículo! Pero quizás sea verdad eso que dicen de que el amor no es fácil. Aunque la conversación me ha hecho recapacitar y pensar. Y es que, ¿a quién se le ocurre? En realidad razón no le falta para decirme lo que me ha dicho. Si quieres tener algo con alguien no puedes meter a otra persona de por medio. No debería de haber sido tan egoísta. Pero tampoco quiero que lo sepa. ¿Por qué es tan complicado? Solo sé que no puedo evitar que me guste. Me gusta demasiado Nick.

Verano inolvidableWhere stories live. Discover now