(...)
Salí hacer mi ronda como siempre, pero esta vez, cruce por otro lugar. A lo lejos escuché una notas apacible. Producían en mi una reacción desconocida.
No sé cómo explicar, pero ¡era como cuando te dan ese regalo que tú tanto anhelas recibir! Así me sentía cuando escuché aquella melodía. Por eso, acelere mis pasos para seguir escuchándola.
Era la voz de una chica, ¿quién era? ¡No tenía idea! Lo que si te puedo decir, es que había algo ella, que me transmitía paz en medio de tormentos internos.
Me quedé ahí por un rato, esperando nadie me corriera. Cuando ví salir a un grupo de jóvenes y entre ellos la misma chica que anteriormente me había defendido, de aquel malvado "don"
Cuando me vio se apresuró hasta donde yo estaba, mientras otro le pedía que regresara. Así que trate de huir pero sin tener éxito.
—¡Oye espera, por favor! No te haré daño. Solo quiero hablar contigo —Cuando dijo eso me paré quedando de espaldas. —Solo quiero disculparme por lo del otro día. Perdona a mi padre por tratarte así. Nadie tiene derecho a juzgar sin conocer primero, y él te juzgo.
Yo solo me atrevía a oírla nada más. No podía hablar, más aún cuando mi estado era realmente lamentable.
—No quiero ofenderte, pero dime tu nombre para poder saber cómo llamarte o ¿eres mudo? ¡Perdóname, yo no lo sabía!
Me di la vuelta y la ví. Luego abrí mi boca para decir: —¡Casi mudo...pero no tanto! —respondí entre cortada las palabras, pues no acostumbraba hablar con nadie más que con Zapatillas.
—Entiendo y no quise molestarte, solo que no te quiero llamarte por un sobrenombre. Soy Anna Pavel —sonriendo y extendiendo su mano se presentó.
—No tengo nombre. Las personas como nosotros no tenemos nada. Zapatillas me dice "Petro" —respondí.
—No digas eso. Toda persona merece una oportunidad en esta vida —dijo de nuevo. Y sobre todo contar con una identidad, añadió.
—¿Oportunidad? ¿Porque repites una y otra vez esa palabra? ¡No me conoces y no sabes realmente quién soy! —rispoté un tanto más serio esta vez.
—¡Pueda que sí!..., pero hay uno que te conoce a la perfección y mejor que tú mismo. Sé que nos consideramos no recibir una oportunidad cuando cometemos errores, pero es por eso que necesitas oportunidad e identidad —respondió tocando la llaga en mi corazón y no supe que más decir.
—¡Anna, ya vámonos! —gritaban a lo lejos sus amigos muy bien perfumados.
—Creo, que tienes que irte. ¡No pierdas el tiempo conmigo aquí! —dije molesto.
—No me has dicho tu nombre todavía, y te perseguire si no me lo dices —no quería, pero le notaba determinación.
—¡Ya se lo dije que no, señorita! Ahora me tengo que ir.
—¡Esta bien!... ¡Petro, tú sobrenombre es interesante! En griego quiere decir roca o piedra —le escuché decir mientras me alejaba de ella.
Seguí caminando sin prestarle importancia; aunque lo que dijo me interesó. ¿Cómo que Roca o Piedra? ¡Esa chica está loca! ¿No sabe lo que dice, o seré yo el equivocado? Solo has venido a revolverme la cabeza otra vez. ¡Mujeres!
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PETRO EL INDIGENTE (En Pausa)
Spiritual"Petro" el chico que termino en la calle, debido a un trauma emocional causado ante la pérdida de un ser querido, pero que en medio de ese nefasto acontecimiento encontró una luz de esperanza devolviéndole la humanidad. Esta historia trata de la vid...