"Charlas amistosas"

369 15 2
                                    

Pov Whitney 

La primera prueba fue un éxito total, aunque no dejo de pensar que alguien saboteo la cadena que mantenía al dragón que le correspondía a Harry en la arena. Que la cadena se rompiera así como así no es casualidad, y no hay nadie que me quite esa idea de la cabeza, por lo que lo importante aquí seria 

¿Quién?¿ Quién saboteo la cadena?

Por más que quisiera concentrarme en encontrar respuesta a esa pregunta, no podía hacerlo sin comer, y menos con mi hermoso estomago exigiendo comida, así que hice lo más prudente, ir al Gran Comedor a por comida. Al entrar muchos me quedaron mirando, no era nuevo, pero si algo a lo que no me acostumbraba mucho que digamos, ignore las miradas y me dirigí donde estaba Ivy, me senté a su lado, tomé un plato y empecé a servirme un poco de todo, menos carne, soy la diosa de la vida y comer carne va contra mis votos, aparte me repugna comer cadáver, por que eso es la carne, carne de un cadáver, de un animal asesinado. Mientras comía le dí vueltas al asunto y sus posibles respuesta, cuando sentía unas miradas, unas muy  peculiares, que por alguna razón me inquietaban de sobremanera, esto no me gustaba. Miro a mi alrededor buscan de donde provenían, pero no lo logre sino hasta que escuche una risa muy peculiar, pero reconocible, las moiras.

-  ¡Muéstrense! 

- ¡Oh! La niña consentida nos noto- dijo una voz, la voz de Cloto.

- Ya no nos podremos divertir - esa era Laquesis, solo faltaba Atropo

- ¿Donde está Atropo? 

- Aquí, princesa consentida - esta detrás mío, demasiado cerca como si fuera a atacar por la espalda.

- ¿Qué hacen aquí? 

- Alguien va a morir, muy pronto, queremos verlo mientras cortamos el hilo, sera muy divertido - me respondió Laquesis.

- Nadie morirá, váyanse de aquí - les dije, no permitiría que nadie muriera, mientras pueda evitarlo.

- Ya lo veremos - dijo sonriendo Atropo, se giro hacia sus hermanas y desaparecieron.

Esto no era bueno, esto no era para nada bueno, sí las moiras estaban aquí era por algo, algo grande, haría todo lo que pueda y más si es necesario para que nadie muera y gracias a ellas sabia que quien estaba destinado a morir era un joven, lo más probable era que fuera uno de los campeones o alguien que tuviera que ver con el Torneo. Esto tenía que hablar lo con Albus, pero no ella sola, seria buena idea que Ivy estuviera presente, y quizás Harry, que era el mejor blanco, joven y fácil de engañar.  Me paré  y fui hacia donde estaban Harry, Ron y Hermione.

- Harry, disculpa - le dije mientras le tocaba el hombro.

- Si di... - se quedo callado al notar que era yo, al parecer no se había dado cuenta.

- Harry tienes que venir después del desayuno a la oficina de Albus.

- ¿A la oficina del profesor Dumbledore? - me pregunto como sí no fuese obvio.

- ¿Hay otra persona que se llame Albus y tenga una oficina?

- No - dijo apenado

- Te esperamos allá - le dije como despedida, luego volví hacia donde estaba Ivy

- Ven a la oficina de Albus después del desayuno.

- Vale, ¿Tiene algo que ver con muertes y las moiras, cierto? -  la mire preguntándome como sabía que era por esa razón - Cuando las moiras están cerca se siente un frió y una sensación muy peculiar, a parte estuviste viendo a la nada un rato - me dijo como respuesta a mi pregunta no formulada.

La elegida de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora