Un golpe demasiado suave -para lo que acostumbraba escuchar a diario- a la puerta de su pequeña oficina llamó la atención de Konohamaru Sarutobi, quien inmediatamente dejó a un costado el pergamino que leía sobre la próxima (y última) misión que llevarían a cabo sus alumnos junto a Sasuke Uchiha antes de que la propia hija del pelinegro comenzara su deber como Hokage y su esposo y discípulo del menor de los Uchiha se marchara con este. Sin levantarse de su asiento pidió a quien esperaba al otro lado que ingresara. Sin embargo, sus ojos oscuros se abrieron desmesuradamente al descubrir que se trataba del tercer Uchiha. Este llevaba puesto su uniforme ANBU con todo y sus herramientas y espada a cuestas como si estuviese a punto de salir también en una misión o encargo especial. Sin poder evitarlo y tras saludarle debidamente, Konohamaru decidió saciar esa duda. A lo que el de cabello ébano respondió que aún era una regla que un miembro de ANBU se presentara de ese modo ante cualquier persona y en cualquier sitio, señalando finalmente que venía de su primer día como maestro en la Academia. Una leve sonrisa asomó en el rostro del Uchiha tras pronunciar esas palabras y Sarutobi supo incluso sin necesidad de preguntar al respecto que este había resultado por lo menos satisfactorio para el mayor aun ajeno a aquella actividad. A pesar de ello decidió preguntarle cómo había sido su primer día.
- Debo ser honesto, Sarutobi... -dijo Itachi sin que aquella sonrisa desapareciera de su rostro -No pensé encontrar tantos niños dispuestos a convertirse en shinobi cuando no hay motivo para ello. Si entiendes de qué hablo...
- La paz sin embargo se ha extendido demasiado tiempo y ambos lo sabemos, Uchiha. Tú has visto más horrores de lo que esos niños jamás imaginaron... Dos Guerras Ninjas, nada menos...
- ¿Debo asumir que Hiruzen-san o tu tutor te hablaron de ello alguna vez? Y antes que lo menciones, el Tercero detestaba que alguien que se supone debía protegerlo se dirigiera a él como un absoluto desconocido. Exactamente como Minato Namikaze y como su hijo...
Los ojos oscuros de Sarutobi se abrieron imposiblemente enormes al escuchar eso. No recordaba que Naruto o Sasuke le hayan mencionado alguna vez que Itachi había conocido efectivamente al Cuarto Hokage. Un Jinchuriki al igual que su esposa Kushina. Ambos sacudieron simultáneamente la cabeza disculpándose casi con la misma premura y luego de un momento Itachi preguntó (sin la menor intención de ridiculizar al Jōnin) si le permitía tomar asiento un momento, señalando efectivamente ante las disculpas de Konohamaru que no era necesario. Tomó asiento frente al hombre de cabellos oscuros y le entregó un pequeño pergamino, explicando que había sido informado por una Jōnin que debía entregar los reportes de sus entrenamientos en la oficina de la persona a cargo de estos. Konohamaru lo abrió y analizó sin poder evitar su curiosidad, percatándose que el mayor de los Uchiha tenía prácticamente la misma caligrafía exacta que su hermano menor.
- ¿Sirvió como algo más que simplemente un miembro de ANBU? Solo Yamanaka-san debe entregar reportes al Hokage o, en su defecto, a Kakashi-san...
- También fui Capitán, Sarutobi... -contestó seriamente Uchiha -Tenía 11 años y estaba bajo las órdenes del líder de Raíz si ha oído de él...
Luego de eso y probablemente debido al asombro que esas palabras produjeron en el menor un hondo silencio inundó la sala por un lapso relativamente extenso. Hasta que fue nuevamente Itachi el encargado de interrumpirlo, decidiendo finalmente comentar al Jōnin el verdadero motivo de su presencia más allá de entregar su reporte sobre los entrenamientos.
- Necesito pedirle un favor respecto de uno de sus tres subordinados. Si es que aun los ve de ese modo, Konohamaru-san...
El de cabellos oscuros simplemente lo observó fijamente sin atinar a interrumpirlo, por lo que Itachi asintió seriamente y dijo:
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Forever At Your Side
FanfictionEllos habian tenido sus diferencias, sus peleas y algo mas que simples discusiones cuando niños/adolescentes. Y desde que se reconciliaron habian deseado con todas sus fuerzas que la historia no se repitiera con sus hijos. Para su fortuna, solo no o...