Forever At Your Side

Capitulo XV

La Hokage se encontró siendo cargada en un par de brazos masculinos, delgados aunque fuertes tan pronto sus ojos nuevamente negros volvieron a abrirse. Y se encontró además para su sorpresa siendo observada fijamente por un par de escarlatas que parecían estar intentando analizar su mente. De hecho, eso era lo que intentaba Itachi Uchiha, tan solo manteniendo su Mangekyō Sharingan derecho activado mientras que su ojo izquierdo permanecía cerrado. Sabía que el propio dojutsu de su sobrina era tan fuerte como el de su hermano Sasuke. Desactivó su Mangekyō tan pronto como terminó lo que estaba haciendo y en el preciso instante en que Sarada pareció reaccionar por completo, aferrándose con algo más de fuerza alrededor de su cuello al darse cuenta de que estaba demasiado débil. Itachi sonrió, señalando que había hecho un gran esfuerzo intentando ver a través de la mente de su padre y de Boruto para averiguar qué les había sucedido. Por lo tanto, por razones más que obvias no le preguntaría al respecto en ese momento. La Hokage no solo asintió sonriéndole débilmente sino que se acurrucó apoyando su cabeza en el pecho del adulto. Kakashi imitó el gesto de la menor aunque, en su caso, lo hizo con un gesto de tristeza en su semblante. El Sexto apoyó una mano en el hombro de Itachi como intentando infundir calma a su antiguo compañero, lo cual este agradeció asintiendo nuevamente. La visita había resultado agotadora para los tres no solo para la joven Hokage. Los dos shinobi 'veteranos' no habían salido verdaderamente bien librados cuando por un instante y sin poder evitarlo se vieron atrapados en el Genjutsu que había tenido que utilizar Sarada. Aunque Itachi eventualmente los había liberado a ambos.

Ingresaron en la oficina del Hokage donde ahora, además de Naruto y Tsunade, se encontraban también Shikamaru y Sai. Itachi se inclinó llevando a Sarada a un sillón de la sala y acostándola allí. Antes de que la Sannin sugiriera siquiera ayudar a la menor con su ninjutsu médico, notó para su sorpresa que un extraño Chakra azul-verdoso emanaba de las propias manos de Uchiha. Supo sin necesidad de preguntar que se trataba de ninjutsu médico. Y no recordaba a ningún Uchiha entrenado en él excepto justamente Sarada. Sintió curiosidad y sin poder evitarlo preguntó de quién lo había aprendido. Imaginando internamente que probablemente su cuñada Sakura le habría enseñado dicha habilidad.

- Su asistente, Tsunade-sama... -respondió Itachi, con su acostumbrada calma y sin apartar la mirada de su labor -Shizune-san creyó prudente que aprendiera al menos las bases. Dijo que probablemente mis habilidades fueran útiles combinadas con el ninjutsu médico...

- Me alegra que hayas aceptado su sugerencia...

Dijo la rubia, tras lo cual le advirtió que le informara si las heridas o el daño sufrido por la menor era demasiado para él. Entonces ella terminaría su trabajo. Itachi asintió admitiendo que de hecho estaba muy cansado, aunque probablemente fuera capaz de sanar a Sarada antes de detenerse a descansar.

- Gracias... -intervino, para sorpresa de Tsunade y de Itachi, Shikamaru -Sinceramente estoy agradecido de que podamos contar contigo cuando él no pueda estar aquí. No puedo más que agradecer a Naruto y Tsunade por esto, Itachi...

- De hecho soy yo quien debe estar agradecido. A todos ustedes por aceptar mi presencia aquí, Nara...

Se puso de pie una vez que creyó haber sanado cuanto pudo de las heridas de su sobrina y volvió sus orbes aun escarlatas sobre su hombro hacia la mujer de ojos color miel.

- Tsunade-sama...

Llamó entonces. La rubia no preguntó ni respondió nada, consciente de que le estaba pidiendo acabar su trabajo. Aun así mientras tomaba el lugar que antes ocupara el Uchiha junto al sillón, el hombre de cabello ébano explicó que Sarada había utilizado un Genjutsu cuyas consecuencias en el cuerpo y, especialmente, los ojos de su sobrina él no se encontraba en condiciones de tratar con su nivel actual de Chakra, ya que había agotado una cantidad considerable deshaciéndolo cuando su hermano se encontró demasiado débil para ayudar a su hija.