LOS BEBÉS DEL ALFA

CAPITULO UNICO

Derek y Stiles se miraron a los ojos y entonces el alfa lo supo, era la hora.

UN AÑO ANTES

Derek Hale era un antiguo DireWolf Brottigr, el alfa entre los alfas, el rey.

Había vivido lo suficiente para saber que lo que él necesitaba era un compañero y herederos.

Con el paso de los siglos, Derek vivió guerras, evoluciones y exterminios. La bestia dentro de él aullaba por un compañero.

¿Por qué no acoplarse con algún omega?

Lo haría si fuera sencillo.

La estirpe alfa, beta y omega, no podían engendrar entre sí, con el paso del tiempo los omegas y betas e incluso las hembras alfa, habían perdido la capacidad de engendrar, pero milagrosamente los humanos, los débiles humanos, se adaptaron a la necesidad de los cambia formas y ya fueran mujeres u hombre, estos tenían la capacidad de llevar a los hijos de los shifters. Con un alto riesgo de morir en el parto, pero en las últimas décadas, muchos alfas habían optado por emparejarse temporalmente con humanos para engendrar a la próxima generación.

Por eso Derek estaba en aquella agencia.

Necesitaba encontrar un compañero temporal para que llevase a sus herederos.

¿Compañero? No ¿Compañera?

Efectivamente, Derek amante de la belleza y fuerza masculina.

Con pasos decididos entró a aquella oficina. Fue recibido por una hermosa pelirroja, sus bellos ojos verdes hipnotizaron a Derek, pero fue el olor a medicamentos y café lo que llamó su atención.

De una puerta lateral, salió un hermoso chico, castaño y de ojos felinos, ámbar, la bestia en Derek gruñó en aprobación.

— Debe ser el sr. Hale— habló el hombrecito, bueno, el hombre le llegaba hasta el hombro, por mucho le sacaba dos cabezas de diferencia, no era un hombrecito— Stiles Stilinski, asesor de emparejamiento, pase a mi oficina y veré que puedo ofrecerle. Nuestra empresa de emparejamiento es la mejor del país, con una taza de éxito casi del cien por ciento.

Derek dejó de escuchar lo que el castaño decía, su mirada fija en esa boca en forma de arco, Stiles estaba nervioso, sus manos empezaron a sudar. Porque de entre todos los alfas que había rechazado anteriormente aparecía uno que se ajustaba a su tipo.

Stiles estudió al hombre sentado frente a él.

Alto, muy alto, fuerte, mucho musculo, ¡Virgen Santa! Esos iris verdes, en tonalidades azul y grisáceas. Lo llevaban a imaginar a la madre selva, a un bosque con mucho follaje.

— Tengo a estos candidatos— le ofreció la carpeta, Derek la deshecho.

— Te quiero a ti— Stiles se estremeció, esa voz y eso en sus ojos ¿era un lobo?

— Lo siento, Sr. Hale, yo no entro en el programa de acoplamiento— el castaño posó sus manos en sus rodillas, el lobo de Derek quería cazarlo.

— Te doy todo lo que quieras, todo cuanto desees será tuyo, acepta de buena gana, humano— la voz ahora era distorsionada. Stiles tembló, no de miedo, sino de placer, pasó su lengua por sus secos labios, de pronto la habitación se hizo pequeña. Stiles sabía que involucrarse que este alfa sería peligroso, pero los dioses le ayudaran, este hombre le despertaba cosas.

— Sólo pido tener los mismos derechos que tu sobre los niños.

— Así será— Derek cambio de sitio, de una zancada se sentó en el escritorio, Stiles no iba a negarlo, ni se iba a privar, camino dando vuelta a su escritorio y se acomodó entre los muslos del alfa.